La Guardia Civil busca al conductor que se dio a la fuga tras el atropello de un inmigrante a la salida de Lepe
El atropellado descarta motivos racistas pero cree que el choque fue intencionado
La cara de Kemal Boia est¨¢ rota en mil pedazos. Los hematomas y la hinchaz¨®n de su rostro nacen de las fracturas de los huesos faciales. El responsable de este dolor a¨²n no tiene nombre, pero la Guardia Civil lo busca desde el pasado s¨¢bado, cuando una furgoneta se llev¨® a este hombre por delante cuando caminaba por el borde de una de las carreteras que deja Lepe camino de Villablanca para irse caminando hasta su domicilio de temporero en la finca Valdetapia, donde, parte de alojarse, trabaja.
Con un hilo de voz y escaso ¨¢nimo Boia intentaba ayer construir un recuerdo con las impresiones que se le quedaron grabadas alrededor de su atropello. Ahora est¨¢ postrado en una cama del hospital sevillano Virgen del Roc¨ªo, pero el se recuerda caminando tranquilamente al borde de la carretera hace una semana.
Cuenta que no encontr¨® ning¨²n amigo o taxi que lo llevara a su casa. Eran las nueve de la noche del s¨¢bado 23. Hab¨ªa pasado un rato en Lepe, en donde asegura que no tiene 'nada m¨¢s que amigos, ning¨²n enemigo' y donde trabaja regular y legalmente desde hace ya cuatro a?os.
Le apetec¨ªa irse a casa y se puso a andar por una estrecha carretera sin arc¨¦n y casi nula iluminaci¨®n. Su memoria se desordena cuando tiene que dibujar el accidente. Boia habla desde la cama del hospital sevillano de tres autom¨®viles que pasaron a toda velocidad a sus lado. El ¨²ltimo -lo que recuerda como una furgoneta- se lo llev¨® por delante. Uno de los laterales impact¨® con su cuerpo, con especial sa?a en el rostro y la parte superior del tronco. El veh¨ªculo no se par¨®.
El conductor no quiso saber nada de lo que pod¨ªa haber hecho, del da?o que ahora sufr¨ªa una persona como consecuencia del choque. La Guardia Civil busca ahora a este conductor.
Boia cree que no le atropellaron por ser inmigrante, por ser magreb¨ª, por ser extranjero. Sin embargo, s¨ª asegura que el conductor de la furgoneta era un 'borracho' al que no le import¨® dejar a un ser humano desangr¨¢ndose.
'Lepe es un pueblo maravilloso yo trabajo all¨ª desde hace a?os y nunca he tenido un problema'. Lo ¨²nico que quiere ahora es que su jefe, Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez, le solucione el pago de la baja. 'Tengo contrato', afirma con mucho, mucho temor.
La situaci¨®n de muchos de sus compatriotas en los campos freseros de Huelva esta temporada no le es ajena. Pero Boia se resiste a vincular su atropello con tintes u or¨ªgenes racistas. Afirma rotundo que el conductor: 'Quer¨ªa matarme', aunque mueve con fuerza la cabeza para recalcar que nunca crey¨® que se tratara de un acto racista o vengativo.
En el fondo, ¨¦l tampoco lo sabe: Borrachera, agresi¨®n gratuita, intento de homicidio racista... ahora es la Guardia Civil la que lo investiga. Por el momento, tampoco hay demasiadas certezas sobre las razones. No hay certezas. Cuando se identifique al conductor responsable, el juzgado deber¨¢ determinar los porqu¨¦s y los c¨®mos. Por el momento, un suceso grave, inhumano y extremadamente inoportuno en la zona fresera de Huelva.
Boia, tal y como afirma el encargado de la explotaci¨®n de la finca Valdetapia, Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez, es apreciado en la zona como trabajador y como persona.
?l mismo explicaba ayer desde la cama del hospital que los cuatro a?os de trabajo en esa zona de Huelva han sido de lo m¨¢s satisfactorio. En verano, entre finales de julio y principios de agosto, siempre consigue sacar tiempo para escaparse a Marruecos. De ah¨ª saca fuerzas para afrontar las duras jornadas de trabajo en diferentes cosechas que le proporcionan el salario.
Sin embargo, ayer, magullado en un hospital, las certezas sobre su contrato y la confianza sobre su patr¨®n pierden fuerza. Boia espera con ansiedad la visita de su jefe, prometida para esta misma ma?ana. Dice que nunca hab¨ªa pasado por algo similar y tiene miedo de dejar de ganar dinero. Por un momento, se olvida de su salud y sus pensamientos giran ¨²nicamente sobre sus sueldo. Conf¨ªa en que le sean abonados los jornales (o parte de ellos) que ha perdido por el accidente y asegura que est¨¢ deseando que le den el alta (se prev¨¦ que la pr¨®xima semana) para trabajar y ganarse el sueldo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.