Canguros del posoperatorio
Una docena de familias acoge a menores extranjeros intervenidos en Sevilla
Mercedes Mor¨®n no ha logrado impedir que Hakim la llame mam¨¢, a pesar de que uno de los grandes empe?os de la fundaci¨®n Tierra de Hombres consiste en evitar que los menores desplazados provisionalmente hasta Sevilla para someterse a una intervenci¨®n quir¨²rgica olviden a sus familias. Por la casa de Mercedes Mor¨®n y Antonio V¨¢zquez han pasado ya tres ni?os que necesitaban una operaci¨®n que en sus pa¨ªses era imposible.
El marroqu¨ª Abdelhakim Hommira, de 6 a?os, es el cuarto acogido. Lleg¨® en noviembre en unas condiciones tan delicadas que tuvo que recogerlo una ambulancia en el aeropuerto de M¨¢laga, adonde hab¨ªa llegado procedente de Nador (Marruecos). Ahora se recupera de la intervenci¨®n -ten¨ªa una Tetralog¨ªa de Fallot- en el hogar de Mercedes que, siguiendo las recomendaciones de la fundaci¨®n, le habla cada d¨ªa de su familia, de sus padres Zoubida y Mohamed y de sus tres hermanos. 'Me dice mam¨¢, pero sabe que no lo soy', aclara.Hakim ser¨¢, probablemente, el hu¨¦sped de m¨¢s larga estancia. Los peque?os trasladados para ser intervenidos suelen permanecer en Sevilla un tiempo medio de dos meses, salvo que surjan complicaciones como ocurri¨® con Hakim y, antes, con el benin¨¦s Dami¨¢n, de 4 a?os, que tambi¨¦n se instal¨® en la casa de Mercedes y Antonio: 'Ven¨ªa con paludismo y hubo que recuperarlo antes de la intervenci¨®n'.
Cada familia, implicada en el proyecto porque alg¨²n miembro trabaja como voluntario en la fundaci¨®n, sabe que la estancia es temporal y que debe evitar estrechar lazos con el menor que puedan alimentar equ¨ªvocos. 'Sabemos a lo que vienen, pero te da una pena cuando se van que nos tiramos llorando hasta que llega el pr¨®ximo', confiesa Mercedes.
Pikeli, un adolescente de Togo que se instal¨® en dos ocasiones el hogar de M? Jos¨¦ Calero en Bollulos de la Mitaci¨®n (Sevilla), sufri¨® lo suyo al regresar a su pa¨ªs. 'Nos pidieron que no le llam¨¢ramos porque quer¨ªa volver aqu¨ª', recuerda M? Jos¨¦ Calero. Fue su hijo Fernando Romero, voluntario de la fundaci¨®n, quien propuso los acogimientos. A todos pareci¨® bien. As¨ª que despu¨¦s de Pikeli ha llegado In¨¦s, de 11 a?os, desde Burundi, donde era imposible que remediasen su problema card¨ªaco. In¨¦s pertenece a una familia numerosa (son 10 hermanos) de desplazados por la guerra. Apenas lleva una semana en Bollullos pero ya ha salvado todas las barreras para comunicarse con la familia.
Igual que Harold Bonaventure, un benin¨¦s de 4 a?os, que se mueve como si no tuviera cataratas cong¨¦nitas y como si hubiera vivido en la casa de Enrique Mart¨ªn toda la vida. Harold, que lleg¨® a Sevilla por primera vez con dos a?os, reconoci¨® r¨¢pidamente a su familia de acogida en el aeropuerto andaluz hace una semana. 'No sab¨ªamos que iba a volver, nos dio mucha alegr¨ªa', reconoce Mart¨ªn.
El proyecto de Tierra de Hombres
Cada a?o se operan en Sevilla, en la cl¨ªnica USP Sagrado Coraz¨®n, alrededor de una decena de menores trasladados desde sus pa¨ªses por la fundaci¨®n Tierra de Hombres. Desde que el programa Viaje hacia la vida, como se denomina el proyecto, comenz¨® a funcionar en la ciudad andaluza en 1997 se han intervenido una treintena de ni?os. Espa?a y Suiza son los ¨²nicos pa¨ªses europeos en los que se realizan operaciones quir¨²rgicas a ni?os procedentes de alguno de los 40 pa¨ªses donde trabaja la fundaci¨®n. M? Antonia Jim¨¦nez, actual presidenta de Tierra de Hombres en Espa?a, adem¨¢s de estar al frente de la organizaci¨®n en Sevilla, precisa que la fundaci¨®n s¨®lo gestiona el traslado de menores que participan en los programas de atenciones m¨¦dicas especializadas que desarrollan en 40 pa¨ªses. Cuando el personal de esos centros detecta alguna enfermedad en el menor que puede subsanarse en un quir¨®fano que disponga de tecnolog¨ªa avanzada, inexistente en su pa¨ªs de origen, se programa su desplazamiento hacia alguna de las ciudades de Suiza o Espa?a donde la fundaci¨®n tiene convenios con centros hospitalarios para realizar las atenciones. Las cl¨ªnicas asumen el gasto derivado de la hospitalizaci¨®n, debida en la mayor¨ªa de los casos a intervenciones de cardiopat¨ªas cong¨¦nitas. En Espa?a hay siete centros hospitalarios que colaboran en el proyecto humanitario. Durante su internamiento, los voluntarios de la fundaci¨®n se encargan de acompa?ar a los intervenidos, que son trasladados a la casa de alguna familia de acogida tras recibir el alta. La red que arropa a los peque?os operados en Sevilla est¨¢ compuesta por unos 160 voluntarios y una docena de familias de acogida. 'Los suelen acoger durante el posoperatorio porque el procedimiento habitual es que el ni?o llegue directamente a la cl¨ªnica', explica M? Antonia Jim¨¦nez. La fundaci¨®n Tierra de Hombres, creada en 1960 en Suiza, desarrolla m¨¢s de 160 programas de atenci¨®n a la infancia.
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