El Deportivo pierde altura
El cuadro de Irureta, sin tensi¨®n, sufre para empatar con la Real Sociedad
El Deportivo quiere el t¨ªtulo de Liga. O eso dice la versi¨®n oficial de un club que, sin embargo, estuvo mucho m¨¢s atento a la hora de asegurarse la Copa y que parece m¨¢s dispuesto a comerse Europa que a buscar resquicios para trepar por el apretado campeonato nacional.
Al Superdepor no le va el d¨ªa a d¨ªa, la rutina, los rivales toscos y angustiados, aqu¨¦llos que s¨ª hacen de cada jornada un fin en s¨ª mismo. Lo suyo es cosa de pasado y futuro. El presente de la Liga no le concierne de la misma manera. Por eso su declaraci¨®n de intenciones, su querencia por el triplete, s¨®lo parece eso: pura apariencia.
El cuadro gallego, todo displicencia, no estuvo a la altura de su alineaci¨®n, la de las tardes importantes. Esta vez nadie podr¨¢ acusar a Javier Irureta de conservador. El t¨¦cnico deportivista anunci¨® la importancia del choque y la refrend¨® con su elecci¨®n. Fallaron, pues, los jugadores, faltos de la tensi¨®n necesaria para abordar los partidos templados.
REAL SOCIEDAD 1| DEPORTIVO 1
Real Sociedad: Westerveld; Rekarte, Kvarme, Jauregi, Aranzabal; Xabi Alonso (Koklov, m. 75), Aranburu; Tayfun, Idiakez, De Pedro; y Kovacevic (De Paula, m. 80). Deportivo: Molina; H¨¦ctor, C¨¦sar, Naybet, Romero; Duscher, Mauro Silva; V¨ªctor (Sergio, m. 62), Valer¨®n, Fran (Amavisca, m. 80); y Makaay (Pandiani, m. 75). Goles: 1-0. M. 34. Pase en profundidad de Xabi Alonso e Idiakez bate a Molina en su salida. 1-1. M. 55. Makaay desv¨ªa un centro sobre el ¨¢rea para que Valer¨®n, libre de marcaje, supere a Westerveld. ?rbitro: P¨¦rez Burrull. Amonest¨® a Westerveld, Naybet. Unos 25.000 espectadores en Anoeta.
Metida en otras consideraciones, la Real Sociedad derroch¨® nervio: los de Roberto Olabe se han acostumbrado a vivir cada fin de semana como un compromiso estelar, tenga enfrente a un grande o a un compa?ero de penurias. Por ah¨ª aventaj¨® de sobra a su rival. Pero la Real no s¨®lo tir¨® de actitud. Tambi¨¦n lo hizo de la sutileza de sus jugadores bandera, De Pedro, Kovacevic, Aranburu..., mucho m¨¢s libres y seguros desde que se saben bien protegidos por su defensa.
El efecto an¨ªmico de los m¨ªnimos cambios ejecutados por Olabe en la zaga han servido para dar la verdadera talla de la Real, cuyos males no parec¨ªan responder exactamente al potencial de una plantilla nada r¨¢cana a la hora de interpretar el ataque. Ayer mismo, explor¨® en las debilidades del Deportivo desde las bandas, desde el centro o desde contragolpes furibundos como el que emple¨® para adelantarse en el marcador. Pero se aup¨® principalmente desde la presi¨®n, un argumento que el conjunto gallego s¨®lo supo esquivar a rachas, pero para poner un nudo en la garganta de la grada de Anoeta.
Seguramente, el Deportivo ech¨® de menos a Trist¨¢n, m¨¢s r¨¢pido e imaginativo que Makaay. Pero tambi¨¦n echaron en falta un centro del campo m¨¢s din¨¢mico. Y a un Valer¨®n enchufado a la cita. S¨®lo cuando ¨¦ste quiso animarse, el cuadro gallego empez¨® a parecerse a s¨ª mismo. A su espalda, Mauro Silva y Duscher vivieron la noche ofuscados en tareas destructivas, sin resuello para lanzar a su gente al ataque. Las idas y venidas de Valer¨®n condicionaron las de V¨ªctor y Fran, desamparados y est¨¢ticos. El Depor, que avanzaba lento e inseguro, sac¨®, con todo, petr¨®leo de su paciencia y de las dificultades de Kvarme para leer los marcajes. S¨®lo el defensa noruego de la Real no advirti¨® que Valer¨®n andaba suelto en el ¨¢rea momentos antes de empatar el encuentro.
Las perspectivas de los de Irureta se aceleraron de forma natural. Pero mucho m¨¢s las de los de Olabe, que dieron una vuelta de tuerca a su presi¨®n mientras su adversario se colgaba del cuello de Valer¨®n para dilucidar si ganar¨ªa o no el partido. Pero todos los esfuerzos del conjunto local se dilu¨ªan en la frontal del ¨¢rea, la l¨ªnea donde se mueve Kovacevic en espera de pases que no siempre llegan. Como ayer.
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