Al Rayo se le anula la suerte
El ¨¢rbitro invalida en el ¨²ltimo minuto un gol al cuadro vallecano, que jug¨® peor que el Betis
Etxeberria; Ferr¨®n, Corino, De Quintana, Graff; Perag¨®n, Quevedo, Pablo Sanz (Vivar Dorado, m. 81), Michel; Glaucio y Bolic (Bolo, m. 75). Etxeberria; Ferr¨®n, Corino, De Quintana, Graff; Perag¨®n, Quevedo, Pablo Sanz (Vivar Dorado, m. 81), Michel; Glaucio y Bolic (Bolo, m. 75).No basta con el equilibrio, con el orden t¨¢ctico perfecto, con la obediencia a secas, para sacar a un equipo de las posiciones de descenso a Segunda. Primero, los jugadores tienen que dar algo m¨¢s. Luego, el ¨¢rbitro no debe anular goles l¨ªcitos. ?sa es la historia de la temporada del Rayo, que juega con orden, pero no tiene futbolistas desequilibrantes. Ayer, sin merecer la victoria, meti¨® un tanto legal que no subi¨® al marcador.
RAYO VALLECANO 0| BETIS 0
Rayo Vallecano: Betis: Prats; Filipescu, Juanito, Rivas, Luis Fern¨¢ndez; Joaqu¨ªn, Ito (Merino, m. 72), Capi, Denilson (Belenguer, m. 91), Benjam¨ªn y Dani (Jo?o Tom¨¢s, m. 72). ?rbitro: Mu?iz Fern¨¢ndez. Amonest¨® a Bolo, Jo?o Tom¨¢s, Rivas, Ito y De Quintana. Unos 13.000 espectadores.
El Rayo est¨¢ metido en el hoyo y administra su penuria con las l¨ªneas bien plantadas, yendo y viniendo, corriendo mucho y tocando m¨¢s en el medio campo, bajo la mirada experta y desesperada de Quevedo; ante la curiosidad cient¨ªfica de su t¨¦cnico, Gregorio Manzano, o la exaltaci¨®n desordenada de su presidenta, Teresa Rivero, en el palco. ?Qu¨¦ m¨¢s se puede hacer? No hay p¨¢nico que valga si en el c¨¦sped nadie desborda, ni tira una diagonal, ni da un pase preciso al delantero.
Ayer, el Rayo deb¨ªa ganar para salir del pen¨²ltimo puesto en el que comenz¨® la jornada. Pero fall¨®. El Betis le dio la pelota donde quiso que la tuviera y de all¨ª no pas¨®. Los verdiblancos adelantaron la l¨ªnea de presi¨®n y Glaucio, el hombre m¨¢s desbordante del conjunto de Vallecas, recibi¨® fuera de su zona de peligro. Quevedo, el l¨ªder local, qued¨® emparedado entre Ito y Benjam¨ªn. Y M¨ªchel, que particip¨® mucho en el primer tiempo, tuvo pocos socios para mover la pelota con agresividad.
Ni el Betis ni el Rayo tienen grandes definidores. Por lo tanto, ayer deb¨ªa imponerse el que mejor controlara el juego en el medio. Ambos juegan mucho por las bandas y se defienden con dignidad. Se agrupan bien y cumplen con los requisitos del buen orden. Digamos que sus entrenadores no se llevan las manos a la cabeza demasiado a menudo ante las decisiones de sus jugadores. As¨ª es que, a medida que pasaban los minutos, el encuentro se torn¨® aburrido. Insoportable, de no ser por las intervenciones de Joaqu¨ªn, el mejor sobre el campo.
Al extremo del Betis s¨®lo le falt¨® meter un gol para redondear su actuaci¨®n. Puso dos balones de gol muy claros, desbord¨® por dentro y por fuera, provoc¨® dos faltas al borde del ¨¢rea, nunca perdi¨® la pelota en empe?os vanos y siempre que quiso se fue de su marcador. Ni Pablo Sanz ni Quevedo le pudieron parar. En el segundo tiempo, en un tiro libre, mand¨® el bal¨®n al larguero.
Tres contragolpes muy bien dirigidos por M¨ªchel a un cuarto de hora para el final sacudieron la siesta del Betis. En el primero, Perag¨®n tir¨® un centro ideal para el cabezazo. Y el hombre que apareci¨® para tal cometido fue Glaucio, peque?o e inh¨¢bil para el salto. En el segundo intento el jugador del Rayo que recibi¨® la pelota fue Bolo y la peg¨® sin apuntar. A la tercera, M¨ªchel empuj¨® un pase de Glaucio a la red. Pero el ¨¢rbitro anul¨® el gol por un inexistente fuera de juego.
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