La soledad de un 'sprinter' sin suerte
Una vez le dije que le recordaba adolescente, como yo, en el Patio de Letras de la Universidad de Barcelona, el ¨²ltimo a?o en que compartimos el mismo edificio Derecho, Letras, Ciencias y Arquitectura. Era un muchacho guapo, rubio ceniciento, tal vez excesivamente equilibrado, como su corbata. Y algo importante deb¨ªa ya de ser cuando le se?alaban dedos sabios: ¨¦se es del Opus Dei, mientras otros ¨¦ramos del FLOP o del PSUC o del MSC.
Con respecto a los falangistas, ten¨ªan la ventaja de que no aplicaban la dial¨¦ctica de los pu?os y las pistolas, pero as¨ª como hubo falangista que enrojeci¨® r¨¢pidamente y se hizo de la progres¨ªa clandestina, los chicos del Opus se tomaban m¨¢s tiempo para crecer o pecar. Reapareci¨® Auger como delegado de Hacienda del Ayuntamiento de Barcelona, decidido partidario del contraste de pareceres, empez¨® a marcar distancias con respecto al r¨¦gimen.
Un segundo salto cualitativo fue meterse en negocios de prensa y convirti¨® la ancestral revista Mundo, de Vicente G¨¢llego, en un semanario de opini¨®n que muy frecuentemente le tocaba los congojos al r¨¦gimen, escrito por j¨®venes periodistas vinculados al clandestino Sindicato Democr¨¢tico. Luego Mundo fue Mundo Diario y se aline¨® en las posiciones m¨¢s liberales, abriendo espacios para la oposici¨®n larvada. Auger se pronunci¨® por un cambio democr¨¢tico en Espa?a, y a este fin dispuso la programaci¨®n de la editorial Dopesa y del Club Mundo. Se conoc¨ªan sus contactos civilizados con los comunistas sin dejar de pertenecer al Opus Dei, en una coincidencia de afinidades con Calvo Serer, te¨®rico del Opus que llegar¨ªa a formar parte de la Junta Democr¨¢tica de Santiago Carrillo y a presidir en Roma en 1975 el homenaje a Dolores Ib¨¢rruri. All¨ª, all¨ª estaba uno de los supuestos ap¨®stoles de Escriv¨¢ de Balaguer, y yo le vi y habl¨¦ largamente con ¨¦l. Me dijo que monse?or conoc¨ªa perfectamente sus movimientos humanos y divinos. Nihil obstat.
Su discurso era el de un liberal radical avanzado, y de no haberse arruinado escandalosa, delictivamente, hubiera llegado a ministro o qui¨¦n sabe si a jefe de Gobierno, con UCD o con el PP. La catastr¨®fica ruina de Auger signific¨® un exilio forzado de todas sus patrias, personales y civiles, y su regreso a un exilio interior. Fue una criatura de Scott Fitzgerald sin saberlo, ni ¨¦l ni Scott Fitzgerald, pero encajaba en el prototipo de joven dorado, sprinter hacia el triunfo m¨¢s absoluto que de pronto se queda sin pista y sin meta porque se la han embargado.
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