Un mar de amistad
Un mensaje en una botella viaj¨® de Brasil a Barbate y uni¨® a dos mujeres
El Atl¨¢ntico y el dios Neptuno las unieron. As¨ª lo dicen creer las protagonistas de una amistad sorprendente cuando explican la manera en la que se conocieron. Mia Lelivelt, holandesa de 77 a?os, arroj¨® al mar en las costas de Brasil dos botellas con sendos mensajes en los que se encomendaba a una respuesta amistosa del posible receptor. Era diciembre del a?o 2000,
El destino quiso que las mareas arrastrasen durante cuatro meses uno de los recipientes a la playa de El Botero, en Barbate (C¨¢diz). Por la orilla paseaba Mari Luz Cazalla, de 34 a?os, su destinataria desconocida. Fue el comienzo de una relaci¨®n de la que participa tambi¨¦n un amplio grupo de amigos de esta localidad a la que el mar, que s¨®lo le ha proporcionado malas noticias en los ¨²ltimos a?os, le quiso brindar en esta ocasi¨®n un gui?o aventurero.
En la Navidad de hace dos a?os, Mia Lelivelt descansaba en un crucero tur¨ªstico por ?frica y Brasil. Sus deseos de aventuras le condujeron a introducir una dosis de ilusi¨®n por vivir nuevas experiencias en dos botellas de vidrio que lanz¨® desde la cubierta del barco al mar c¨¢lido del puerto de Lobo, una poblaci¨®n cercana a las ciudades de Santos y Sao Paulo, en el sur del pa¨ªs carioca.
En el otro lado del Atl¨¢ntico, cuatro meses m¨¢s tarde, esperaba, sin saberlo, Mari Luz, quien disfrutaba de una de las habituales jornadas de ocio y descanso que comparte con un grupo de varias parejas vecinas en la playa de El Botero, en una zona conocida como El Roqueo de Pajares, muy cerca de la pedan¨ªa barbate?a de Zahara de los Atunes.
Mientras los maridos jugaban al f¨²tbol, las mujeres recorr¨ªan esta franja costera. Fue ella la que se percat¨® de la presencia de una botella de un color rojo suavizado por el desgaste del contacto con el agua y los vaivenes del oleaje. En su interior, un papel que s¨®lo pudo tocar tras romper parcialmente la botella porque el corcho se resisti¨®.
Conoci¨® as¨ª a Mia con la ayuda de su amiga Nuria -que tradujo el mensaje escrito a mano en ingl¨¦s con la direcci¨®n de la remitente en Holanda- y de Juan Sevilla, responsable de Protecci¨®n Civil de Barbate, quien envi¨® la respuesta a la ciudad holandesa de Lichtenvoorde, cerca de la frontera con Alemania.
Desde entonces, el correo convencional ha alimentado una amistad entre las dos protagonistas de esta historia, que les ha reportado una experiencia inolvidable, seg¨²n reconocen. 'Todav¨ªa me cuesta mucho cre¨¦rmelo porque estas cosas ocurren s¨®lo en las pel¨ªculas', exclama Mari Luz, sumida en una emoci¨®n indisimulada que tambi¨¦n embarga a Mia. 'He viajado mucho en toda mi vida, pero esta experiencia no la he conocido en ning¨²n otro lugar y no es comparable con nada', confiesa esta holandesa, curtida en episodios de toda ¨ªndole y condecorada por auxiliar a muchos pilotos que hu¨ªan de los campos de concentraci¨®n alemanes durante la II Guerra Mundial.
'Encuentro entre culturas'
Mia Lelivelt disfruta de unos d¨ªas de estancia en Barbate junto con su compa?era de viaje Lidia Nossent, guatemalteca de 67 a?os y casada con un holand¨¦s desde hace 40, a la que conoci¨® en el crucero. Desde que llegaron hace unos d¨ªas, su agenda ha estado repleta de recibimientos y actos de homenaje en los que ambas han sentido muy de cerca el cari?o de sus nuevos amigos y c¨®mplices de una aventura digna de un gui¨®n cinematogr¨¢fico. 'Estoy viviendo una aventura y una acogida que soy incapaz de describir. Es estupendo y maravilloso', detalla Mia, quien recibi¨® de manos de sus amigos gaditanos una botella decorada con una concha grande y varias carcasas de moluscos, en cuyo interior guarda una carta que dice: 'Un mensaje en una botella, encuentro entre culturas'. Es el encabezamiento de una aut¨¦ntica loa a la iniciativa de Mia, escrita por el poeta y comparsista de Barbate, Manuel Varo P¨¦rez. 'Aquello que siempre supuso esperanzas de salvaci¨®n para un n¨¢ufrago en una isla desierta, se ha convertido hoy en un rom¨¢ntico modo de comunicaci¨®n que desaf¨ªa la avanzada tecnolog¨ªa actual. Igual que en los m¨¢s bellos cuentos mitol¨®gicos, quiz¨¢s el dios Neptuno, ley¨® vuestro mensaje y escuchando su invocaci¨®n, dio ¨®rdenes a las corrientes para que a trav¨¦s de sus mareas guiara a aquella botella hasta la playa lejana de un pueblecito de C¨¢diz llamado Barbate, para que un grupo de amigos con el mismo entusiasmo acogiera aquel saludo de amistad que navegara a la deriva y haciendo posible esta bonita historia que hoy comienza a escribirse con este fraternal encuentro. Barbate, 30 de marzo de 2002. Los amigos barbate?os para Mia Lelivelt y Lidia Nossent Gregg'. Mia y Mari Luz tienen ya cada una su propia botella que sella una amistad que han sembrado con 'una fe inmensa', como explica Juan Sevilla, y que seguir¨¢n regando junto con Lidia y el resto de matrimonios espa?oles que ya preparan un viaje a Holanda para devolver la visita a Mia, que apura su estancia en Barbate hasta el viernes. 'Echar¨¢ de menos a todos sus nuevos amigos y el paisaje costero de C¨¢diz', explica Lidia, 'asombrada', seg¨²n confiesa, 'por lo lindo que es el mar gaditano'.
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