Los ganaderos estiman que la peste causar¨¢ unas p¨¦rdidas de 180.000 euros por explotaci¨®n
Los propietarios de muchas granjas de cerdos se plantean cambiar de actividad
La epidemia de peste porcina puede dejar en la comarca de Osona unas p¨¦rdidas que los ganaderos calculan en un promedio 180.000 euros (30 millones de pesetas) por cada explotaci¨®n obligada a sacrificar su caba?a. La peste se inici¨® a principios de diciembre y el ¨²ltimo brote se produjo el 18 de marzo. En cuatro meses se han declarado 15 focos de peste, que han obligado a sacrificar 156.714 animales de 184 granjas. Estas explotaciones ganaderas han quedado vac¨ªas y ahora los sindicatos se esfuerzan en conseguir que sus propietarios no tiren la toalla.
Progresivamente se est¨¢ levantando la inmovilizaci¨®n de 500.000 cerdos y la crisis comienza a remitir. Pero sus efectos econ¨®micos se prolongar¨¢n durante largo tiempo. Resulta dif¨ªcil evaluar el coste total de la epidemia debido a las m¨²ltiples variables que influyen en ¨¦l, pero Josep Font, veterinario especializado en an¨¢lisis y gesti¨®n econ¨®mica de la producci¨®n porcina, calcula que las p¨¦rdidas de una explotaci¨®n familiar mediana de c¨ªrculo cerrado en la que se hayan sacrificado 300 madres reproductoras y unos 2.000 animales de engorde ascender¨¢n a 175.942 euros, unos 29,3 millones de pesetas. Estas p¨¦rdidas han sido calculadas contabilizando las indemnizaciones por sacrificio.
Estas indemizaciones permiten que los ganaderos ingresen una cantidad importante de dinero en el primer momento, en el que adem¨¢s no tienen gastos de explotaci¨®n ya que no hay animales. Pero la reposici¨®n de ¨¦stos exige unas inversiones que no dar¨¢n sus frutos hasta varios a?os m¨¢s tarde y la situaci¨®n no se normalizar¨¢ hasta que las madres vuelvan a producir un n¨²mero suficiente de lechones. Font estima que hasta el cuarto a?o no es posible alcanzar el nivel econ¨®mico anterior a la crisis. Durante ese proceso, la explotaci¨®n tipo dejar¨ªa de ingresar 175.942 euros.
Ante esta perspectiva no es extra?o que muchos propietarios se est¨¦n replanteando su futuro. Los consejeros de Agricultura y Medio Ambiente, Josep Grau y Ramon Espadaler, apuestan por una reordenaci¨®n del sector con una disminuci¨®n de la caba?a porcina y de las altas concentraciones en algunas comarcas para evitar problemas sanitarios y medioambientales. En Osona est¨¢ reordenaci¨®n puede acabar siendo forzosa para las explotaciones familiares que no puedan superar la crisis. Como ya ocurri¨® en otras ocasiones, la epidemia puede provocar que los m¨¢s beneficiados acaben siendo los grandes propietarios industriales, que tendr¨¢n m¨¢s posibilidades de alquilar granjas vac¨ªas para llenarlas con sus animales en r¨¦gimen de integraci¨®n. Con esto, la caba?a de Osona se mantendr¨ªa, pero concentrada cada vez en menos manos.
Muchos ganaderos est¨¢n plante¨¢ndose cambiar de actividad y algunos han pedido informaci¨®n sobre turismo rural. Desde el inicio de la epidemia, el Consorcio de Turismo de Osona ha atendido 15 consultas sobre la posibilidad de dedicar la casa al turismo rural.
En el punto ¨¢lgido de la crisis, una tercera parte de la caba?a porcina de la comarca, de unos 1,2 millones de cabezas, estaba bajo alg¨²n tipo de restricci¨®n de movimiento. Con los animales inmovilizados y sin medidas de mercado -la compra p¨²blica no se autoriz¨® hasta mediados de febrero-, los ganaderos se han enfrentado a la masificaci¨®n de las granjas y elevados costes de mantenimiento.
Con el sacrificio de los animales, los gastos de los ganaderos inmovilizados se reducen. Una vez cobradas las indemnizaciones, que podr¨ªan llegar el pr¨®ximo mes de mayo, se inicia el periodo de actividad productiva. Pero en ese momento la granja es ya un poco m¨¢s pobre que antes de la crisis. Font estima que en este periodo de inmovilizaci¨®n las granjas afectadas han perdido 37.511 euros, unos 6,2 millones de pesetas.
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