Paisajes parisinos

El trabajo de Esther Pizarro (Madrid, 1967) se ha centrado en la interpretaci¨®n escult¨®rica del espacio urbano por medio de la tridimensionalizaci¨®n de planos y callejeros, reinterpretando en clave art¨ªstica las teor¨ªas de la geograf¨ªa de la percepci¨®n, al materializar en contundentes vol¨²menes escult¨®ricos sus vivencias urbanas de Par¨ªs, como antes lo hiciera con las experimentadas en Los ?ngeles y Roma.

Una figura humana a escala se denomina estatua, si es un volumen se nombra como escultura y si se trata de un espacio arquitect¨®nico o urbano se habla de maqueta. Contra estas convenciones se alza ahora el trabajo de Esther Pizarro al realizar 20 obras escult¨®ricas que siguen los perfiles de cada uno de los arrondissement de Par¨ªs, recreando volum¨¦tricamente la estructura urbana y administrativa de la capital de Francia. La diferencia entre estas esculturas y las maquetas radica en que las maquetas ilustran el espacio y lo hacen visualmente comprensible, mientras que las esculturas interpretan su sentido emotivo y lo hacen po¨¦ticamente sensible. En estas obras se pueden reconocer vagamente bulevares y r¨ªos metamorfoseados en oto?ales ramas de ¨¢rboles, se pueden leer los topon¨ªmicos de sus arterias, pero estos nombres ya no indican una direcci¨®n postal, sino que se han convertido en poemas visuales, en sonoros ecos del lugar.

En algunas maquetas se puede levantar el tejado de las casas y, bajo ¨¦l, aparece la estructura espacial de los edificios y la intimidad de las viviendas. Como un nuevo Balzac que abriera a la curiosidad de nuestros ojos la vida burguesa de Par¨ªs, Esther Pizarro ha utilizado la caracter¨ªstica forma de los tejados parisienses, con sus columnas de chimeneas y sus mansardas de zinc como im¨¢genes de la vida ciudadana. Estos tejados que han sido levantados e invertidos cobran una fuerza escult¨®rica de singular potencia pl¨¢stica. El dominio de la escala y la cualidad de presencia f¨ªsica, la esmerada ejecuci¨®n de las piezas, combinando materiales de diferente textura, color y dureza, como son el plomo y la cera, hacen de esta exposici¨®n un conjunto que se destaca en la aton¨ªa en la que se halla el mundo de la escultura.