'Debemos lograr que el debate de la libertad no anule el de la pol¨ªtica social'
Carlos Trevilla es un prejubilado de Backock & Wilcox. Tiene 56 a?os y una convicci¨®n clara: no se puede estar al frente de un sindicato sin estar en el mercado laboral. Esta concepci¨®n moral, que le obliga a renunciar a presentarse a la reelecci¨®n en el congreso que UGT-Euskadi celebra la pr¨®xima semana en Vitoria, no le impide seguir reivindicando empleos estables y mejores condiciones laborales. Tiene un alto concepto de su sucesor, D¨¢maso Casado, 'un hombre inteligente, de trabajo pr¨¢ctico'. Trevilla dice as¨ª adi¨®s a la primera l¨ªnea, pero no a su compromiso social.
Pregunta. ?Qu¨¦ va a hacer con el traje que se compr¨® al llegar a la secretar¨ªa general?
Respuesta. Para alguna boda. No lo he amortizado porque esperaba estar m¨¢s en el cargo. Adem¨¢s, no puedo pedir indemnizaci¨®n al sindicato porque me voy porque quiero.
'Dejar la primera l¨ªnea me cuesta. Intento vivir como pienso y no pensar como vivo'
'Por favor, que Ibarretxe se compare con Europa en las pol¨ªticas sociales'
P. ?Le da pena irse?
R. S¨ª, porque estoy en un momento en el que he acumulado un patrimonio sindical suficiente y tengo un liderazgo interno alto. Me lo he currado. Tengo una ejecutiva muy cohesionada y la prueba es la sucesi¨®n. Pero, sobre todo, vivo con mucha intensidad el momento de la sociedad vasca. Es, desgraciadamente, complicado y soy un corredor de fondo. Dejar la primera l¨ªnea del sindicato me cuesta porque creo que he sido ¨²til en UGT, y si¨¦ndolo, soy ¨²til en la sociedad vasca.
P. ?No siente que tira la toalla anticipadamente?
R. No, porque he sido una persona, y quiero seguir si¨¦ndolo, que intenta vivir como piensa y no pensar como vive. Soy prisionero de lo que pienso y estoy muy a gusto.
P. ?No peca de la moral que chup¨® en el seminario?
R. No tengo verg¨¹enza de haber chupado de esa moral. Soy un militante laico. Como me secularic¨¦, he encontrado en el sindicato una escuela democr¨¢tica de militancia, de fuerza moral y de cohesi¨®n. He estado 24 a?os de dirigente y mi tiempo ¨²til ha acabado anticipadamente. Es m¨¢s un acto de generosidad personal que tirar la toalla. En un momento en que se habla tanto del poder y esas cosas, tengo una ¨¦tica de comportamiento que me la aplico a m¨ª mismo.
P. ?Permanecer¨¢ en la sombra manejando la central?
R. No. Quiero ser un militante sindical ¨²til. Del mundo de las ideas uno no se jubila. Hay tareas en el sindicalismo y en la izquierda en las que uno puede ser ¨²til. Yo necesito trabajar socialmente. No tengo ningunas ganas de ser el ide¨®logo por detr¨¢s. Soy lo que soy.
P. Pero lo deja todo muy bien atado.
R. No. Cuando he dicho a los compa?eros que no me presento a la reelecci¨®n todos me han respetado, aunque a algunos les ha fastidiado.
P. ?Qu¨¦ futuro tiene UGT como el cuarto sindicato vasco en representatividad y en una sociedad tan dividida?
R. El futuro es ser un sindicato representativo, con fuerza en muchos sectores, que es parte de una confederaci¨®n. Ni todos ni los problemas m¨¢s importantes se deciden en el ¨¢mbito vasco. Sin hacer victimismos est¨¦riles, creo que la UGT responde con coherencia, esfuerzo y trabajo a los problemas de los trabajadores. Tener 41.000 afiliados y m¨¢s de 2.800 delegados en esta situaci¨®n no es moco de pavo, y eso que no estamos haciendo en este pa¨ªs sindicalismo en las mejores condiciones.
P. ?En la UGT se nota presi¨®n?
R. S¨ª, pero tenemos que vivir como si no existiera. Eso significa que no tiene que ser la preocupaci¨®n principal de nuestra acci¨®n sindical. Venimos siendo coherentes con algo que la UGT ha hecho siempre y es trabajar por la libertad. Pero adem¨¢s hay que comer todos los d¨ªas y eso pasa por trabajos decentes. Sin ellos, no hay vida decente. Por eso hemos intentado contribuir a un debate social y a una socializaci¨®n de los problemas de los trabajadores e incluso a que la dimensi¨®n democr¨¢tica de la libertad tenga contenidos sociales.
P. Muchas veces ha hablado de que en Euskadi hay una aristocracia obrera y por eso pasan cosas de las que est¨¢n pasando.
R. No. En Euskadi lo que hay es una fractura pol¨ªtica que se traslada al mundo sindical. Se discute m¨¢s de cu¨¢nto de Espa?a queremos ser y no de cu¨¢nto de izquierdas y derechas. Hay una polarizaci¨®n respecto del modelo de Estado y se oculta el modelo de sociedad. La divisi¨®n entre nacionalistas y no nacionalistas se ha elevado a categor¨ªa estrat¨¦gica y eso crea una fractura estructural en el movimiento sindical. Eso es una anormalidad democr¨¢tica. En ese trabajo sindicalmente he intentado aportar el m¨¢ximo de debate sabiendo que es complicado.
P. Efectivamente, siempre ha tenido un compromiso claro y ha acudido a todos los actos tras un ataque a la vida o la libertad. ?Se ha planteado ofrecerse para estar en unas listas en las elecciones municipales?
R. No, no me lo he planteado. No soy un apol¨ªtico. He trabajado en el sindicato y he intentado ser ¨²til para el trabajo social y la libertad. Creo que tengo una trayectoria de sindicalismo ideol¨®gico y con dimensi¨®n pol¨ªtica. No estoy en un sindicato ni pol¨ªtica ni ideol¨®gicamente neutral. No me he planteado pegar un salto a la pol¨ªtica, pero las personas son historia y no tengo ni idea de qu¨¦ har¨¦. Como fuerza social tenemos que lograr que el debate de la libertad, que es el dominante, no anule el del reparto de la riqueza y pol¨ªticas sociales. En este pa¨ªs existe una hegemon¨ªa liberal. El autogobierno no tiene la dimensi¨®n social que se necesita.
P. Se queja mucho del intervencionismo neoliberal.
R. Lo que sucede es que el papel asignado a la pol¨ªtica ha cambiado. En lugar de legislar para regular el mercado, lo est¨¢ haciendo para otorgar al mercado mayor autonom¨ªa respecto a la pol¨ªtica. En lugar de proteger fundamentalmente a los m¨¢s d¨¦biles est¨¢ favoreciendo a las empresas. En lugar de perseguir el pleno empleo busca la estabilidad de precios. En lugar de legislar derechos laborales busca la flexibilidad, la desregulaci¨®n y lo que suelo llamar la flexiexplotaci¨®n. Lo que vengo denunciando es que en pol¨ªticas econ¨®micas no he visto diferencias entre el PP y el PNV. Cuando se discute de pol¨ªticas de empleo pongo el ejemplo de Dinamarca, que dedica 4% del PIB a pol¨ªticas activas. Cuando el Gobierno de Ibarretxe hace comparaciones con Europa, lo hace en lo que le conviene, pero en pol¨ªticas sociales se compara con el resto de Espa?a. Por favor, que se compare con Europa. Aqu¨ª se ha hecho una convergencia nominal a cargo de una divergencia social.
P. ?Qu¨¦ va a hacer con tanto pensamiento? ?Lo va a dedicar a la formaci¨®n?
R. No lo s¨¦. Trabajar.
P. Pero le tendr¨¢n que poner una mesa...
R. Depende de los que est¨¢n aqu¨ª. No s¨®lo he trabajado en la UGT de Euskadi; tambi¨¦n en la confederaci¨®n. S¨®lo s¨¦ que tengo 56 a?os y la cabeza llena de ilusi¨®n. Lo ¨²nico que he dicho es que no quiero dirigir en primera l¨ªnea. No puedo jubilarme de las ideas y la militancia. Me jubilo de ser secretario general y miembro de una ejecutiva.
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