El oscuro futuro del psiqui¨¢trico de B¨¦tera
Profesionales, pacientes y familiares plantan cara al proyecto de convertir el complejo en un raro parque tem¨¢tico
Pocas veces grandes apuestas asistenciales como el hospital psiqui¨¢trico de B¨¦tera han nacido con aspiraciones tan elevadas y han provocado mayor decepci¨®n. El centro 'fue concebido con ambiciosas pretensiones de alcance desorbitado y ret¨®rica grandilocuente: llegar a ser el mejor de Europa de su especialidad', como recuerda el psiquiatra C¨¢ndido Polo en su libro Cr¨®nica del Manicomio. Prensa, locura y sociedad, editado por la Asociaci¨®n Espa?ola de Neuropsiquiatr¨ªa. En pleno desarrollismo franquista, aprovechando fondos del primero y del segundo plan de desarrollo -en los a?os 1968 y 197- se apost¨® por un macrocomplejo de 1.200 camas que ocupar¨ªa m¨¢s de 500.000 metros cuadrados en la localidad de B¨¦tera, en la comarca del Camp de T¨²ria.
El proyecto es firme y cuenta con la decisi¨®n tomada de crear un 'park folk'
Con la inversi¨®n prevista se podr¨ªa paliar la deficiente atenci¨®n a los pacientes
Frente a este despliegue de medios, su puesta en marcha fue un alumbramiento a contracorriente, surgido en pleno apogeo de la oposici¨®n al internamiento, bajo la influencia de unas f¨®rmulas asistenciales totalmente rebasadas y en crisis. 'El flamante sanatorio estaba condenado a chocar, de forma inevitable, con las modernas orientaciones que apostaban por la superaci¨®n de viejo modelo asilar', apunta Polo. Y as¨ª sucedi¨®. El centro empez¨® a funcionar en 1974, cuando un cuarto de siglo antes la Organizaci¨®n Mundial de Salud (OMS) ya apostaba por el cambio de rumbo que supon¨ªa pasar del internamiento de los enfermos mentales en grandes instituciones a la intervenci¨®n comunitaria, es decir, a una asistencia socialmente normalizada a trav¨¦s de centros de salud mental y de rehabilitaci¨®n.
Con la ley General de Sanidad, en 1986, lleg¨® la progresiva salida de enfermos y el descenso de pacientes internados en B¨¦tera, un proceso que tuvo lugar entre luces y sombras ante la falta de asistencia de muchas de las personas que sal¨ªan del hospital por la falta de alternativas a la deshospitalizaci¨®n.
Sin embargo, pocos pacientes, enfermos y profesionales pod¨ªan imaginar que el final que ha dise?ado el presidente de la Diputaci¨®n de Valencia, Fernando Giner, para las instalaciones del psiqui¨¢trico ser¨ªa el parque tem¨¢tico que la entidad provincial pretende levantar en los 550.000 metros cuadrados del emplazamiento hospitalario: el Parc dels Pobles. Fuentes de la Diputaci¨®n aseguran que el proyecto es firme y cuenta con la decisi¨®n tomada de su presidente de crear un folk park, es decir, unas instalaciones al aire libre donde exhibir los contenidos de etnolog¨ªa con que cuenta en el museo del Centre Cultural la Benefic¨¨ncia. En palabras del propio Giner en la presentaci¨®n de proyecto en la Feria del Turismo de Madrid, se tratar¨¢ de un recinto que 'pretende estar a medio camino entre un parque tem¨¢tico y un museo vivo donde se recojan elementos sustanciales de nuestra cultura'. El coste estimado es de 10 a 15 millones de euros -1.663 y 2.495 millones de pesetas- y el inicio de las obras est¨¢ previsto para mediados del a?o que viene. De todas maneras, tras el revuelo de las ¨²ltimas semanas, no se dar¨¢n m¨¢s pasos hasta decidir el futuro de los enfermos y profesionales.
La falta de aprovechamiento de las instalaciones de B¨¦tera, en las que incluso hay un hotel que nunca se puso en funcionamiento, es el principal argumento de los partidarios de crear un centro de ocio que concentre el folclore y la geograf¨ªa de la provincia de Valencia: desde muestras de calafat de Ribera y arrozales en el ¨¢rea en la que se reproducir¨¢ L'Albufera, hasta alquer¨ªas y norias en la zona de la huerta, un poblado ib¨¦rico o un ¨¢rea de secano. La reacci¨®n de enfermos, familiares y trabajadores del centro, adem¨¢s de profesionales de la psiquiatr¨ªa valenciana no se ha hecho esperar. Por un lado critican las formas. El anuncio se realiz¨® en la feria de turismo, de espaldas a los 150 pacientes que a¨²n alberga, entre enfermos mentales y pacientes que acuden al centro de desintoxicaci¨®n de drogodependientes y alcoh¨®licos. Y de los 180 trabajadores (7 m¨¦dicos, 12 enfermeros, 60 auxiliares, 10 monitores, 15 administrativos, 15 limpiadoras, entre ellos), que, junto a otros profesionales, emitieron un comunicado tras conocer las intenciones de la Diputaci¨®n en el que denunciaban las 'grandes repercusiones' que el proyecto supondr¨ªa tanto para los internos como para los profesionales del centro. La decisi¨®n tomada muestra que el poder pol¨ªtico 'desprecia' el contenido del centro p¨²blico asistencial, se?alaron, 'decidiendo sin consultar a ninguno de los colectivos afectados la reconversi¨®n en algo ajeno a su cometido asistencial original'. Y criticaron la 'dif¨ªcil' situaci¨®n por la que atraviesa la atenci¨®n a la enfermedad mental en la Comunidad. Este es el otro aspecto en el que han incidido no s¨®lo los trabajadores sino profesionales de salud mental consultados por este diario.
Con la inversi¨®n prevista por la Diputaci¨®n, apuntan los especialistas, se podr¨ªa paliar en gran medida la 'deficiente' atenci¨®n que se presta a los enfermos mentales en la Comunidad Valenciana.
Adem¨¢s, todos ellos coinciden en la necesidad de cerrar las puertas de B¨¦tera de forma controlada. Pero critican que los pacientes pierdan recursos de salud mental, como puede ser este centro, sin que tengan contrapartidas para compensarlos.
?Qu¨¦ ganan los enfermos con el cierre del psiqui¨¢trico de B¨¦tera? ?Qu¨¦ han obtenido despu¨¦s de 28 a?os de hospital?. Estas, se?alan, son las primeras cuestiones a las que deber¨ªa responder la Diputaci¨®n de Valencia. Antes de estudiar futuras utilidades del recinto -como la de un parque de ocio que resulta cuando menos fr¨ªvolo a ojos de los especialistas consultados-, habr¨ªa que estudiar emplazamientos adecuados para los pacientes y ampliar los recursos destinados a estos enfermos.
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