Pol¨ªtica en la calle
Lo primero que aparece en esta evicci¨®n de Jes¨²s Gil de la alcald¨ªa de Marbella es su injusticia: los a?os y a?os que ha tardado desde que se conocen las irregularidades durante los cuales ha podido continuar cometi¨¦ndolas. No me parecen mal estas garant¨ªas; pero contrastan con los 'juicios r¨¢pidos' a los delincuentes peque?os, que en unas horas pueden ser condenados y, si son de fuera, expulsados. De ni?o me asombraba la estatua de la justicia con una venda en los ojos: no se va a enterar de nada, dec¨ªa, y me explicaban que era para no ver la naturaleza y condici¨®n de la persona, y para pesar el delito ¨²nicamente. ?Tambi¨¦n era mentira! Uno de mis defectos es el haberme formado como te¨®rico, y hay quien me lo reprocha cada d¨ªa y dice que estoy fuera de la realidad. Lo peor no es esa rara formaci¨®n, sino querer expresarla.
Claro que otras personas deben haber sufrido esta educaci¨®n err¨®nea, porque cada vez salen m¨¢s a la calle y votan menos: aqu¨ª o en Portugal, y veremos en Francia el 21, donde el tercer candidato favorecido por la opini¨®n es el fascista y torturador de Argelia Jean-Marie Le Pen, despu¨¦s de los dos designados por las clases de poder, Jospin y Chirac. En la calle hay cada vez m¨¢s manifestantes: estudiantes, antiglobalizadores o pacifistas. El genocidio de Palestina atrajo ayer a millones de personas en todo el mundo; y aqu¨ª tambi¨¦n, y se cruzaron con los manifestantes contra lo que llaman 'edadismo'; el intento de empobrecer a la clase de edad mayor en la conferencia de Madrid. Una vez en marcha la campa?a contra el ni?o y el joven -borracho y grit¨®n de viernes y s¨¢bado, campe¨®n de Europa de fracaso escolar- aparece esta idea de que los mayores llevan el presupuesto y van a ser muchos. Es curioso, porque esos futuros viejos van a ser los que ahora se buscan su ruina.
Gil ya tiene una condena moderada: a no ser alcalde. Con el tiempo necesario para que haya podido seguir ejerciendo. Veremos lo que tarda el asunto de Gescartera. Y el que acaba de iniciarse, por las cuentas misteriosas de un banco, y quiz¨¢ no se sepa nunca d¨®nde fueron a parar sus fondos. Quiz¨¢ a los que ahora lanzan el 'edadismo' para ahorrar gastos a quienes tienen el dinero.
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