Lo hice y lo disfrut¨¦
El alcalde de Nueva York, utilizado en una campa?a para legalizar la marihuana
El rostro del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, estar¨¢ en todos los rincones de la ciudad. Habr¨¢ anuncios en la prensa, en los autobuses y en las cabinas telef¨®nicas. Bloomberg, el hombre que el a?o pasado pag¨® de su bolsillo 60 millones de d¨®lares para abrumar a los neoyorquinos con la publicidad electoral m¨¢s intensa de todos los tiempos, no pide votos esta vez. Su imagen aparece junto a una frase que pronunci¨® hace muchos meses, cuando decidi¨® aspirar a la sucesi¨®n de Rudy Giuliani. Un periodista le pregunt¨® si alguna vez hab¨ªa fumado marihuana. Y Bloomberg fue sincero: 'Vaya si lo hice. Y lo disfrut¨¦'.
Esa confesi¨®n perseguir¨¢ durante semanas al ex empresario. La Fundaci¨®n NORML, un lobby de Washington que trabaja a favor de la legalizaci¨®n de la marihuana, gastar¨¢ 500.000 d¨®lares en una campa?a centrada en las palabras de Bloomberg. 'Por fin, un pol¨ªtico honesto', reza el anuncio, en el que se recuerda que tambi¨¦n el ex presidente Bill Clinton y el actual gobernador de Nueva York, George Pataki, han admitido a rega?adientes haber probado la marihuana. 'Casi mil personas son detenidas cada semana en Nueva York por fumar marihuana. Eso es derrochar el dinero de los contribuyentes. Y, con la actual preocupaci¨®n por el terrorismo, constituye una utilizaci¨®n est¨²pida de unos efectivos policiales limitados. El uso privado de la marihuana por parte de adultos deber¨ªa ser eso: un asunto privado'. 'Es NORML fumar mar¨ªa', concluye el texto.
'La ley es la ley, y la polic¨ªa seguir¨¢ practicando detenciones', afirma Michael Bloomberg
Al alcalde le hace muy poca gracia la campa?a de NORML. 'No me entusiasma que utilicen mi nombre', dijo ayer. 'Pero supongo que la Primera Enmienda me impide detener la campa?a'. Bloomberg a?adi¨® que la polic¨ªa seguir¨ªa practicando detenciones. 'La ley es la ley', afirm¨®.
El primer objetivo de NORML consiste en conseguir, al menos, la legalizaci¨®n de la marihuana para usos m¨¦dicos y una suavizaci¨®n de las penas por consumo. En Estados como Nueva Jersey, un simple porro puede costar hasta siete a?os de c¨¢rcel. La terrible dureza de las leyes procede de la 'guerra contra la droga', oficialmente declarada por Richard Nixon en 1972 y ratificada por Ronald Reagan en 1984, junto con el principio de 'tolerancia cero'. NORML intenta aprovechar el cambio de orientaci¨®n en la opini¨®n p¨²blica, que, casi desaparecida ya la plaga del crack y la violencia que trajo consigo, empieza a pensar que la 'guerra contra la droga' ha ido demasiado lejos. Esa guerra, casi olvidada desde que comenz¨® la otra guerra, la que Estados Unidos libra contra el terrorismo, no ha llevado a ninguna parte. Pese a que justamente este a?o deb¨ªa declararse la victoria total.
El 30 de abril de 1998, el Partido Republicano logr¨® que el Congreso adoptara una resoluci¨®n que pon¨ªa fecha a la victoria. 'Una Am¨¦rica sin drogas en 2002', se titulaba la declaraci¨®n. Cuatro a?os despu¨¦s, el Gobierno federal contin¨²a gastando 19.000 millones de d¨®lares anuales en combatir los narc¨®ticos y 24 millones de estadounidenses siguen consumi¨¦ndolos.
En 1972, Richard Nixon cre¨® una comisi¨®n de alto nivel cient¨ªfico para definir la pol¨ªtica gubernamental en la lucha contra las drogas ilegales. El panel de expertos, conocido como la Comisi¨®n Shaffer, concluy¨® que se deb¨ªa llevar a cabo una pol¨ªtica de control basada en los riesgos m¨¦dicos, y que conven¨ªa despenalizar el consumo de marihuana. Nixon, sin embargo, denunci¨® las opiniones de unos t¨¦cnicos que ¨¦l mismo hab¨ªa nombrado y declar¨® la m¨¢s larga y, hasta el momento, infructuosa guerra librada nunca por Estados Unidos.
Una de las paradojas de la pol¨ªtica antidroga estadounidense radica en que la marihuana se considera m¨¢s peligrosa que la coca¨ªna. La DEA, la agencia federal que persigue los narc¨®ticos, considera que las dos drogas m¨¢s duras son la marihuana y la hero¨ªna, bas¨¢ndose en estimaciones m¨¦dicas de los a?os treinta y cuarenta que, a su vez, se basaban en viejos prejuicios: en algunos Estados del sur exist¨ªa legislaci¨®n que prohib¨ªa la marihuana porque induc¨ªa a 'los negros a violar mujeres blancas'.
La realidad, despu¨¦s de 30 a?os de guerra contra la droga, es que la marihuana, aun siendo ilegal, se ha convertido en uno de los principales cultivos agr¨ªcolas en Estados Unidos. En 1998 fue, seg¨²n datos combinados de la DEA y el Departamento de Agricultura, el cuarto cultivo nacional seg¨²n el valor de la cosecha para los agricultores, por delante del algod¨®n, el trigo y el tabaco. Si se tomase como referencia el precio en las calles, la marihuana ser¨ªa la principal producci¨®n agraria del pa¨ªs.
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