S¨ªntoma y diagnosis
En ¨¢nimo jocundo publiqu¨¦ aqu¨ª mi opini¨®n sobre el valor hist¨®rico, arqueol¨®gico o urban¨ªstico del yacimiento del Born y sobre el embeleso de los ide¨®logos del nacionalismo ante las posibilidades doctrinarias que ofrece. Las opiniones ponderadas que se vienen publicando no me han hecho cambiar de opini¨®n. La r¨¦plica de cierto profesor berrinches fue, como en ¨¦l es ordinario, el grotesco proceso de intenciones y h¨¢bitos, a partir del anacronismo que comet¨ª al ennoblecer como romanas las murallas que Barcelona derrib¨® mediado el siglo pasado. Mi ignorancia es ciertamente oce¨¢nica; y aunque creo que en este tema no alcanza a tanto, si mi distinguido amigo cree que debo encasquetarme su capirote me lo pongo enhorabuena y aprovecho el derecho de r¨¦plica para ahondar en lo que nos importa. Pues en efecto, aunque parece que las autoridades se ponen de acuerdo en explorar una soluci¨®n mixta que no es la mejor ni la peor, el Born sigue siendo interesante sobre todo como s¨ªntoma.
Durante estos ¨²ltimos a?os Barcelona y Catalu?a han padecido una debilidad end¨¦mica de liderazgo cultural
Alud¨ª a la demolici¨®n de las murallas y al plan Cerd¨¤ como el ejemplo que aqu¨ª mejor conocemos todos de lo que, con sus m¨¢s y sus menos, fue un proyecto de racionalizaci¨®n decidido, coherente y exitoso que convirti¨® Barcelona en una gran ciudad. Algo en la direcci¨®n de ese saneamiento racionalista necesitamos urgentemente para la cultura. No me refiero ya a un equipamiento como la Biblioteca Provincial, que tendr¨ªa que haber paliado ya hace tiempo nuestras graves carencias en este terreno; me refiero a la debilidad de liderazgo y a la ausencia de un proyecto cultural para Barcelona y para Catalu?a. Carencias manifiestas, por ejemplo, en los bandazos del F¨°rum 2004; en la necrosis de los museos del rom¨¢nico y del arte moderno tras ser nacionalizados en el MNAC; en el perfil y ejecutoria de los sucesivos consejeros de Cultura; en la indigente dotaci¨®n presupuestaria del Macba y otros centros de exposici¨®n reducidos a poco menos que el voluntarismo y la impotencia testimonial; en el exilio de la industria cinematogr¨¢fica mientras Pujals se hace la foto con Mickey Mouse o Mas lucha denodadamente por la traducci¨®n al catal¨¢n de El se?or de los anillos; en la ocurrencia de encomendarle el nudo gordiano del caos en las ferias de arte a Bassat (salvando el respeto a la persona y al profesional); en la duplicidad de grandes teatros p¨²blicos; en la historia y programaci¨®n del Museo de Historia de Catalu?a, etc¨¦tera, etc¨¦tera, etc¨¦tera... y sobre todo, en la estupefacta exasperaci¨®n de los colectivos art¨ªsticos y productores culturales todav¨ªa vivos, pero ag¨®nicos. Reforzar la salud cultural de una comunidad, como casi todo lo que vale la pena, requiere tiempo, regularidad y un trabajo sostenido; no basta con las grandes efem¨¦rides, centenarios y quincuacentenarios de hombres notables y guerras civiles. Por nebulosas que sean, iniciativas como la del F¨°rum y de la Trienal parecen indicar que el Ayuntamiento se ha percatado al menos de la posibilidad de usar la cultura como herramienta pol¨ªtica y marca tur¨ªstica. Quiz¨¢ no sea mucho, pero temo que la Generalitat, por su parte, ni siquiera se ha dado cuenta de que la cultura local -m¨¢s all¨¢ de T¨¤pies- puede vivir, se puede dinamizar y hasta se puede vender; la considera una patata caliente potencialmente peligrosa, y eso explica, me parece a m¨ª, la languidez de sarc¨®fago de Santa M¨®nica.
En la direcci¨®n racionalizadora a la que vengo refiri¨¦ndome, alguna idea de las que flotan en los ambientes a los que a veces me lleva mi trabajo o mi curiosidad puede ser ilustrativa, aunque sea s¨®lo de cu¨¢les son los problemas reales y por d¨®nde deben pensarse soluciones; dado el acuerdo entre todos los partidos, evidente en las unanimidades del Parlament, en el F¨°rum, en el Born y hasta en las ofertas de asociaci¨®n de los adversarios, y dada la abundancia de contenedores que todos dan por supuesta, se dan las condiciones para un Instituto para las Artes pionero en investigaci¨®n y difusi¨®n cultural. Cierto que entidades ya operativas atienden parcialmente a esto dispensando becas, subvenciones, programas de estudio o culturales. Pero me refiero a otra cosa: un espacio funcional que albergase biblioteca e infraestructuras virtuales, espacios alquilados a bajo coste a los productores culturales, centros de investigaci¨®n y trabajo con las universidades de donde puedan surgir programas de educaci¨®n.
Una f¨¢brica, de gesti¨®n mixta, financiada por las tres instituciones y por las entidades privadas que participen en ella, dedicada a elaborar estrategias para recabar financiaci¨®n privada, sacar adelante y fuera nuestros productos culturales, convertirse en un referente, tanto interior como exterior, en todo lo relativo a informaci¨®n, investigaci¨®n y difusi¨®n de la cultura... Como ya he dicho, es apenas una idea que flota, pero cosas as¨ª, y no los parches acostumbrados, s¨ª contribuir¨ªan a normalizar nuestra cultura y podr¨ªan ser un punto de encuentro incluso a nivel europeo. Ser¨ªa estupendo pasar de una vez de los agitadores vocacionales a los t¨¦cnicos que piensan; de los ruinosos contenedores muse¨ªstico-tem¨¢ticos y los acontecimientos que hay que dotar de contenido, a las estructuras con un proyecto s¨®lido que hay que dotar de dinero.
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