FMI: el malestar de la globalizaci¨®n
CASI COINCIDIENDO CON LA ASAMBLEA de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), dos de las principales instituciones de la globalizaci¨®n, aparece en las librer¨ªas el ¨²ltimo libro del premio Nobel de Econom¨ªa Joseph E. Stiglitz, titulado en castellano El malestar de la globalizaci¨®n. En Espa?a ser¨¢ publicado en breves semanas (editorial Taurus). El texto, que para el autor supone un g¨¦nero nuevo, alejado tanto de su habitual tono acad¨¦mico como de la charla popular, est¨¢ en buena parte dedicado a ambos organismos, fundamentalmente al FMI.
Leerlo en estos momentos rebaja la solemnidad y el grado de reconocimiento sobre los pron¨®sticos del Fondo. Se conoc¨ªa la acidez de la cr¨ªtica de Stiglitz al FMI (no hay peor cu?a que la de la misma madera; el economista estuvo en primera fila en el BM, del que fue economista jefe y vicepresidente), pero en el libro en cuesti¨®n hace de la misma el protagonista no s¨®lo de los contenidos, sino de la propia metodolog¨ªa.
El ¨²ltimo Nobel de Econom¨ªa recuerda: las recetas y los pron¨®sticos del Fondo est¨¢n tamizados por la ideolog¨ªa y los intereses de quienes mandan en ¨¦l. Sus pol¨ªticas se han equivocado m¨¢s de lo que han acertado
?Por qu¨¦ no hay que tener demasiado en cuenta las cosas que dice el FMI? En concreto, por tres motivos: porque hace ideolog¨ªa y no ciencia social; porque la historia demuestra que se ha equivocado m¨¢s que acertado; y, por ¨²ltimo, porque fue creado tras la Segunda Guerra Mundial para ejercer de modo diferente a lo que ahora practica.
Stiglitz entiende que el FMI toma sus decisiones en funci¨®n de criterios ideol¨®gicos y pol¨ªticos. Como resultado de ello ha multiplicado las acciones 'que no resolv¨ªan los problemas, pero que encajaban con los intereses y creencias de las personas que mandaban'. ?Y quienes son ¨¦stas? Gentes muy vinculadas a la comunidad financiera que, una vez que cumplen su etapa al frente de los organismos multilaterales, regresan a sus empresas y bancos. Cita, entre otros, el caso de Stanley Fischer, que se march¨® directamente del FMI -del que fue n¨²mero dos con Michel Camdessus- al Citigroup. 'Esas personas ven naturalmente el mundo a trav¨¦s de los ojos de la comunidad financiera'.
Respecto a las recetas del Fondo, muchas veces est¨¢n basadas en el anticuado supuesto de que los mercados generan por s¨ª mismos resultados eficientes, bloqueando las intervenciones deseables de los Gobiernos que podr¨ªan guiar el crecimiento y mejorar la situaci¨®n de los ciudadanos. Cuando las crisis golpearon, el FMI prescribi¨® soluciones viejas, inadecuadas y de talla ¨²nica, sin considerar los efectos que tendr¨ªan sobre los pa¨ªses a los que se aconsejaba aplicarlas. 'Las pol¨ªticas de ajuste estructural del FMI -dise?adas para ayudar a un pa¨ªs a ajustarse ante crisis y desequilibrios m¨¢s permanentes- produjeron hambre y disturbios en muchos lugares, e incluso cuando los resultados no fueron tan deplorables y consiguieron a duras penas algo de crecimiento durante un tiempo, muchas veces los beneficios se repartieron desproporcionadamente a favor de los m¨¢s pudientes, mientras que los m¨¢s pobres en ocasiones se hund¨ªan a¨²n m¨¢s en la miseria'.
Pero es que, adem¨¢s, el FMI no fue creado para hacer lo que hace. Fundado en la idea de que los mercados funcionan muchas veces mal, desde hace tiempo incide en la supremac¨ªa del mercado 'con fervor ideol¨®gico'. Construido bajo el amparo de que es necesaria una presi¨®n internacional sobre los pa¨ªses para que acometan pol¨ªticas econ¨®micas expansivas -como subir el gasto p¨²blico, bajar los impuestos o reducir los tipos de inter¨¦s para estimular la econom¨ªa-, hoy el FMI aporta dinero s¨®lo si los pa¨ªses emprenden pol¨ªticas restrictivas como recortar los d¨¦ficit y aumentar los impuestos o los tipos de inter¨¦s, lo que contrae la econom¨ªa.
Stiglitz, que se ha convertido en uno de los mejores aliados te¨®ricos de los cr¨ªticos de la globalizaci¨®n realmente existente, exclama escandalizado: 'Keynes se remover¨ªa en su tumba si supiese lo que ha sucedido con su criatura'.
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