Aznar busca un chivo expiatorio
Abordar la inmigraci¨®n como si este fen¨®meno no acarreara problemas y dificultades es una ingenuidad y es un an¨¢lisis tan cargado de buena voluntad como irreal. Pero a¨²n peor es empe?arse en presentar la inmigraci¨®n s¨®lo como delincuencia, inseguridad, choque cultural o religioso. Entre todos podemos estar generando 'unas evidencias' cargadas de expectativas negativas y no de realidades. Veamos algunas cifras que pueden ser clarificadoras sobre Andaluc¨ªa. A fecha de noviembre de 2001 hab¨ªa en nuestra comunidad 157.157 extranjeros, de los cuales 80.713 era inmigrantes procedentes de pa¨ªses extracomunitarios. Esto supone que los extranjeros representan el 2,14% de la poblaci¨®n andaluza, mientras que los no comunitarios son el 1,1% del total. Andaluc¨ªa es la tercera comunidad en cuanto a volumen de poblaci¨®n extranjera, por detr¨¢s de Catalu?a y Madrid. A pesar de estas cifras, modestas en comparaci¨®n con otros pa¨ªses y regiones europeas, para los catalanes la inmigraci¨®n es el primer problema de esa comunidad y ha pasado de ser una preocupaci¨®n para el 35,9% de la poblaci¨®n al 48,6% en el ¨²ltimo bar¨®metro de la Generalitat catalana. En Andaluc¨ªa todas las encuestas ponen de manifiesto que son muchos los inmigrantes, cuando la realidad es que los extranjeros no comunitarios s¨®lo suponen el 1,1% de la poblaci¨®n andaluza.
Las declaraciones del presidente del Gobierno hace pocos d¨ªas, donde alertaba de que el 89% de los ingresos en prisi¨®n del primer trimestre del a?o corresponden a extranjeros, ha suscitado algunas reacciones y debates puntuales. La primera reacci¨®n ha de ser de preocupaci¨®n, pero tambi¨¦n es preciso dejar sentado que el se?or Aznar ha hablado de extranjeros, y no s¨®lo de inmigrantes, por razones econ¨®micas. La mayor parte de los delitos de los extranjeros no comunitarios corresponde a delitos tan banales como la venta de objetos falsificados carentes de permisos o licencias, actividades ajenas a la Hacienda P¨²blica, hurtos y delitos diversos contra la propiedad. Es obvia la necesidad de perseguir cualquier tipo de delito, pero deber¨ªa inquietarle a¨²n m¨¢s al presidente del Gobierno los delitos cometidos por bandas criminales organizadas que se asientan en zonas del litoral espa?ol, de la que la Costa del Sol es un ejemplo digno de atenci¨®n y seguimiento.
Las afirmaciones reiteradas del se?or Rajoy, de otros dirigentes del PP o del propio Aznar consiguen un objetivo inmediato: encontrar un chivo expiatorio que justifique el aumento de la delincuencia en nuestro pa¨ªs. El acoso de la oposici¨®n pol¨ªtica y de colectivos sociales es respondido con el rostro y la fea imagen de una inmigraci¨®n delictiva y peligrosa. La maldad de esta respuesta, habitual en el PP, de culpar siempre a otros, en este caso adquiere m¨¢s dramatismo. Se les olvida recordar que en provincias como Sevilla, con un poblaci¨®n extranjera que rebasa ligeramente el 1%, se han incrementado de manera notable los delitos; mientras que en Almer¨ªa, provincia donde los extranjeros representan el 7% de su poblaci¨®n, durante el a?o 2001 los delitos han descendido notablemente gracias a la mayor presencia policial.
Los estrategas del PP, que han convertido la defensa de Espa?a en la l¨ªnea transversal de su proyecto, han logrado hacer de la lucha contra ETA y el nacionalismo vasco (PNV) una cruzada donde todos tenemos que participar con entusiasmo, sin permitir en modo alguno matices y discrepancias que pueda diferenciar al lehendakari Ibarretxe de los asesinos de ETA. La soterrada acusaci¨®n de que quienes no compartan el proyecto del PP para el Pa¨ªs Vasco se sit¨²an del lado de los etarras se erige en la tesis m¨¢s inquietante de los ¨²ltimos a?os para la democracia espa?ola. Quienes afirmaban, cuando ETA asesin¨® a Francisco Tom¨¢s y Valiente, que las manifestaciones de repudio no eran s¨®lo contra la banda terrorista sino que se dirig¨ªan contra Felipe Gonz¨¢lez, son los mismos que ahora pretenden hacernos rehenes de su estrategia electoral e ideol¨®gica.
De seguir la estrategia del PP de identificar delincuencia e inmigraci¨®n podr¨ªamos encontrarnos en otro dise?o estrat¨¦gico para convertir la defensa de Espa?a frente a los inmigrantes y los extranjeros en otro gran tema de obligado cumplimientos por todos. Otro gran elemento transversal del PP puede ser la dureza frente a la inmigraci¨®n, precisamente cuando este partido ha roto el acuerdo en esta materia por razones electorales y ha pasado a promover una ley pretendidamente severa, pero absurda en su aplicaci¨®n porque no resuelve el problema de miles de inmigrantes en situaci¨®n ilegal. Nos obligan a todos a compartir que la inmigraci¨®n es un peligro para Espa?a, cuando ha sido el Gobierno del se?or Aznar el que ha renunciado en la pr¨¢ctica a pol¨ªticas activas para la integraci¨®n de la inmigraci¨®n. No hemos o¨ªdo de los mandatarios del Gobierno de la inmigraci¨®n las positivas aportaciones de la inmigraci¨®n, como su contribuci¨®n al crecimiento demogr¨¢fico de Espa?a, en cotizaciones a las arcas de la Seguridad Social o de la Hacienda P¨²blica y su decisivo protagonismo en la pujanza de poblaciones como Almer¨ªa o Huelva.
Muy probablemente nos encontremos ante uno de los elementos cruciales, como es el debate pol¨ªtico e ideol¨®gico m¨¢s serio y profundo de los pr¨®ximos a?os en Espa?a y Europa, la integraci¨®n de los inmigrantes. Ya el grupo FORZA Italia y su l¨ªder, Silvio Berlusconi, lo han elegido como objetivo central de su estrategia pol¨ªtica. En Francia las elecciones se han centrado en gran medida sobre la inmigraci¨®n.
Es responsabilidad de todos los dem¨®cratas afrontar la situaci¨®n de la inmigraci¨®n con altura de miras, con capacidad de anticipaci¨®n, con propuestas que ayuden a la integraci¨®n necesaria. La Junta de Andaluc¨ªa ha dado pasos en esa direcci¨®n: su Plan Integral para la Inmigraci¨®n es un modelo que est¨¢ siendo imitado por otros.
Alfonso Perales Pizarro es consejero de Gobernaci¨®n.
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