Esperpento
Once a?os para el olvido. De los miles de votantes que tuvo Jes¨²s Gil, en su salida forzosa de la alcald¨ªa de Marbella, s¨®lo unas trescientas personas le vitorearon en su ¨²ltimo acto como alcalde. Seguir¨¢ mandando en Marbella. Juli¨¢n Mu?oz, el futuro alcalde, es su marioneta, aunque ser¨¢n otras las formas de gobernar; al menos, no tan groseras y chabacanas, sin meter las manos en la caja. Gil sale por la puerta falsa, con el peso de la ley sobre la cabeza y sobre sus actuaciones. Lo confirm¨® el Tribunal Supremo: es un delincuente. Y lo que resta por venir. Hay, sin embargo, algo pendiente y que el Tribunal de Cuentas de Andaluc¨ªa, si es que puede y dispone de medios, debe hacer: el balance contable de los once a?os de Gil como alcalde. Queremos saber el uso de los miles de millones entrados en las arcas municipales. Y tambi¨¦n los convenios urban¨ªsticos que autoriz¨®.
Y Gil se va sin dignidad, con la imagen del boxeador a punto de ser noqueado, con sus esperp¨¦nticas rabietas y amenazas, arremetiendo contra el presidente andaluz, Manuel Chaves, con acusaciones que, por s¨ª solas, ya ponen en evidencia el personaje que las pronuncia. He escrito que el problema pasa, ahora, por recuperar un esp¨ªritu de concordia, de trabajo, de di¨¢logo y con serenidad afrontar el futuro de Marbella, dejando que sean los tribunales de justicia los que digan la ¨²ltima palabra. El problema ya no es Jes¨²s Gil, el problema de Marbella es saber c¨®mo afrontar¨¢ el futuro.
Como es esperp¨¦ntico que sigamos, con lo que ha llovido, identificando inmigraci¨®n con delincuencia, seg¨²n se escribe en la memoria redactada por la fiscal¨ªa de Andaluc¨ªa. Ver un 'negro' o 'moro' paseando por la Costa del Sol, por poner un ejemplo y pensar que es un delincuente, real o potencial. El efecto franc¨¦s, Le Pen, se nos est¨¢ colando de rond¨®n en nuestras actitudes y maneras de pensar. Podemos terminar encumbrando a los altares pol¨ªticos a grupos neonazis. Y en Andaluc¨ªa, por ser tierra de promisi¨®n de miles de emigrantes, puede ser muy grave.
Y espect¨¢culo lo que est¨¢ sucediendo en el seno de los socialistas malague?os sin capacidad para el consenso. La batalla sigue abierta y las heridas, en vez de cerrarse, sangran cada vez m¨¢s. La alcald¨ªa de M¨¢laga, cada vez m¨¢s lejos.
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