Curas de agua y silencio con aires decimon¨®nicos

Inc¨®gnito bajo las paredes que enca?onan el r¨ªo Rudr¨®n, al norte de la provincia de Burgos, entre el p¨¢ramo de Masa y el puerto del Escudo, el antiguo balneario de Valdelateja ha cobrado de nuevo vida propia. El paraje inspira silencio y reposo, calma total. Pero tambi¨¦n salud de manantial, recreo campestre y actividades de monta?a a pleno pulm¨®n. Un b¨¢lsamo revitalizador en el umbral mismo del fin del mundo, explorado hace tres d¨¦cadas para la peque?a pantalla por F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, que situ¨® aqu¨ª varios cap¨ªtulos de su serie Fauna ib¨¦rica.

Al fondo de un camino que se interna desde la aldea de Valdelateja aparece la construcci¨®n termal, levantada en 1872 al servicio de los curistas mesetarios, aunque ya en la ¨¦poca romana se conoc¨ªan las propiedades terap¨¦uticas de sus aguas. M¨¢s tarde, el edificio funcion¨® como residencia de reli-giosos y hospital de guerra hasta su definitivo abandono, al t¨¦rmino de la ¨²ltima contienda civil. Sin los beneficios terap¨¦uticos y tur¨ªsticos que se le suponen, el lugar habr¨ªa quedado para siempre en la memoria de estos riscos a t¨ªtulo de inventario. La carretera nacio-nal discurre por arriba, pero no hay rellano donde detenerse a escudri?ar el color celeste y burdeos de sus fachadas, anacr¨®nicas con el entorno boscoso. Tras un breve ensayo de turismo rural, el hotel balneario ha pasado al grupo Castelar, que cuenta con otro importante establecimiento termal en Puente Viesgo, en Cantabria.

Poco a poco, el ambiente salut¨ªfero se va adue?ando de las instalaciones. Una galer¨ªa norte?a pintada de azul comunica el cuerpo de edificio primigenio con la zona de nueva construcci¨®n, m¨¢s acogedora y c¨®moda. Especialmente luminosa es el ala termal, donde exponerse a una sesi¨®n de hidroterapia en unos placenteros ba?os de burbujas y sedimentos, ducha subacu¨¢tica, chorros a presi¨®n, masajes t¨®nicos, sillones calientes y hasta un libidinoso chapuz¨®n floral de p¨¦talos. La carta de tratamientos invita a consultar el diccionario: presoterapia, reflexolog¨ªa, fangos sulfurados, parafangos, algas laminarias...

Decoradas sin melindres r¨²sticos y bastante sobradas de espacio, las habitaciones re¨²nen lo necesario para satisfacer tanto al ag¨¹ista exigente como al urbanita en fin de semana antiestr¨¦s. Paredes coloreadas, colchas y cortinas de abrigo, centros florales y pocos perifollos m¨¢s, que la altivez de la monta?a acaba luego imponiendo su ley. Especialmente luminosa, la 17 exhibe un suelo de madera y una agradable superposici¨®n de estilos. Asomadas al r¨ªo Rudr¨®n, las suites ocupan el frontal antiguo en dos plantas abuhardilladas, con un balconcito recoleto que logra disimular sus peque?as carencias ornamentales. El bosque circundante reclama desde aqu¨ª su protagonismo, con su intenso verde.