Cine marciano
Es realmente asombroso que se celebre un festival de cine espa?ol en M¨¢laga, Andaluc¨ªa, Espa?a. Me asombra que se pueda celebrar en Espa?a un festival de cine espa?ol porque en Espa?a casi nunca encuentro cine espa?ol. Cuento unas 175 salas (algunas tienen el tama?o de un v¨¢ter ferroviario, pero en total son 175 salas) en tres provincias, M¨¢laga, Granada y Ja¨¦n, y 38 pel¨ªculas para 175 salas, 30 pel¨ªculas americanas, estadounidenses (puede haber alguna neozelandesa, pero pasa por americana), y siete europeas, de las que cinco son espa?olas, adem¨¢s de una argentina (est¨¢n llegando a la comarca multitud de argentinos, como mucha gente de Nerja se fue a Argentina hace ahora cuarenta o cincuenta a?os: me los encuentro en el autob¨²s, hacia V¨¦lez-M¨¢laga). En los Cinesur El Ingenio, de V¨¦lez, me ofrecen 16 pel¨ªculas, todas de EE UU, menos dos espa?olas (en mi visita anterior, 15 d¨ªas antes, s¨®lo pon¨ªan una pel¨ªcula de Espa?a).
El Ingenio de V¨¦lez es un centro comercial, americano como una hamburguesa, escenario de novela de Douglas Coupland, canadiense nacido en una base militar canadiense en Alemania, aunque muchos de sus lectores lo creen americano, es decir, de Estados Unidos. Tambi¨¦n el cine, en general, es Am¨¦rica y todos somos Am¨¦rica. Tu vuo' fa l'americano, quieres d¨¢rtelas de americano, whisky & soda, b¨¦isbol & rock & roll, dice una canci¨®n italiana que oigo ahora mismo en una pel¨ªcula americana. El cine USA siempre ha sido adictivo como el rubio tabaco de Virginia (my God, cuando mi padre me mandaba a comprarle a las tantas tabaco americano de contrabando en los d¨ªas de mi fiebre f¨ªlmica): yo, adolescente, dedicaba la vida al cine, pendiente de las carteleras: nueva pel¨ªcula, entrar a la sala, apagarse la luz, despegar, adi¨®s, adi¨®s al mundo de todos los d¨ªas.
Somos una provincia americana, estadounidense, quiero decir. Con los argentinos del autob¨²s Nerja-Torre del Mar me podr¨ªa poner a discutir de los pol¨ªticos, los cantantes, los actores, los escritores, los deportistas de Estados Unidos, nuestro pa¨ªs com¨²n. Nunca, como hoy, ha sido tan evidente el triunfo de la ocupaci¨®n americana, nuestro patriotismo americano del Norte, guerrero-tecnol¨®gico, gastron¨®mico-cultural, nuestro Halloween y nuestras fiestas de graduaci¨®n en colegios y universidades, seg¨²n el modelo de las pel¨ªculas de Hollywood. As¨ª que es asombroso un festival de cine espa?ol en Espa?a, en M¨¢laga, porque el cine espa?ol es un marciano, y en el v¨ªdeo-club Hollywood de Nerja y en el v¨ªdeo-club Big Orange de M¨¢laga es mucho m¨¢s dif¨ªcil encontrar una pel¨ªcula espa?ola que una con el himno de Estados Unidos en la m¨²sica de fondo.
Se ilumina el Teatro Cervantes como una nave del espacio y empieza el quinto Festival del Cine Espa?ol de M¨¢laga: fans detr¨¢s de las vallas y el fulgor que los periodistas y las c¨¢maras a?aden al mundo, gala inaugural y fiesta en un club mar¨ªtimo, como en Beverly Hills. Qu¨¦ prodigio reunir en una semana de competici¨®n 15 pel¨ªculas espa?olas, de Marte, espejo marciano donde la gente se reconoce mejor, marciana. Dan ganas de saludar con veneraci¨®n a los artistas, los empresarios, los organizadores y el p¨²blico en general.
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