Las cocinas del Congreso
En el 25? aniversario de la C¨¢mara, los diputados explican el lado oculto de su trabajo
Como muchas instituciones o personajes p¨²blicos, el Parlamento tiene un problema de imagen. Los intercambios de insultos entre los diputados, los esca?os vac¨ªos, las denuncias de votaciones ama?adas reflejan ante la opini¨®n p¨²blica un Congreso en el que el lucimiento individual de los diputados prima sobre el inter¨¦s ciudadano y en el que el trabajo y el esfuerzo no son proporcionales a su trascendental misi¨®n. Pero detr¨¢s de esa imagen se esconde un recinto en constante actividad, aunque gran parte se produzca fuera de los focos. Justo cuando empiezan a prepararse las celebraciones para el 25? aniversario del Congreso, que se cumple el 15 de junio, los diputados se esfuerzan por mejorar su imagen de servidores p¨²blicos y rebatir algunas cr¨ªticas populistas que llegan a presentar la instituci¨®n como un lujo innecesario.
Los parlamentarios abandonan sus esca?os para seguir el pleno desde sus despachos
'Hay un Reglamento obsoleto que nos quita agilidad para tratar las preocupaciones sociales'
'La gente no se entera de lo que pasa aqu¨ª', dice Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, secretaria general del grupo parlamentario socialista. 'El trabajo en comisiones -donde diputados representantes de todos los grupos discuten las leyes al detalle- es m¨¢s del 50% de lo que se hace en el Parlamento, pero s¨®lo se ve lo que pasa en el Hemiciclo'. 'Aqu¨ª se tramitan m¨¢s de 35.000 asuntos al a?o', afirma la presidenta de la C¨¢mara, Luisa Fernanda Rudi.
La vida parlamentaria se concentra principalmente en tres d¨ªas llenos de plenos, de debates en comisiones y ponencias y de reuniones m¨²ltiples. Pleno por la ma?ana y comisiones y reuniones por la tarde o viceversa. Dos jornadas para legislar y una para controlar al Gobierno. El martes, en el pleno, es el d¨ªa de la oposici¨®n. Los grupos parlamentarios aportan su granito de arena haciendo proposiciones de ley, no de ley y mociones. Los mi¨¦rcoles, desfila el Gobierno por el Hemiciclo. Presidente y ministros se someten a las incisivas preguntas e interpelaciones de los diputados de la oposici¨®n y a las aduladoras cuestiones de sus partidarios. Y el jueves, el pleno debate las propuestas legislativas del Ejecutivo.
Esta concentraci¨®n de la actividad ha generado una idea de los diputados que no es exactamente la de trabajadores que se ganan su sueldo de casi medio mill¨®n al mes. Sin embargo, la mayor¨ªa vive a un ritmo fren¨¦tico. ?Qu¨¦ hacen si no ocupan sus esca?os? ?Qu¨¦ hacen adem¨¢s de ir a votar cuando suena el timbre? 'Los diputados siguen los plenos en sus despachos por el canal interno del Congreso. No todos entienden de todo y si no se tratan sus temas se van. Tienen que documentarse para posteriores intervenciones y, muchas veces, atender visitas o asistir a reuniones', explica la presidenta de la C¨¢mara, Luisa Fernanda Rudi.
De los 350 diputados, s¨®lo 34 residen en Madrid. El resto va y viene desde sus circunscripciones semanalmente, por eso es necesario agrupar las sesiones en tres d¨ªas. 'Los lunes los dedico a preparar los temas de la semana y los viernes, a reunirme con la gente de mi circunscripci¨®n y estar en contacto con mis electores', explica Margarita Ur¨ªa, del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que viaja cada lunes a Madrid desde Bilbao y regresa los jueves.
Son muchos los diputados que piensan que el pleno es s¨®lo un escenario. All¨ª se rentabilizan, sobre todo, los rostros de los diputados m¨¢s populares. Son los elegidos por los grupos para salir en la foto y para interpretar las posiciones previamente acordadas y voceadas. 'El pleno tiene un componente medi¨¢tico, que puede gustar o no, pero la pol¨ªtica es esto. Que se sepa utilizar o no genera que a uno le voten', sostiene Xavier Tr¨ªas, diputado portavoz de CiU.
Por eso, en el Congreso se respira poder, en las acaloradas intervenciones de los diputados se palpa la trascendencia de las decisiones que se toman: se est¨¢ fabricando el futuro de un pa¨ªs, se est¨¢ decidiendo el rumbo. Desde la inclusi¨®n del maltrato a los animales en el C¨®digo Penal a la creaci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n por el caso BBV.
Aunque despu¨¦s de las en¨¦rgicas discusiones existe una gran cordialidad entre adversarios pol¨ªticos, en el Congreso hay varios frentes abiertos que cuestionan su funcionamiento. Las quejas se concentran en las propias reglas del juego. 'Tenemos un Reglamento que est¨¢ obsoleto y que no nos permite tener la agilidad suficiente para que lo que preocupa a la sociedad se recoja r¨¢pidamente', asegura Presentaci¨®n Ur¨¢n, representante de IU en la Mesa del Congreso.
La idea es compartida por la mayor¨ªa de los diputados consultados. Pero, desde hace ya 10 a?os, los intereses pol¨ªticos parecen prevalecer sobre la voluntad de consenso ya que la nueva normativa permanece encerrada en un caj¨®n. 'Es conveniente una reforma que actualice lo que ya, de hecho, se produce gracias a resoluciones de presidencia. Yo soy de las m¨¢s interesadas en que se llegue a un acuerdo. La esperanza nunca se pierde', comenta Rudi.
El sistema de cupos, que determina las intervenciones que le corresponden a cada grupo en proporci¨®n a su n¨²mero de esca?os, es el m¨¢s criticado por toda la oposici¨®n, por facilitar el abuso de la mayor¨ªa absoluta. 'El cupo es una perversi¨®n', dice Fern¨¢ndez de la Vega. '?C¨®mo se explica que en una sesi¨®n de control, la mayor parte de las preguntas sean de diputados del PP? No puede ser que todo sean loas, o si no, que lo llamen tr¨¢mite de exhibici¨®n'.
Lo cierto es que este sistema a quien m¨¢s afecta es a los grupos minoritarios, que ven reducidas al m¨¢ximo sus intervenciones: 'Tenemos una pregunta semanal y para hacer una proposici¨®n no de ley pasan meses', dice Felipe Alcaraz, portavoz de IU. De ah¨ª que las minor¨ªas hablen de una acusada tendencia al bipartidismo y de un menoscabo del pluralismo pol¨ªtico. 'Deber¨ªa existir un sistema m¨¢s flexible con los requerimientos de las minor¨ªas', agrega Ur¨ªa.
Idea que rebate el portavoz adjunto del PP, Ignacio Gil L¨¢zaro, con una frase contundente: 'Los n¨²meros son dif¨ªcilmente opinables'. Y el portavoz de su grupo, Luis de Grandes, a?ade, rest¨¢ndole importancia: 'Cuestionar el reglamento es tarea recurrente de la oposici¨®n'.
Pero, adem¨¢s, abundan las protestas hacia la Mesa del Congreso y la Junta de Portavoces -encargados del orden del d¨ªa- por la cantidad de gestiones que piden para tramitar las iniciativas. Y tambi¨¦n las cr¨ªticas sobre la aplicaci¨®n del rodillo de la mayor¨ªa en los debates en comisi¨®n, donde, seg¨²n los grupos de la oposici¨®n, el grupo popular resuelve en dos minutos cuestiones que requieren horas, sin aceptar aportaciones.
'A lo m¨¢s que podemos aspirar es a que el PP se quede solo en sus votaciones', dice Ur¨ªa. Y Alcaraz, concluye: 'No se cumple la gran promesa de Aznar de que el Congreso sea el centro del debate pol¨ªtico. Aqu¨ª pueden votar que un tomate es un mam¨ªfero'.
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