Santiago ?lvarez,dirigente hist¨®rico del PCE
Con Santiago ?lvarez, fallecido anteayer en un hospital madrile?o a consecuencia de una neumon¨ªa, desaparece uno de los grandes luchadores antifascistas del siglo XX europeo. Nacido en San Miguel de Outeiro (Valdeorras, Ourense) el 11 de febrero de 1913, desde muy joven estuvo con todos los intelectuales que vinieron al mundo no s¨®lo para estudiarlo, sino tambi¨¦n para transformarlo.
Con pocos y pobres estudios primarios, Santiago ?lvarez, llevado de su curiosidad intelectual, siempre alerta, percibi¨® ya a los 18 a?os que la Rep¨²blica de 1931 era el r¨¦gimen pol¨ªtico m¨¢s id¨®neo para luchar contra los privilegios que la Monarqu¨ªa defend¨ªa, y no tard¨® en percibir -intuici¨®n de humillado l¨²cido- que el socialismo (el socialismo sin adjetivos, salvo los humanistas) era la ¨²nica m¨²sica moral concorde con la causa universal del progreso. Ya en el verano de 1936, d¨ªas despu¨¦s de la gran sublevaci¨®n reaccionaria, Santiago ?lvarez, con la entusiasta colaboraci¨®n del diputado galleguista Castelao, organiza las Milicias Populares Gallegas, constituidas, en parte, por campesinos gallegos que hab¨ªan ido a Castilla a segar trigo ajeno. Castelao y ?lvarez les hicieron ver, con su oratoria, simple y rigurosa a la vez, que la causa -la de aquellos humildes segadores- era la de la Rep¨²blica del Frente Popular. Estamos convencidos de que, de conservarse aquellas alocuciones, constituir¨ªan, como piezas 'literarias', un cap¨ªtulo del discurso universal contra la injusticia.
Santiago ?lvarez, campesino y segador en su primera juventud, fue, en la guerra de Espa?a, muy joven, un comisario pol¨ªtico querido por muchos y respetado por casi todos. Ya en el exilio trabaj¨® por la causa comunista en Francia, Cuba y otros pa¨ªses. En 1945, clandestino en Madrid, cae en las garras de la polic¨ªa de Franco. No hay hip¨¦rbole: a¨²n hoy los calabozos de la Direcci¨®n General de Seguridad recuerdan el horror de la tortura infligida a Santiago ?lvarez durante tres d¨ªas y tres noches. No cant¨®.
Ya en la prisi¨®n de Logro?o, estuvo aislado en celda -la n¨²mero 8- de 1946 a 1951, situaci¨®n inhumana que no le enloqueci¨® ni le rompi¨®, porque, consciente del peligro, se someti¨® a un r¨¦gimen severo de lecturas, todas las que eran posibles en el duro sistema penitenciario franquista. Lector de Cervantes y de Homero, de algunas obras de Shakespeare y de todo Fray Luis de Le¨®n, era un gozo o¨ªrlo hablar del Quijote, de Tirso de Molina o de la Historia de Espa?a de Rafael Altamira, que fueron sus universidades en la celda n¨²mero 8 de la prisi¨®n de Logro?o, y tambi¨¦n su salvaci¨®n.
Santiago ?lvarez fue, desde su fundaci¨®n en 1968, secretario general del Partido Comunista de Galicia. En los ¨²ltimos 15 a?os, este luchador, este revolucionario, se dedic¨®, no a hacer la historia -consciente del par¨¦ntesis en que estamos-, sino a escribirla. Ah¨ª est¨¢n, entre otros estudios y libros, los seis vol¨²menes de sus memorias (Edici¨®s do Castro), fundamentales para entender el proceso pol¨ªtico espa?ol de 1931 a 1980. P¨¢ginas hay que fueron escritas por quien no es ajeno al ejercicio literario.
Sus cenizas laicas ser¨¢n enterradas en Madrid hoy, d¨ªa 1 de mayo, en su d¨ªa.
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