Fanatismo religioso
En el futuro, salvar a la humanidad pasar¨¢ tambi¨¦n por acabar con cualquier tipo de fanatismo
Los usuarios de PC y Mac estaban encantados en 2000 viendo c¨®mo el equipo de Bungie Software, con Jason Jones a la cabeza, preparaba Halo, un juego que iba a mejorar en mucho todo lo visto en cuanto a acci¨®n y aventura en 3D. Un a?o despu¨¦s se quedaban todos con un palmo de narices cuando Microsoft compr¨® Bungie y se aseguraba que el juego ser¨ªa exclusivo de su nueva consola Xbox. Afortunadamente, la consola y el juego est¨¢n en el mercado, Bungie ha informado de que el juego saldr¨¢ para PC y Mac este mismo 2002. Pero ?merecen la pena estos movimientos para asegurar el ¨¦xito de la consola? En el caso de Halo, s¨ª.
Bungie ha trabajado duro para conseguir un juego en el que el usuario se siente realmente parte activa de la acci¨®n. La experiencia se asemeja a lo que ser¨ªa una pel¨ªcula interactiva, donde el camino est¨¢ preestablecido pero el desarrollo depende del jugador.
'Halo'
Desarrolla: Bungie Software Distribuye: Microsoft Plataforma: Xbox G¨¦nero: Acci¨®n Recomendado: Mayores de 18 a?os Precio: 69,99 euros Internet: www.bungie.com/ products/halo/halo.htm
En 2552, los humanos estar¨¢n emigrando de la Tierra hacia colonias en otros ecosistemas gracias a los transportes interestelares del Mando Espacial de las Naciones Unidas. En cierta ocasi¨®n se perdi¨® la conexi¨®n con la colonia Cosecha. Hab¨ªa sido arrasada por una fuerza alien¨ªgena llamada El Pacto. Estos seres pertenecen a una uni¨®n de razas alien¨ªgenas guiadas por un fanatismo religioso que les encamina hacia una guerra santa contra los humanos, a los que consideran una raza indigna de seguir existiendo.
Ingredientes actuales no le faltan a este Halo pues la siguiente esperanza para los hombres es poder clonar al ¨²nico soldado superviviente de un plan de superguerreros modificados gen¨¦ticamente llamados Espartanos-II. ?stos fracasaron en el intento de descubrir el planeta madre de los miembros de El Pacto. El jugador entra en acci¨®n cuando la nave en la que viaja, ¨¦l mismo en el papel del Espartano-II superviviente, es atacada por cazas enemigos y llegan con las c¨¢psulas salvavidas hasta Halo, un extra?o planeta con forma de anillo.
En esta ambientaci¨®n, el jugador comenzar¨¢ su lucha contra el Pacto en primera persona. Con el mando de control podr¨¢ andar, saltar, disparar una de las dos armas que puede llevar consigo, lanzar granadas y contemplar libremente los espectaculares escenarios en tres dimensiones. Desde interiores de naves o instalaciones hasta enormes espacios abiertos, la parte gr¨¢fica es la m¨¢s espectacular de Halo.
Existen superficies rugosas que al tiempo reflejan el entorno, valles y hierba cruzados por riachuelos que se inician con una cascada realista. A ello hay que unirle una estudiada simulaci¨®n f¨ªsica que dota a los objetos y personajes de un sistema esquel¨¦tico que reacciona en coherencia con las acciones. Una explosi¨®n de una granada lanza por los aires los cad¨¢veres y ¨¦stos caen, rebotan y resbalan como en la realidad.
Termina de redondear la faena la representaci¨®n gr¨¢fica de las part¨ªculas, desde el polvo que levantan las naves de transporte al vapor que se produce alrededor de la cascada. Otros detalles, como la luz din¨¢mica, incre¨ªblemente conseguida cuando se usa la linterna, no dejan lugar a dudas del excelente trabajo.
El apartado sonoro, tanto el musical, los efectos y las voces, esta vez en perfecto castellano, est¨¢ a la altura de las im¨¢genes que circulan por la pantalla y cumplen con el cometido de meter al jugador en la trama.
El jugador puede luchar a pie recogiendo las distintas armas, incluso las alien¨ªgenas, subido en una especie de todoterreno llamado Warthog y tambi¨¦n ocupando la posici¨®n de artillero de las torretas enemigas. A eso se le llama libertad de interacci¨®n total y es un factor muy importante para conseguir una buena adicci¨®n, algo que Halo consigue desde el primer minuto de juego.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.