Cogida de Jarocho y mucho aire
Empez¨® la miniferia de la Comunidad con hule, drama y aire, ese que tanto molest¨® toda la tarde y que impidi¨® a los toreros realizar la lidia con garant¨ªas. Siempre que los enga?os vuelan y los terrenos en donde torear dependen del favor de Eolo, all¨ª donde mejor estar protegidos, la corrida est¨¢ mediatizada por tan caprichoso dios, que en el Olimpo est¨¦. Y que sea para bien.
El drama fue que Jarocho result¨® cogido en su segundo, cuarto de la tarde, muy aparatosamente, y llevado por las asistencias hacia la enfermer¨ªa, ensangrentado y conmocionado. Ocurri¨® muy al principio de su faena de muleta. Que comenz¨® con unos estatuarios, y a continuaci¨®n remat¨® con dos pases de tanteo por la cara a media altura.
Garcigrande / Jarocho, Marcos, Palacios
Novillos de Garcigrande, bien presentados en general, mansos y de juego irregular. Jarocho: estocada muy trasera y tendida (silencio); es cogido antes de entrar a matar. Leandro Marcos: estocada trasera (ovaci¨®n); cuatro pinchazos, estocada desprendida (silencio); en el que mata por Jarocho espadazo en los bajos con derrame (silencio). Andr¨¦s Palacios: media estocada (silencio); pinchazo hondo y cuatro descabellos (silencio). Cogida menos grave de Jarocho. Herida de 18 cent¨ªmetros en la pierna izquierda. Plaza de las Ventas, 1 de mayo. Miniferia de la Comunidad. 1? de abono. Tres cuartos largos de entrada.
Jarocho se estir¨® entre las rayas del tercio sobre la mano izquierda, ofreci¨® la muletilla de lejos, y el novillo casta?o de nombre Catavino se arranc¨®, no respondi¨® al cite y se fue directamente al cuerpo del novillero. Dio la impresi¨®n de que el aire colabor¨® y mene¨® algo la muleza. En cualquier caso embisti¨® sin disimulo al cuerpo de Jarocho, lo campane¨®, dej¨® inerte sobre la arena y luego volvi¨® a hacer por el torero ca¨ªdo en la candente, que dir¨ªa el maestro. Las cuadrillas se lo quitaron de encima y con alarma se lo llevaron hacia la enfermer¨ªa. Acab¨® por estoquear al novillo Leandro Marcos, tras unas probaturas de correr la mano en redondo.
En su primero Jarocho tuvo la generosidad de empezar la faena de muleta sin pruebas ni cataduras en los medios. La pa?osa en la mano izquierda y, ven, torito valiente, que de tal ten¨ªa muy poco, era un mans¨®n que termin¨® por rendir sus fuerzas en la boca de chiqueros. El novillo se hab¨ªa alegrado en banderillas, pero en el ¨²ltimo tercio evidenci¨® su mala clase y peor embestida. El trasteo fue una porf¨ªa en diferentes terrenos, sin llegar al puerto m¨¢s adecuado, a resguardo de las malas ideas y del viento traicionero.
Lendro Marcos en su primero se par¨® entre las rayas del tercio y consigui¨® una faena de buena factura, casi toda por el pit¨®n derecho. Est¨¦tica y armon¨ªa al correr la mano, su algo de pico al ofrecer el trapo en el cite, y unos resultados de alta escuela en los muletazos de tanteo por ambos lados, en especial al escanciar un pase de la firma para un cartel de Ruano Llopis. En el que cerr¨® plaza, sin embargo, el pucelano, estuvo voluntarioso y tesonero, bien compuesta la figura y detr¨¢s de otro manso remiso a meter la cara en los vuelos de los enga?os, inundado de fe y buena esperanza. Mejores ocasiones tendr¨¢.
Y nos queda Andr¨¦s Palacios, que en su primero replic¨® por chicuelinas a Jarocho, quien en su turno de quites se ajust¨® por gaoneras con buen estilo. Brind¨® al respetable Palacios, algo de bueno le ver¨ªa. Mas la realidad se torn¨® cruel, en figura de manso de embestida precaria y dudosa. Se le columbra corte art¨ªstico al novillero de Lerida, que debe pulir y cimentar en la experiencia, que siempre es la madre de la ciencia, incluida la de la tauromaquia. En el manejable quinto volvi¨® a repetir el mismo gui¨®n.
No di¨® para m¨¢s la aireada y fresca tarde de primavera vente?a. Los novillos de Garcigrade dejaron que desear en cuanto a su bravura y la terna pis¨® el albero decida y cada cual con sus maneras, conocimientos y puesta a punto de valor y disposici¨®n. Despu¨¦s la suerte se reparti¨® caprichosa y sin programaci¨®n, en forma de aire, hule y drama.
Babelia
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