San Bruce Willis
Bruce Willis emergi¨® de un buen trabajo de comedia negra televisiva y se subestim¨® despu¨¦s de este brillante arranque, al someterse a la elemental¨ªsima estrategia de encumbramiento creada -con burdas avalanchas de una saturaci¨®n publicitaria sustituta de la sutil e intrincada alquimia del viejo star system- por el Hollywood enganchado a la ley de la ganancia r¨¢pida. Y se embarc¨® en la b¨²squeda f¨¢cil del status de estrella prefabricada por manuales de marketing, con todo lo que este veloz y ef¨ªmero ascenso al Olimpo tiene de renuncia a la belleza del riesgo y a la fragilidad de la laboriosa forja, paso a paso y tropiezo tras tropiezo, de todo verdadero gran actor.
Y durante a?os, Willis se ha vestido con la piel de personajes ideados en serie, mec¨¢nicos y sin alma, hechos a su medida f¨ªsica, de una sola pieza y destinados a fabricarle una, poco convincente hacia fuera e insatisfactoria hacia dentro, leyenda de h¨¦roe de laboratorio: el mito del recio y recto, del duro pero tierno San Bruce Willis. Pero Willis tiene talento y maneras propias y hay veces que le pueden las ganas de volar y disfrutar con su oficio. Esto le lleva en ocasiones, ahora que puede permitirse tal lujo, a romper la baraja con golpes de humor, ingenio e iron¨ªa, como hizo en el derroche de autoburla que verti¨® en la tercera entrega de La jungla de cristal y en su delicada vuelta de tuerca de El sexto sentido, que son trabajos excelentes, que rozan lo insuperable. Y se las arregla para sacar jugo propio de personajes ajenos, como el solemne y estirado coronel de La guerra de Hart, una pel¨ªcula bien calculada pero no bien hecha, pues es tramposa y se le ve la trampa.
LA GUERRA DE HART
Direcci¨®n: Gregory Hoblit. Gui¨®n: Billy Ray y TerryGeorge, basado en la novela de John Katzenbach. Int¨¦rpretes: Bruce Willis, Colin Farrel, Terrence Howard, Cole Hauser, Linus Roache. G¨¦nero: drama. Estados Unidos, 2002.
Es un filme que, sin pudor pero con astucia, abusa de un doble juego que le convierte en h¨ªbrido de dos modelos gen¨¦ricos del cine estadounidense cl¨¢sico. Por un lado es deudor de la tensa atm¨®sfera del escenario (o universo) carcelario o concentracionario de la II Guerra Mundial; y, por otro, de la averiguaci¨®n, en un cara a cara procesal, de la trastienda oculta del enigma de un turbio crimen racista. Y todo esto, y m¨¢s, mezclado con gotas de az¨²car en el tratamiento de los carceleros nazis y otras ca¨ªdas en el papanatismo de lo 'pol¨ªticamente correcto'. La combinaci¨®n de modelos gen¨¦ricos y gui?os c¨®mplices est¨¢ en La guerra de Hart sagazmente equilibrada, y el resultado es cine vistoso y entretenido, sostenido en una s¨®lida trama, pero que recuerda demasiado a lo visto en otros filmes, por lo que sabe a refrito y s¨®lo Willis logra introducir, en pliegues de inesperada carnalidad que da al cart¨®n piedra de su personaje, alguna capacidad para la sorpresa.
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