Recetas para reducir la violencia
El instituto El Olivo, de Madrid, reduce la conflictividad aplicando medidas innovadoras
Cuando los miembros del instituto El Olivo hablan de c¨®mo era su centro el curso pasado, da la impresi¨®n de que en vez de estar ubicado en Parla (Madrid) lo estaba en el Bronx. Los detrozos de material eran constantes. No era raro que a la salida se organizaran peleas. Y tampoco lo era que los docentes tuvieran que perseguir a los ex alumnos que se colaban en el centro para interrumpir las clases y montar un buen l¨ªo. Pero el equipo directivo se tom¨® en serio lo de la disciplina y este curso El Olivo se ha transformado en un centro ejemplar. Si el curso pasado hubo medio centenar de expulsiones de un mes, hasta ahora s¨®lo se han tramitado cinco.
Los problemas de indisciplina en el centro surgieron desde que en 1994 se convirti¨® en el primero de Parla que aplicaba la LOGSE. 'Nos convertimos en un instituto escoba', relata el director, Andr¨¦s Garc¨ªa. Esto supuso que les llegaron todos estudiantes que, a pesar de que ten¨ªan menos de 16 a?os (la edad obligatoria de la escolarizaci¨®n), no quer¨ªan seguir estudiando. El centro, que el curso pasado ten¨ªa 1.400 alumnos, ha sido dividido en dos este curso, con lo que se han quedado con la mitad de los escolares. 'Aqu¨ª tambi¨¦n hemos notado un alivio, porque gestionar un instituto tan inmenso era muy complicado', dice el director.
Pero ?qu¨¦ receta han empleado para reducir tan dr¨¢sticamente la conflictividad? 'Hemos aplicado una serie de medidas extraordinarias, tanto t¨¦cnicas como educativas', asegura su director. Las medidas de car¨¢cter t¨¦cnico fueron de los m¨¢s simples: subieron las vallas del recinto para evitar que se colaran personas ajenas con intenciones distintas al estudio, y contrataron durante tres meses un vigilante de seguridad para controlar los accesos. 'Tambi¨¦n tuvimos que llamar a la polic¨ªa alguna vez para que se diera una vuelta en las horas de salida', dice el director.
Pero m¨¢s eficaces que las medidas de car¨¢cter estructural fueron las que iban encaminadas a cortar por lo sano con los momentos de m¨¢s foll¨®n. El equipo directivo decicidi¨® suprimir los cinco minutos de descanso entre clase y clase, y concentraron los dos recreos que ten¨ªan en uno m¨¢s largo, una medida que han suprimido este curso al ver que reinaba de nuevo la normalidad 'Entre clase y clase, los estudiantes se iban al ba?o a fumar y hab¨ªa mucho l¨ªo', explica Beatriz, la representante de los alumnos en el Consejo Escolar del instituto.
El centro no ha necesitado del nuevo decreto de convivencia que prepara el Gobierno regional para poner punto final a uno de los problemas que mayor quebradero causa en los centros educativos: la indisciplina. El curso pasado crearon un grupo espec¨ªfico con los 12 alumnos que m¨¢s problemas planteaban al centro y que llevaban un 'retraso escolar significativo', seg¨²n su director. Aunque este a?o no han creado un grupo similar, s¨ª que han hecho en 2? y 3? de la ESO, para las asignaturas de matem¨¢ticas y lengua, grupos flexibles seg¨²n el nivel de los estudiantes.
Las expulsiones en el centro siempre han ido acompa?adas de tareas para que el alumno reflexionase sobre su conducta. Adem¨¢s de los deberes para que el estudiante no perdiera el contacto con el instituto, al alumno se le encomendaba la lectura de alg¨²n libro relacionado con la falta que hab¨ªa causado su expulsi¨®n, y la elaboraci¨®n de un trabajo de ello. En cualquier caso, el centro nunca ha expulsado definitivamente a ning¨²n estudiante.
A pesar de que el clima de convivencia ha mejorado incre¨ªblemente, el equipo directivo sigue ideando nuevas soluciones. Este a?o ha creado la figura de mediador en conflictos, para que intente solucionar los problemas antes de llegar a la expulsi¨®n. 'Pero ni tan siquiera ha tenido que intervenir', asegura su director. Adem¨¢s, pretenden introducir una comisi¨®n de convivencia en las propias aulas. 'Se trata de que tres alumnos se encarguen de que el clima sea bueno, y la idea es que sea rotativo', explica.
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