'La escuela de los Sin Tierra es exportable'
Una tienda de campa?a, mesas, una pizarra, tizas y mucha participaci¨®n. ?ste es el esquema b¨¢sico de las escuelas itinerantes creadas por el movimiento brasile?o de los Sin Tierra en los latifundios bald¨ªos que okupa temporalmente para reclamar la reforma agraria. La pedagoga Julia Petri conoce muy bien sus propuestas educativas. Ha trabajado hasta hace unos meses en la Secretar¨ªa de Educaci¨®n de R¨ªo Grande del Sur, un Estado gobernado desde 1999 por el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que apoya a los Sin Tierra. Esta pedagoga de 40 a?os cont¨® la semana pasada su experiencia en Madrid en el encuentro sobre Escuela y exclusi¨®n social, organizada por el Movimiento por la Calidad de la Educaci¨®n. Petri asegura que el modelo educativo de los Sin Tierra se podr¨ªa exportar a Espa?a para la educaci¨®n de los m¨¢s desfavorecidos socialmente.
Pregunta. ?Cu¨¢ntas escuelas itinerantes hay en R¨ªo Grande del Sur?
Respuesta. Hay 15, con 700 alumnos de 7 a 14 a?os divididos por etapas. Es un peque?o n¨²mero dentro de las 3.000 escuelas que hay en ese Estado.
P. ?Est¨¢n reconocidas?
R. Desde 1996. Pero es ahora, con el Gobierno popular del PT, cuando m¨¢s apoyo reciben. Se les dan maestros y materiales adecuados al proyecto.
P. ?C¨®mo trabajan?
R. Lo fundamental es que se parte de la realidad en la que viven los ni?os y se promueve una relaci¨®n horizontal entre profesores y alumnos. Paulo Freire, en cuyas teor¨ªas se basa este modelo, dec¨ªa que antes de leer la palabra hay que leer el mundo.
P. ?C¨®mo lleva esa idea a un aula?
R. En el sistema tradicional, el profesor escribe en la pizarra una serie de letras que luego los ni?os copian, memorizan y repiten, pero no relacionan con su vida cotidiana. En las escuelas itinerantes se parte de palabras vinculadas al d¨ªa a d¨ªa de los alumnos. Por ejemplo, se elige la palabra plantaci¨®n, se debate sobre su significado y se discuten temas relacionados con ella. Hay tiempo de estudio y tambi¨¦n para actividades como la m¨²sica, el huerto y los juegos. Se le da adem¨¢s mucha importancia a la educaci¨®n en los valores como la solidaridad.
P. ?Logran los ni?os una formaci¨®n s¨®lida?
R. Mucho mejor que en la escuela tradicional. No s¨®lo memorizan contenidos, sino que aprenden a analizar la realidad que les rodea y a ser cr¨ªticos. Por supuesto que tambi¨¦n aprenden a escribir y a sumar. En R¨ªo Grande hay centros tradicionales con un fracaso escolar que llega al 50%.
P. ?No hay fracaso escolar en las escuelas itinerantes?
R. Mucho menos. Los ni?os aprenden porque sienten la escuela como algo cercano a su vida, por los contenidos y porque participan en las decisiones a trav¨¦s de asambleas.
P. Si no existieran estas escuelas itinerantes, ?d¨®nde ir¨ªan sus alumnos?
R. Tendr¨ªan que hacer muchos kil¨®metros porque en muchas zonas no hay centros o est¨¢n llenos.
P. ?Este modelo escolar es exportable a pa¨ªses tan distintos como Espa?a?
R. S¨ª, la escuela participativa de los Sin Tierra es un modelo v¨¢lido para otros pa¨ªses, adapt¨¢ndolo, porque en todas partes hay grupos que se sienten excluidos de la educaci¨®n formal, como los inmigrantes o los ni?os de familias pobres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.