Los telares de Rivera llevan el informalismo espa?ol a Viena
La exposici¨®n re¨²ne en el palacio Harrach 38 obras del fundador del grupo El Paso
La obra de Manuel Rivera (1927-1995) acaba de llegar a Viena con motivo de la presidencia espa?ola de la UE. La exposici¨®n, que se inaugur¨® ayer en el palacio Harrach, estar¨¢ abierta hasta el 18 de junio -despu¨¦s viajar¨¢ a Amsterdam- y es parte del programa Arte espa?ol para el exterior, que organiza el Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores en colaboraci¨®n con la Sociedad Estatal para la Acci¨®n Cultural Exterior (Seacex).
'Manuel Rivera es barroco en cuanto a su capacidad de producir verdaderos escenarios'
'Que se asomen a estas ventanas, espejos y estanques. Lo primero que ver¨¢n es su propio rostro. Y detr¨¢s, el paisaje de su propio mundo interior'. ?sta es la f¨®rmula para presentar al p¨²blico de Viena la obra de Manuel Rivera, seg¨²n palabras de Jaime Brihuega, comisario de esta muestra que re¨²ne, en 38 piezas, las facetas m¨¢s variadas de este representante del arte contempor¨¢neo espa?ol.
La 'capacidad de transferencia entre el observador y el objeto observado' es una de las cualidades que Jaime Brihuega destaca como algo esencial de los telares met¨¢licos, los vac¨ªos tensados, las construcciones transparentes e insinuadoras de Manuel Rivera.
El artista granadino, que en 1957 contribuy¨® a la fundaci¨®n del grupo informalista de El Paso, puede resultar unas veces dram¨¢tico y otras l¨ªrico y profundamente sensual. No se puede pasar por alto el aspecto m¨¢s trascendental: la transgresi¨®n de los niveles de percepci¨®n. 'Es un artista que muestra el lado oculto de las cosas, abre ventanas en la pared, puertas y espejos, para pasar al otro lado, como Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas o como Plat¨®n en la Caverna', indic¨® Brihuega. No es entonces por puro azar que entre sus libros de cabecera se encontraran la Alicia de Carroll, El aleph de Borges y La metamorfosis de Kafka. Entre sus pel¨ªculas favoritas, las de Ingmar Bergman.
El dise?o de la iluminaci¨®n, del arquitecto Javier Revillo, es un elemento determinante para percibir la dimensi¨®n pl¨¢stica y los infinitos reflejos de los tejidos met¨¢licos expuestos. El recorrido es cronol¨®gico, pero atiende tambi¨¦n a la gama crom¨¢tica de los cuadros, distribuidos sobre los muros blancos en los salones barrocos del palacio Harrach.
En vista de la arquitectura vienesa, al comisario se le ocurre que entre los ejes del barroco y las creaciones de Manuel Rivera se puede lograr 'un espl¨¦ndido di¨¢logo', dado que 'Rivera es barroco en cuanto a su capacidad de producir verdaderos escenarios'.
En algunas obras se podr¨ªa, en efecto, adivinar un cierto aire barroco, como en la titulada Espejo-traje de noche para la muerte, tenebrosa y monumental (de 114 x 426 cm), o en la dram¨¢tica simetr¨ªa de Sublimatorio (de 162 x 314 cm). Pero hay otras que seducen por su delicado lirismo, como la Serie de papeles japoneses, de 1968; los espejos (Espejo herido, Espejo roto, Espejo arzobispal), o los bocetos para escultura, titulados Mutaci¨®n o Viento, construcciones de metal y mallas entrelazadas. El recorrido concluye con una pieza que Rivera realiz¨® hacia el final de su trayectoria, en 1994, a la que llam¨® Esto puede suceder.
La viuda del artista, Mar¨ªa Rivera, y su hija participaron en el acto de apertura de la exposici¨®n. De su legado privado proviene la mayor parte de la obra expuesta. Algunas piezas han sido cedidas por otras colecciones privadas y diversos museos. El Centro de Arte Reina Sof¨ªa ha cedido una obra de terrible dramatismo: el pol¨ªptico de seis piezas titulado Retablo de las v¨ªctimas de la violencia (1978).
Tambi¨¦n presente en la inauguraci¨®n, Jes¨²s Silva, director general de Relaciones Culturales y Cient¨ªficas del Ministerio de Asuntos Exteriores, puso de relieve la importancia de promocionar en el exterior figuras como Manuel Rivera, en un 'esfuerzo por romper los t¨®picos'. A?adi¨® que Viena es 'la ciudad que ha concentrado la mayor cantidad de exposiciones en el marco de la presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea', gracias a la gesti¨®n diplom¨¢tica bilateral y al car¨¢cter constante de los intercambios entre el Museo de Historia del Arte vien¨¦s e importantes instituciones espa?olas, como los museos del Prado y el Reina Sof¨ªa.
El embajador de Espa?a en Viena, Raimundo P¨¦rez-Hern¨¢ndez y Torra, quiso que se tuviera en cuenta la 'extraordinaria proyecci¨®n cultural de Viena ahora que el centro de gravedad de la UE se est¨¢ desplazando hacia el Este'.
En el cat¨¢logo de la muestra, Juan Carlos Elorza Guinea, presidente de la Seacex, considera que la obra de Manuel Rivera es 'una de las m¨¢s significativas de su ¨¦poca por la especial penetraci¨®n con que supo reinterpretar el campo de abstracci¨®n'. La publicaci¨®n incluye an¨¦cdotas de la infancia del artista, al que de peque?o se le ocurri¨®, por ejemplo, perforar un papel para perfeccionar un dibujo de un ramillete de lilas. Seg¨²n explica en sus memorias, ya entonces se encontraba en busca de la luz y del espacio.
Babelia
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