'La crisis econ¨®mica del CERN lo sit¨²a en una posici¨®n muy fr¨¢gil'
M anuel Aguilar, 58 a?os, dirige uno de los m¨¢s potentes grupos experimentales de f¨ªsica de altas energ¨ªas (o de part¨ªculas elementales) en Espa?a, en el Ciemat. Een realidad, dirige todo un departamento, que incluye fusi¨®n nuclear, en el que trabajan unas 200 personas. Aguilar, adem¨¢s, es delegado cient¨ªfico de Espa?a en el Laboratorio Europeo de F¨ªsica de Part¨ªculas (CERN), junto a Ginebra, centro clave internacional que actualmente construye su nuevo gran acelerador LHC. Este f¨ªsico acaba de ingresar en la Real Academia de Ciencias Exactas, F¨ªsicas y Naturales.
Pregunta. ?Qu¨¦ le parece la academia?
Respuesta. Tengo todav¨ªa un conocimiento muy insuficiente de la academia, pero la primera idea es que los acad¨¦micos somos gente muy mayor.
'Es una excelente idea la aprobaci¨®n del laboratorio de sincrotr¨®n'
'Grid ser¨¢ como el 'web', s¨®lo que adem¨¢s permitir¨¢ hacer c¨¢lculo distribuido'
P. ?Por qu¨¦ la academia de ciencias espa?ola no tiene el peso social que tienen estas instituciones en otros pa¨ªses?
R. Esto refleja algo que ocurre aqu¨ª: la sociedad civil tiene un peso muy peque?o e influye muy poco en las decisiones pol¨ªticas. En EE UU, por ejemplo, la Academia de Ciencias tiene un peso extraordinario y cuando la Administraci¨®n tiene que tomar una decisi¨®n sobre un tema relevante le consulta.
P. ?Qu¨¦ cuestiones podr¨ªa, por ejemplo abordar la academia espa?ola?
R. Hay que hacer una lucha continuada para insistir en la importancia de la ciencia en general y de la investigaci¨®n b¨¢sica en particular, porque los gobiernos, independientemente del color que sean, tienden a fijarse s¨®lo en el corto plazo y minimizar la importancia del esfuerzo a largo plazo, que es la investigaci¨®n b¨¢sica.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque la tecnolog¨ªa del ma?ana es la investigaci¨®n b¨¢sica que se hace hoy. Un ejemplo palpable es lo que pas¨® con el web [la www en Internet] hace diez a?os: cuando se descubri¨®, en el CERN, nadie pod¨ªa suponer que iba a tener la repercusi¨®n social que tiene hoy.
P. El web surge justo en un centro de investigaci¨®n b¨¢sica.
R. Si. A veces comparo el web con Telepizza: existe por un lado la pizza y por otro la red telef¨®nica, pero utilizar la telefon¨ªa para distribuir pizzas es un descubrimiento extraordinario. El web es, en cierto modo, lo mismo: existe Internet y existen ficheros distribuidos, lo importante es este instrumento que permite acceder de inmediato a informaci¨®n totalmente dispersa.
P. ?En el Ciemat, de qu¨¦ se ocupa su grupo?
R. Estamos trabajando en uno de los dos experimentos de car¨¢cter gen¨¦rico del LHC, el CMS, y hemos asumido una responsabilidad muy importante: construir la cuarta parte del detector central de muones y un sistema de alineamiento ultrapreciso. Adem¨¢s, el proyecto al que yo m¨¢s tiempo dedico es AMS, un detector para estudiar la radiaci¨®n c¨®smica que se instalar¨¢ en la Estaci¨®n Espacial Internacional. Ya hicimos un experimento prototipo en 1998 en el transbordador Discovery y fue un exitazo. Ahora construimos uno nuevo de siete toneladas que esperamos lanzar al espacio a finales de 2005.
P. ?Es el experimento que lidera el premio Nobel Sam Ting?
R. S¨ª, llevo 20 a?os trabajando con Ting. Nuestra participaci¨®n inicial en AMS fue muy limitada, pero en la segunda fase hemos tenido una excelente financiaci¨®n del Programa Nacional de Espacio (unos 500 millones de pesetas en tres a?os, que subvencion¨® el CDTI), del Ciemat y del Programa Nacional de F¨ªsica de Part¨ªculas, lo que nos ha permitido liderar la construcci¨®n de uno de los subdetectores, y hemos involucrado a una empresa espa?ola, Crisa. Tambi¨¦n tenemos un proyecto coordinado con otros seis grupos espa?oles para el desarrollo de Grid, que ser¨¢ como el web s¨®lo que adem¨¢s de acceder a informaci¨®n distribuida, tambi¨¦n permitir¨¢ c¨¢lculo distribuido.
P. ?Qu¨¦ pasa en el CERN con la crisis presupuestaria que est¨¢ sufriendo?
R. No hay que exagerar la magnitud del problema. El LHC, en relaci¨®n con el presupuesto de 1994, va a costar un 20% m¨¢s y el proyecto tiene dos ingredientes que explican este aumento: la ingenier¨ªa civil y el desarrollo de una nueva tecnolog¨ªa para los imanes superconductores. He leido que la terminal de Barajas va a costar tres veces m¨¢s de lo inicialmente presupuestado, y eso que es ingenier¨ªa civil convencional. ?Y cu¨¢nto cuesta m¨¢s de lo presupuestado la Estaci¨®n Espacial Internacional? El 300%. Los costes de LHC son asumibles. Hay un problema con el presupuesto, pero es normal cuando acometes un proyecto de esta naturaleza.
P. ?Qu¨¦ salida hay?
R. La ¨²nica perspectiva que hay es retrasar la construcci¨®n de manera que los pagos se puedan incorporar en ejercicios presupuestarios sucesivos. ?ste es un problema grav¨ªsimo porque el CERN, si los pa¨ªses miembros no adelantan sus contribuciones, estar¨¢ endeudado hasta 2010 y tendr¨¢ un programa de investigaci¨®n limitado a la m¨ªnima expresi¨®n, reduciendo tambi¨¦n much¨ªsimo las actividades de I+D. Esto sit¨²a al laboratorio en una posici¨®n extraordinariamente fr¨¢gil. La direcci¨®n del CERN tendr¨ªa que haber hecho una gesti¨®n mucho m¨¢s minuciosa y un control constante de costes.
P. ?Cu¨¢l es la postura de la delegaci¨®n espa?ola?
R. Hemos querido poner en su justo contexto el problema del d¨¦ficit y siempre hemos defendido que los calendarios ten¨ªan que ser realistas. Espa?a no es de los pa¨ªses que se opondr¨ªan radicalmente a un incremento del presupuesto del CERN en los pr¨®ximos a?os, especialmente si se dedicase a mantener una actividad competitiva, pero est¨¢ claro que tenemos que estar todos los pa¨ªses del consejo juntos en esto.
P. ?Cu¨¢les son las conclusiones de la comisi¨®n independiente que ha evaluado el LHC?
R. El informe definitivo estar¨¢ en junio y las conclusiones preliminares indican que el proyecto LHC, desde el punto de vista t¨¦cnico, est¨¢ en una situaci¨®n excelente, pero que la gesti¨®n del proyecto dista mucho de ser la ¨®ptima.
P. ?C¨®mo ve la situaci¨®n de la ciencia en Espa?a?
R. Tenemos un d¨¦ficit importante en el n¨²mero de cient¨ªficos, estamos en un factor dos o tres por debajo de lo que nos corresponder¨ªa en funci¨®n de nuestro PIB. Tambi¨¦n hay un d¨¦cifit en recursos econ¨®micos. Sin embargo, en bastante disciplinas -en f¨ªsica de altas energ¨ªas, por ejemplo- el dinero por investigador no se aleja de lo habitual en los pa¨ªses de nuestro entorno. En los ¨²ltimos cinco a?os se est¨¢n tomando algunas medidas que van en las dos direcciones: paliar el d¨¦ficit de investigadores -con iniciativas como el programa Ram¨®n y Cajal- y mejorar la dotaci¨®n de los programas nacionales.
P. ?Est¨¢ aumentando la inversi¨®n en los programas?
R. En los que conozco mejor, como el de f¨ªsica de altas energ¨ªas, tengo que admitir que durante el tiempo que yo fui gestor, de 1996 a 2000, se aument¨® la dotaci¨®n del programa nacional en un 250%. Hay un esfuerzo, pero no hay que hacerse ilusiones, porque tiene que ser un esfuerzo continuado y progresivo. Y como siempre se critica mucho al Gobierno y a los ministerios, no quisiera terminar sin decir que me parece una excelente idea que se haya aprobado la construcci¨®n del laboratorio de luz sincrotr¨®n en Barcelona, lo que refleja que hay gente en la Secretar¨ªa de Estado que se da cuenta de que hacer una cosa, en este caso el sincrotr¨®n, cuesta 120 millones de euros, pero que no hacerla, a la postre, cuesta much¨ªsimo m¨¢s. Por otra parte, queda mucho por hacer en los mecanismos de gesti¨®n de ciencia y tecnolog¨ªa, que dejan mucho que desear. Los retrasos que hay en las convocatorias de programas, en los pagos de subvenciones... crean una disfunci¨®n enorme en muchos grupos y esto hay que resolverlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.