El fracaso de Sharon
La reanudaci¨®n de los atentados suicidas contra Israel ha vuelto a poner de relieve el horror que suscita esta estrategia criminal emprendida por grupos palestinos, pero tambi¨¦n el fracaso de la pol¨ªtica de Sharon. La guerra librada contra lo que llam¨® 'las infraestructuras del terrorismo palestino' no ha impedido que un suicida matara a 16 israel¨ªes a 20 kil¨®metros de Tel Aviv y que otro lo intentara de nuevo ayer, aunque le estallara la carga explosiva antes de alcanzar su objetivo. La gran ofensiva b¨¦lica contra los palestinos no ha dado los frutos esperados. Los atentados suicidas, que se hab¨ªan parado el 15 de abril, arruinan de momento toda posibilidad de conferencia internacional para retomar las negociaciones de paz. En medio de este fragor, una luz de esperanza era la posibilidad de que, finalmente, se pudiera resolver la salida de 110 palestinos encerrados en la bas¨ªlica de la Natividad de Bel¨¦n, mientras que los 13 reclamados por Israel quedar¨ªan bajo custodia de la UE y de EE UU, ante la negativa de Italia a acogerlos.
Las represalias son ya parte de este truculento juego. Pero Sharon, al frente de un Gobierno cada vez m¨¢s dividido, se equivocar¨ªa profundamente si persistiese en su deseo de expulsar a Arafat al exilio. Hoy por hoy, el m¨¢ximo dirigente de la OLP preside una Autoridad discutida, corrupta, autocr¨¢tica, pero es el ¨²nico que tiene la suficiente autoridad para aceptar cualquier eventual acuerdo sobre las fronteras del futuro Estado palestino y sus condiciones. Arafat ha salido simb¨®licamente victorioso de m¨¢s de un mes de confinamiento infrahumano en su cuartel general de Ramala, a pesar de que Sharon haya querido reducirlo a mera 'figura simb¨®lica'. Este ¨²ltimo no puede pretender que Arafat acepte su idea de un territorio palestino troceado como los bantustanes de la Sur¨¢frica del apartheid.
En su estrategia de seguridad, Sharon ha destruido la Autoridad Nacional Palestina. Reconstruirla sobre nuevas bases administrativas y pol¨ªticas, desarrollando servicios sociales, escuelas e incluso la quebrada polic¨ªa palestina (como va a tratar de hacer Tenet, el director de la CIA), es lo que pretende Bush antes de impulsar el di¨¢logo pol¨ªtico. En lo que parece haber un cierto desacuerdo entre Sharon y Bush -y, desde luego, con Europa y el mundo ¨¢rabe- es en el papel de Arafat y en la necesidad de definir el punto de llegada de todo este proceso: un Estado palestino junto al israel¨ª, algo que Sharon consideraba 'prematuro' antes del atentado. Los palestinos han demostrado una y otra vez que resistir¨¢n casi todo. Al final, con ayuda de la comunidad internacional, habr¨¢ que llegar a lo que Arafat y Rabin llamaban la 'paz de los valientes'.
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