'El dolor es la mejor fuente de adrenalina'
A los 67 a?os, Judi Dench se ha convertido en 'nuestra mejor actriz', como dice The New York Times, esa figura siempre presente a la hora del Oscar, candidata de manera consecutiva por Mrs. Brown, Shakespeare enamorado, Chocolate o Iris, su ¨²ltimo estreno, que llega hoy a las pantallas espa?olas. Lo curioso es que antes de esta prol¨ªfica carrera su nombre era desconocido para el gran p¨²blico, relegado al mundo del teatro o de la televisi¨®n. La actriz brit¨¢nica prefiere hablar de un 'tard¨ªo despertar' a las artes del cine, medio en el que, pese a los galardones, los elogios y la diversi¨®n, a¨²n se siente una for¨¢nea. 'No es que no me guste. Es que no tengo el mismo control que en el teatro', se defiende entre bromas y una perfecta elegancia. Pr¨¢ctica no le falta en un a?o en el que la muerte de su marido, el tambi¨¦n actor Michael Williams, le ha hecho volcarse en el trabajo con tres nuevas pel¨ªculas, The shipping news, La importancia de llamarse Ernesto e Iris, drama biogr¨¢fico sobre la escritora Iris Murdoch y su lucha contra el alzheimer. 'El dolor acaba siendo la mejor fuente de adrenalina,' admite la actriz, 'una energ¨ªa que pude canalizar haciendo florecer todo tipo de emociones. No niego que tuve miedo del trabajo estando tan cerca la muerte de mi esposo, pero creo que, en lugar de ser una experiencia traum¨¢tica, fue lo mejor que pude haber hecho'.
Pregunta. ?Incluso siendo un trabajo tan dram¨¢tico como el de Iris?
Respuesta. Nunca vi el filme como la historia de una enfermedad o de alguien muri¨¦ndose y el sacrificio de quienes se quedan detr¨¢s. Para m¨ª, se trata de la historia de dos seres especiales, dos personas con una inteligencia fuera de lo com¨²n y lo que significa su relaci¨®n. Es una historia de amor, una extraordinaria historia de amor.
P. ?Lleg¨® a conocer a la escritora?
R. No, y a juzgar por la gente con la que he hablado para preparar el papel, parece que toda Inglaterra la conoc¨ªa menos yo. Siempre he sido una aficionada de sus novelas, mucho antes de saber que iba a tener una relaci¨®n tan ¨ªntima con su vida. Eso me dio las pinceladas del personaje. Est¨¢ claro que es uno de los trabajos m¨¢s dif¨ªciles que he hecho, preocupada de no poder captar a alguien tan conocido en mi pa¨ªs. Pero tenemos muchos puntos en com¨²n, entre ellos el ascendente irland¨¦s.
P. ?Cu¨¢l es su conocimiento del alzheimer?
R. Al margen de mi preparaci¨®n, tanto la madre de Richard Eyre, el director, como de Jim Broadbent murieron de esta enfermedad, tr¨¢gica en cualquier caso pero especialmente en una mente como la de Iris Murdoch, tan brillante y clara, alguien siempre en posesi¨®n de la palabra adecuada. S¨®lo puedo imaginar su desesperaci¨®n en los primeros estadios de su dolencia. Personalmente, mi ¨²nica experiencia en ese sentido fue un ataque de amnesia cuando hice en televisi¨®n A village wooing, una obra que ya hab¨ªa hecho antes en teatro, y no quiero ni acercarme a ese terreno en mi vida.
P. Para eso est¨¢ su trabajo en los filmes de James Bond, un gui?o desenfadado en su carrera.
R. A estas alturas, somos como una familia que se divierte trabajando junta. Son las ¨²nicas pel¨ªculas que veo para poder saber qu¨¦ es lo que han hecho mis amigos, porque no siempre rodamos juntos. Lo peor es que siempre me prometen viajes ex¨®ticos y luego pasa como en la ¨²ltima, que me dijeron que iba a ir a Escocia y a Turqu¨ªa, y el lago Ness no fue m¨¢s que una pintura en el decorado de un estudio, y Turqu¨ªa, la parte de arriba de la misma nave. Un timo terrible esto del cine.
P. ?Por qu¨¦ mantiene esa distancia de sus trabajos en el cine?
R. No s¨¦. No me gusta ver mis pel¨ªculas. A¨²n no he visto Una habitaci¨®n con vistas o Chocolate. Debe de ser el subconsciente. Sigo estando m¨¢s c¨®moda en el teatro. Me ofrece m¨¢s oportunidades y la audiencia me hace saber lo que funciona y lo que no, mientras que en el cine no tengo el mismo control. Da igual cu¨¢ntas tomas hagas dando lo mejor que tienes; una vez que has concluido, eso es lo que hay. De todos modos, voy mejorando. Hubo un tiempo en que el cine no me gustaba nada.
P. ?Qu¨¦ le hizo cambiar de opini¨®n?
R. Fue como encontrar que ten¨ªa otro brazo. Durante muchos a?os, no quer¨ªa tener nada que ver con el cine y luego, simplemente, conoc¨ª el medio, lo que pod¨ªa hacer. Algo que no hubiera ocurrido de no ser por Harvey Weinstein [presidente de Miramax]. ?l dice que es el presidente de mi club de seguidores, pero yo le considero mi due?o.
P. Con todo lo que se habla de su preparaci¨®n cl¨¢sica y su calidad como actriz, lo que m¨¢s llama la atenci¨®n a su lado es su sentido del humor.
R. Es fundamental en un rodaje. Me niego a trabajar con alguien que no tenga sentido del humor. Lo ¨²nico esencial en nuestro trabajo es la interacci¨®n, y si uno no es capaz de re¨ªrse del mismo suelo que est¨¢ pisando, es imposible crear un ¨¢rea com¨²n. Actuar no es cosa de uno, sino de la reacci¨®n que provocas o la que provocan en ti. Adem¨¢s, lo de ir preparada no es lo m¨ªo. Ni tan siquiera me leo los guiones antes de ir al ensayo. Normalmente, me gusta que alguien me haga una lectura comentada del trabajo que voy a hacer. Antes era mi marido, ahora es mi agente, pero, por ejemplo, tanto Anthony Hopkins como yo nos presentamos al ensayo de Marco Antonio y Cleopatra sin saber que mor¨ªan al final. Ninguno se hab¨ªa le¨ªdo el gui¨®n.
P. ?Tan segura est¨¢ de s¨ª misma?
R. Todo lo contrario. Es mi propia inseguridad la que me empuja al filo del trampol¨ªn, la que me hace dar el salto. Y cuanta m¨¢s experiencia tengo, m¨¢s nerviosa me pongo. Supongo que es la responsabilidad de hacerlo bien, por el guionista y el director, por los otros actores o el p¨²blico, por lo mucho que esperan de m¨ª, pero nunca me he sentido m¨¢s nerviosa.
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