Ilusiones y proyecciones
Jos¨¦ Antonio Hern¨¢ndez-D¨ªez (Caracas, 1964), uno de los nombres de referencia alentados en el circuito internacional de los a?os noventa, presenta esto d¨ªas en dos galer¨ªas madrile?as algunos de sus trabajos m¨¢s recientes. En ambos casos, se trata de piezas que alejan su planteamiento de los registros de apropiaci¨®n perversa de mecanismos de ascendencia pop, tan habituales en su hacer, pero que inciden de pleno en esa desconcertante capacidad de transmutaci¨®n ir¨®nica del objeto cotidiano, mediante alteraciones de la escala o de los c¨®digos de lectura relacional, que se erige en eje central del mordaz cosmos metaf¨®rico del artista venezolano.
Centra cada muestra una instalaci¨®n, arropada la segunda por alguna pieza adicional, de muy distinto planteamiento, pero igualmente extraordinarias. La del espacio de Javier L¨®pez prolonga la sinuosidad del estereotipo de esas butacas enfrentadas de ascendencia victoriana, que se conocen como 'confident' o en denominaci¨®n m¨¢s popular como un 't¨² y yo', para dibujar en una serpenteante met¨¢fora visual del devenir biogr¨¢fico que concluye en uno de los extremos -es dif¨ªcil decir si en sentido ascendente o descendente- con la r¨²brica inefable de una cuna.
JOS? ANTONIO HERN?NDEZ-D?EZ
Galer¨ªa Elba Ben¨ªtez San Lorenzo, 11. Madrid Hasta el 25 de mayo Galer¨ªa Javier L¨®pez Manuel Gonz¨¢lez Longoria, 7 Madrid Hasta el 25 de mayo
SERGIO PREGO
Galer¨ªa Soledad Lorenzo Orfila, 5. Madrid Hasta el 31 de mayo
La de Elba Ben¨ªtez constru
ye con monitores de v¨ªdeo, que emiten la imagen serial de una lengua que avanza arduamente, a modo de un viscoso ped¨²nculo, sobre una superficie, un poderoso emblema, melanc¨®lico y mordaz, del esfuerzo inane, del progreso ilusorio. De cualquier modo, son proyectos que reflejan, a la par, el n¨²cleo mejor en el hacer imaginario de Hern¨¢ndez-D¨ªez.
Sin duda entre las exposiciones m¨¢s esperadas de la temporada se cuenta ¨¦sta del joven artista donostiarra, afincado desde hace unos a?os en Nueva York, Sergio Prego. Con apenas otras tres muestras personales a sus espaldas y la presencia en colectivas, algunas de ellas de referencia, a lo largo del ¨²ltimo lustro, Sergio Prego (San Sebasti¨¢n, 1969) se ha impuesto como una de las figuras emergentes de mayor impacto y rotundo inter¨¦s en la escena espa?ola del arranque de siglo.
De hecho, a mi juicio, sus trabajos en v¨ªdeo poseen una intensidad, alcance y complejidad sin apenas equivalencia entre lo que el devenir del medio hab¨ªa sedimentado hasta la fecha entre nosotros. Y ello, ante todo, bas¨¢ndose en una ingenios¨ªsima capacidad de invenci¨®n en el planteamiento t¨¦cnico que sustenta la realizaci¨®n, donde obtiene, a partir de recursos muy precarios, soluciones de deslumbrante sofisticaci¨®n, pero que -y ah¨ª radica lo esencial del asunto- lejos de agotarse en el complaciente alarde efectista, brotan por el contrario como respuesta determinada por la l¨®gica argumental que vertebra el sentido de la pieza.
As¨ª ocurre de hecho en las
dos soberbias videoproyecciones y la instalaci¨®n que conforman esta primera individual madrile?a de Prego. En Home, insiste en una v¨ªa ya anticipada por su anterior, y asimismo magistral, Tetsuo, bound to fail, partiendo de las instant¨¢neas sincr¨®nicas captadas por las c¨¢maras fotogr¨¢ficas que circundan al propio artista, que arroja de su boca o arroja sobre s¨ª mismo, un l¨ªquido coloreado que sugiere, en cierto modo, un trasunto de lo pict¨®rico.
En Recoil es la c¨¢mara de v¨ªdeo la que traza un raudo arco semicircular en torno a Prego. En Luz, un tubo de ne¨®n mecanizado recorre el ra¨ªl instalado en el per¨ªmetro de la galer¨ªa. Y en cada caso, el movimiento -recreado en edici¨®n el de la primera pieza- introduce una temporalidad parad¨®jica que centra el punto focal del discurso en torno a cuestiones esenciales de la sintaxis escult¨®rica: la anulaci¨®n del peso, la fijaci¨®n de lo transitorio, lo que el tr¨¢nsito de la luz revela en el di¨¢logo de los cuerpos y el espacio. Imprescindible.
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