Un mosaico en claroscuro

Tras casi quince a?os sin nuevo poemario en librer¨ªas (Elphistone data de 1988), era de esperar que el ¨²ltimo libro de Blanca Andreu tuviera la solidez de los poemarios largamente meditados y escritos durante mucho tiempo. No ha sido, sin embargo, as¨ª. Y no lo ha sido, sobre todo, en lo que se refiere a la estructura. No es un libro cerrado: La tierra transparente tiene algo de mosaico, de cuaderno de pruebas y apuntes, de muestrario de los diversos caminos que a lo largo de este tiempo ha transitado (o intentado transitar) su autora. Dividido en 11 apartados o cap¨ªtulos, est¨¢ compuesto en su totalidad de poemas breves de intensidad diversa en los que act¨²a como hilo conductor el amor en sus distintas manifestaciones. La pasi¨®n, el deseo, la atracci¨®n por ciertas realidades materiales con contenido simb¨®lico (el olivo, el agua -el mar, el r¨ªo, las fuentes-), est¨¢n presentes en este volumen no de un modo abierto, incondicional, sino tamizados por la sombra de la muerte. Una sombra que es casi absoluta en los textos de El libro de Juan, una serie de 11 poemas que parecen ser parte de un libro mayor, y que se tamiza en el resto de las series, traspasadas por una pulsi¨®n metaf¨ªsica, por una voluntad de conversi¨®n de la luz -o de la claridad- en una met¨¢fora de la vida, en un b¨¢lsamo contra la soledad y la pena. Como Blanca Andreu confiesa en la nota que abre el volumen, La tierra transparente 'no es un poemario, sino un conjunto de peque?os libros, algunos muy antiguos y varios en fase de crecimiento'. ?se es, quiz¨¢, su principal punto d¨¦bil. La agregaci¨®n de textos procedentes de diversos proyectos, la incorporaci¨®n de alg¨²n trabajo que tiene car¨¢cter de experimento de escritura autom¨¢tica (que la autora incluye, seg¨²n confiesa en la citada nota, 'como curiosidad'), impiden que el libro tenga, tanto desde el punto de vista formal como desde el del tono, un car¨¢cter unitario.

No obstante, es un libro distinto si lo situamos en el contexto del panorama po¨¦tico de este comienzo del siglo XXI. Como distinta es la poes¨ªa, desde su origen, de la autora: hay, en la mayor parte de los poemas de La tierra transparente, una tensi¨®n visible entre el apremio de la irracionalidad y del imaginismo desbordantes en su primer y celebrado De una ni?a de provincias que se vino a vivir en un Chagall (1981), y la voluntad indagadora en las honduras y recovecos de la existencia desde un enfoque que evoluciona entre la m¨ªstica y la meditaci¨®n -y que no desde?a derivas surrealistas-, m¨¢s presente en el ya citado Elphistone. Hay tambi¨¦n destellos de un infrecuente tono conversacional, algo que llega a impregnar incluso alguno de los textos elegiacos de El libro de Juan: 'Cierto d¨ªa, mientras cen¨¢bamos en un restaurante, el abogado Moreno comenz¨® a hablar de una mitolog¨ªa que estaba leyendo en aquel momento'. Y, desde luego, una b¨²squeda de la contenci¨®n propia del poema breve que, en los momentos m¨¢s felices, se mueve entre la l¨ªrica de las cantigas de amor, la poes¨ªa ar¨¢bigo-andaluza y el haiku: 'Lanza su blanca nieve como anillo / como anillo de amor / como anillo de amor resplandeciente'.