El racismo y la alcaldesa de Premi¨¤
El anterior imam de la comunidad musulmana de Premi¨¤ de Mar no aceptaba la autoridad de la alcaldesa de la localidad, Maria Jes¨²s Fanego, porque es una mujer. Lo le¨ª el domingo en EL PA?S, lo escrib¨ªa Merc¨¨ P¨¦rez en su cr¨®nica y primero me pareci¨® un chiste. No he visto que nadie exija ninguna disculpa p¨²blica a la comunidad de fieles de Premi¨¤ o al nuevo imam. Si el Papa de Roma tiene que disculparse por la Inquisici¨®n, no veo por qu¨¦ no tendr¨ªa que disculparse el actual imam por el antiguo imam. A m¨ª me parece igual de repugnante por una raz¨®n: porque lo de la Inquisici¨®n pas¨® hace siglos, y que un se?or no acepte la autoridad de una mujer ha pasado ahora en Catalu?a, donde se supone que tenemos igualdad. Y eso es tan desagradable y tan penoso como que salgan plataformas racistas en Vic. Despu¨¦s de leer el art¨ªculo de Merc¨¨ P¨¦rez he ido a pasear por Premi¨¤ y tambi¨¦n he ido a ver a Maria Jes¨²s Fanego. Lo he hecho porque creo que mi persona est¨¢ libre de sospecha racista (lean el reportaje En Barcelona con chilaba, publicado en EL PA?S) y en cambio mi persona hace burla, a veces, del feminismo. Resulta que cuando la alcaldesa negociaba con el imam por la mezquita, ¨¦l se giraba de espaldas, en un gesto tan medieval como coherente. Esta mezquita se har¨¢ porque cualquier ciudadano (incluido el tal imam) tiene dos derechos: el de poder practicar su religi¨®n y el de la propiedad privada. Eso es l¨®gico, y si alguien como yo no ve bien que haya iglesias, mezquitas, templos de la secta Moon o de la Iglesia de la Cienciolog¨ªa, no tiene m¨¢s remedio que aguantarse. La alcaldesa -en el cargo desde 1995 y regidora por el PSC desde el 75- es una ex ama de casa que siempre estuvo interesada en los movimientos vecinales. Me explica que cuando ella lleg¨® a la alcald¨ªa, el anterior alcalde, del PP, hab¨ªa dado permiso a la comunidad musulmana para usar un piso como escuela. Sin embargo, la escuela era en realidad una mezquita, lo que supuso una fricci¨®n enorme con los vecinos. Los fieles que no cab¨ªan en el piso rezaban en el rellano y hubo problemas de salubridad. Dice Maria Jes¨²s que si hubiese hecho la vista gorda, ahora no tendr¨ªa un conflicto con todo el pueblo, sino s¨®lo con ese grupo de vecinos. En fin, cerrar esa mezquita es de lo m¨¢s l¨®gico; sin embargo, en las hemerotecas he podido leer: 'La alcaldesa apoya a los racistas'. En el libro C¨ªclopes, de David Sedaris, hay un cuento muy bueno llamado 'El bolet¨ªn de Glenn sobre la homofobia'. En ¨¦l, un homosexual que aparca en un lugar reservado para minusv¨¢lidos es increpado por un hombre en silla de ruedas, as¨ª que el homosexual le pega 'por ser tan hom¨®fobo'. Por el pueblo el mal rollo se nota. Un se?or me dice que si se construye la mezquita es porque la alcaldesa tiene un novio musulm¨¢n. Despu¨¦s ella misma me aclarar¨¢ que su hijo veintea?ero tiene el pelo muy negro y es moreno de piel, por lo que ha corrido ese rumor por Premi¨¤. Qu¨¦ burrez. Vecinas de la calle de la Verge del Pilar est¨¢n molestas con un se?or musulm¨¢n que vende coches de segunda mano porque, al no tener local, los tiene repartidos por las calles y es all¨ª donde hace las transacciones. En cambio, dos chicas opinan que no hay nada m¨¢s bonito que ver que los subsaharianos (eso dicen, 'subsaharianos') viven la vida en la calle, como si fuera un zoco, y que tenemos que abrirnos mucho m¨¢s. Para la alcaldesa, ser¨ªa b¨¢sico que los musulmanes (y eso incluye a las musulmanas) se integraran en las asociaciones de vecinos y de padres, no s¨®lo en la fiesta mayor, durante la cual celebran una comida t¨ªpica marroqu¨ª. Seg¨²n Maria Jes¨²s, hace dos a?os que -igual por el cambio de imam- la presencia de mujeres musulmanas en esa comida es mucho m¨¢s baja. Me explica que a veces los ciudadanos de Premi¨¤ tienen la sensaci¨®n de que para conseguir la convivencia ven rebajados sus derechos. ?sta es una queja concreta de algunos de ellos: para los musulmanes, la calle es un lugar de reuni¨®n, as¨ª que los s¨¢bados forman grupos frente a las dos carnicer¨ªas, para hablar. Ocupan toda la acera, pero cuando un lugare?o quiere pasar jam¨¢s se mueven para cederle el paso. Maria Jes¨²s me pone otro ejemplo: 'Hay un bloque en el que una de las mujeres que limpia la escalera es musulmana. Los vecinos no ven con buenos ojos que el marido la espere abajo, en el portal, mientras trabaja y luego sea ¨¦l quien suba a cobrar. Para ellos es un retorno al oscurantismo machista que han superado con tanto esfuerzo'. En cambio, me aclara que el temor de los ciudadanos a que la nueva mezquita se convierta en un lugar de peregrinaje para los musulmanes de toda la comarca es infundado. Tendr¨¢ un aforo limitado, y adem¨¢s el funcionamiento de las mezquitas es muy parecido al de las parroquias, por lo que cada fiel va a la de su pueblo. La alcaldesa habla todo el rato de derechos y deberes, lo que me parece muy normal. En fin, seguramente esto de Premi¨¤ es como lo de los no fumadores y los fumadores. A veces unos y otros, reclamando nuestros, derechos parecemos rid¨ªculos, y a veces intransigentes y exaltados. La primera soluci¨®n, como siempre, es poner un extractor en los bares. Pero el extractor de Premi¨¤ es muy complicado. Pobre alcaldesa. De racista no tiene un pelo, pero no quisiera estar en su piel.
Paseo por Premi¨¤ de Mar y conversaci¨®n con su alcaldesa sobre la nueva mezquita
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Mar¨ªa Jes¨²s Fanego
- Inmigrantes magreb¨ªes
- Mezquitas
- Provincia Barcelona
- Inmigrantes
- Xenofobia
- Centros culto
- Inmigraci¨®n
- Edificios religiosos
- Catalu?a
- Ayuntamientos
- Migraci¨®n
- Racismo
- Islam
- Delitos odio
- Discriminaci¨®n
- Demograf¨ªa
- Religi¨®n
- Delitos
- Administraci¨®n local
- Prejuicios
- Espa?a
- Problemas sociales
- Administraci¨®n p¨²blica