La ¨²ltima desgracia de Kiko
La ins¨®lita sanci¨®n por el acta de un partido al que ni siquiera estaba convocado impide al jerezano despedirse para siempre del Calder¨®n
A Kiko le quedaba una sola satisfacci¨®n y le privaron de ella. Fich¨® por el Extremadura en enero pero su decisi¨®n de retirarse est¨¢ tomada desde hace meses. Lleva mucho tiempo harto del f¨²tbol y si hab¨ªa una cosa que le manten¨ªa sentimentalmente atado a este mundo era volver al Calder¨®n. A?oraba corregir el romance de ocho a?os con la afici¨®n del Atl¨¦tico. Ocho a?os rotos por los insultos de los hinchas violentos, que le reclamaron dinero para viajes y se lo echaron en cara cuando se neg¨® el d¨ªa del ¨²ltimo partido en el Manzanares. Kiko quer¨ªa volver y sin embargo, una sanci¨®n ins¨®lita, impuesta en un partido al que ni siquiera fue convocado, se lo impide. Un ¨¢rbitro le impuso una pena por discutir con ¨¦l en el t¨²nel de vestuarios. La rueda de recursos ante las autoridades no ha conseguido dar la vuelta a esta ¨²ltima crueldad del destino. Otro rev¨¦s del 'laberinto' en que dice que se meti¨® cuando dej¨® el Atl¨¦tico, hace un a?o.
Ha pasado el tiempo, casi diez a?os desde su deb¨² como rojiblanco, en el verano de 1993. Casi una d¨¦cada desde que ese chico que removi¨® el f¨²tbol espa?ol en los a?os previos a la era Ra¨²l apareciera en escena para jugar como nadie. Una d¨¦cada desde que puso en pie al estadio con goles impredecibles, medio Van Basten medio M¨¢gico Gonz¨¢lez, el largo y gracioso chaval de Jerez al que las c¨¢maras ocultas pillaron una vez pagando condones furtivamente en el cajero de un supermercado. Eso fue antes de ganar la Liga y la Copa. Antes de romperse los dos tobillos y perder el ¨¢ngel.
Kiko pensaba en esas cosas mientras viajaba desde Almendralejo a Madrid por la autopista de Extremadura, ayer por la tarde. Y, sobre todo, pensaba en el Comit¨¦ de Disciplina. La ¨²ltima instancia jur¨ªdica capaz de permitirle despedirse de la hinchada que lo idolatr¨®, y que finalmente, a ¨²ltima hora de la tarde, decidi¨® no concederle la suspensi¨®n cautelar y ratific¨® la sanci¨®n de un partido.
'Aqu¨ª voy en el autob¨²s', dijo ayer Kiko; 'voy con el equipo a ver qu¨¦ pasa con mi sanci¨®n. Igual puedo jugar, pero no lo s¨¦. Estamos en una situaci¨®n muy mala. Luchando por salvarnos. Por eso espero poder echar una mano a los compa?eros. Ser¨ªa bonito poder jugar en el Calder¨®n otra vez y -aunque es un detalle- despedirme de la afici¨®n, que siempre me trat¨® muy bien. Porque salvo unos pocos, todos me han tratado muy bien y me siguen tratando de maravilla cada vez que me los encuentro por la calle'.
Kiko abander¨® toda una saga en el f¨²tbol espa?ol y en el Atl¨¦tico. La medalla de oro de Barcelona'92 y el doblete de Liga y Copa le convirtieron en un ilustre del Atl¨¦tico hasta que la fatalidad precipit¨® su desgracia. Primero se rompi¨® los dos tobillos, en 1999. Despu¨¦s el Atl¨¦tico descendi¨® y todav¨ªa sin recuperarse plenamente, debi¨® jugar en Segunda. Ante la imposibilidad del ascenso el Frente Atl¨¦tico le dedic¨® pancartas insultantes porque se neg¨® a pagar sus viajes para animar al equipo: 'Kiko Mu¨¦rete'. Ning¨²n ultra tuvo en cuenta que para entonces ya jugaba sin cobrar. Y que cuando renunci¨® a su contrato, dej¨® de percibir seis millones de euros.
Por eso quer¨ªa volver al Calder¨®n. Porque hace dos meses, jugando con el Extremadura en el campo del Levante, se detuvo en medio del partido, mir¨® al cielo y se pregunt¨® una cosa: '?Qu¨¦ estoy haciendo aqu¨ª?'.
Kiko decidi¨® retirarse del f¨²tbol antes de ir al Mundial de Corea y Jap¨®n, como comentarista. Y en vista de que ¨¦sta era su ¨²ltima oportunidad, esperaba que el Calder¨®n le despidiera como algo m¨¢s que a un paria.
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