Encendida fidelidad
D¨ªa grande en los ciclos de abono de Iberm¨²sica: nos visitaba, una vez m¨¢s, la Orquesta Sinf¨®nica de Londres, fundada en 1904, y a su frente uno de los maestros m¨¢s prestigiosos y representativos de su generaci¨®n: Bernard Haitink (Amsterdam, 1929). De talante magistral antes que de exhibicionismo virtuosista, Haitink hace arquitectura y lirismo cuando conviene o pinta con los sobrios colores de la escuela holandesa para dar raz¨®n, orden y expresividad a Haydn, Bart¨®k o Brahms.
Hasta en una m¨²sica tan hija de las m¨¢s hondas tradiciones folcl¨®ricas como la Suite de danzas, Sz. 77, de 1923, Bart¨®k ensaya con talento asombroso una organicidad ejemplar, un equilibrio contrastado y una concatenaci¨®n de la materia tem¨¢tica que favorecen la vitalidad fascinante de los ritmos, los gestos y las formas. Y Haitink, con los fabulosos profesores londinenses, evidencia ante nosotros la gama completa de valores, pero lo hace con la naturalidad fresca de una serenata. Resulta f¨¢cil, entonces, la asimilaci¨®n de los mensajes por la audiencia, esa coparticipaci¨®n deseable y misteriosa.
Orquestas del Mundo (Iberm¨²sica)
Orquesta Sinf¨®nica de Londres. Director: Bernard Haitink. Auditorio Nacional. Madrid, 9 de mayo.
Vibr¨® el p¨²blico filarm¨®nico de Madrid con Bart¨®k, ese Bart¨®k cuya genialidad no entend¨ªan todav¨ªa los asiduos que en los a?os cincuenta se ve¨ªan en la necesidad de alzar voces de protesta.
Haitink y la soberbia profesionalidad individual y colectiva de los sinf¨®nicos de Londres iluminan todas sus versiones. Lo hicieron con la Sinfon¨ªa n? 96 en re mayor, compuesta en 1791, el a?o de la muerte de Mozart, y habitualmente subtitulada El milagro. Y de milagro se trata en todas las sinfon¨ªas del periodo avanzado de Haydn. Y milagro, dif¨ªcil de explicar en su esencialidad, es tambi¨¦n la Cuarta sinfon¨ªa de Brahms, que corona, en 1885, un apretado conjunto hecho de tradiciones plurales y largas y abierto al futuro.
Todos sent¨ªan la satisfacci¨®n emocionada de haber sido vencidos y convencidos; de comprender, cada vez con mayor y m¨¢s precisa exactitud, el legado de tres imaginadores se?eros de intens¨ªsimas bellezas. Esto es: de tres grandes cl¨¢sicos servidos con encendida fidelidad.
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