Las barbas del vecino
El pr¨®ximo a?o empieza un carrusel electoral intens¨ªsimo, con elecciones municipales y regionales en primavera en todas las comunidades aut¨®nomas del art¨ªculo 143 de la Constituci¨®n, esto es, todas menos las tres llamadas nacionalidades hist¨®ricas y Andaluc¨ªa, con elecciones en Catalu?a en el oto?o y con elecciones generales, andaluzas y europeas en la primavera de 2004. Las ¨²nicas elecciones de todas las posibles en el sistema pol¨ªtico espa?ol que no se van a celebrar entre la primavera de 2003 y la primavera de 2004 son las auton¨®micas gallegas y vascas.
Es l¨®gico, en consecuencia, que el horizonte de los partidos pol¨ªticos se est¨¦ ti?endo a marchas forzadas de preocupaciones electorales. Los diferentes partidos, de acuerdo con la cultura pol¨ªtica dominante en cada uno de ellos, est¨¢n empezando a mover ficha sabiendo lo mucho que est¨¢ en juego en el carrusel electoral del pr¨®ximo a?o.
Es un secreto a voces que en el interior del PP existe la convicci¨®n bastante generalizada de que con Te¨®fila Mart¨ªnez como candidata a la Junta, la derrota est¨¢ pr¨¢cticamente asegurada
Hasta el momento la atenci¨®n informativa se hab¨ªa centrado en el proceso de primarias del Partido Socialista, ampliamente comentado, adem¨¢s, en editoriales y tribunas de opini¨®n, como las que incluy¨® por cuadruplicado EL PA?S en su edic¨ª¨®n del domingo pasado.
Esta semana, sin embargo, la atenci¨®n informativa se ha centrado en los primeros movimientos de la direcci¨®n del PP de cara a los comicios del pr¨®ximo a?o. La decisi¨®n de la direcci¨®n del PP de defenestrar a Agust¨ªn Conde como candidato a la presidencia de la comunidad aut¨®noma de Castilla-La Mancha y su pretensi¨®n de que sea sustituido por Adolfo Su¨¢rez Illana, hijo del primer presidente del Gobierno de la democracia espa?ola, ha sido una de las noticias pol¨ªticas m¨¢s destacadas de estos ¨²ltimos d¨ªas.
La decisi¨®n encaja dentro de lo que se sabe que es una preocupaci¨®n de la direcci¨®n del PP desde hace ya bastantes a?os. A pesar de que, desde la primera mitad de la ¨²ltima d¨¦cada del siglo pasado empez¨® a hacerse muy visible el fin de la hegemon¨ªa socialista y el comienzo de la hegemon¨ªa popular en casi todo el territorio del Estado, ha habido tres comunidades (Extremadura, Castilla-La Mancha y Andaluc¨ªa) que han resistido hasta la fecha la ascensi¨®n del PP, y con m¨¢s intensidad, curiosamente, en la ¨²ltima consulta electoral auton¨®mica que en la pen¨²ltima. El espectacular ascenso del PP en las elecciones generales de 2000 no fue precedido por un ascenso en Extremadura y Castilla-La Mancha en 1999, ni acompa?ado por un ascenso similar en Andaluc¨ªa el mismo 2000.Y a tenor de lo que dicen las encuestas, incluso las del propio PP, no parece que haya indicios de que los resultados puedan ser distintos en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas en estas tres comunidades.
Esta es, sin duda, la raz¨®n de que la direcci¨®n del PP haya optado por una medida dr¨¢stica en Castilla-La Mancha, que no est¨¢ exenta de riesgos. Pues se ha producido el descabalgamiento de un candidato con arraigo en la regi¨®n sin disponer todav¨ªa de candidato alternativo, ya que no se sabe si Adolfo Su¨¢rez Illana va a aceptar ser el cartel electoral del PP en las pr¨®ximas elecciones castellano-manchegas. En el caso de que no consigan convencerlo para que acepte, se habr¨¢n dado por perdidas las elecciones antes de que se convoquen. Hacer descansar la ¨²nica posibilidad de ganar en poner al frente del partido un candidato que todav¨ªa no se sabe si va a aceptar serlo es una decisi¨®n bastante ins¨®lita por valiente. Un solo p¨¢jaro volando vale m¨¢s que cien p¨¢jaros en mano. Para perder con seguridad con los candidatos de la comunidad ya conocidos, m¨¢s vale correr el riesgo con uno que todav¨ªa no sabemos si va a aceptar serlo. El batacazo electoral puede ser mayor si la operaci¨®n no sale adelante, pero vale la pena correr el riesgo. No resignarse a la derrota, aunque ello comporte riesgos, es un buen s¨ªntoma de vitalidad de un partido pol¨ªtico.
La iniciativa de la direcci¨®n del PP para las elecciones auton¨®micas de Castilla-La Mancha va a abrir inevitablemente el debate en Andaluc¨ªa, en la que est¨¢ en juego mucho m¨¢s. Es un secreto a voces que en el interior del PP existe una convicci¨®n bastante generalizada de que, con Te¨®fila Mart¨ªnez como candidata a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa, la derrota est¨¢ pr¨¢cticamente asegurada. Ya hace tiempo que se dej¨® de hablar del efecto Te¨®fila, que puso en circulaci¨®n Javier Arenas en la primera campa?a electoral protagonizada por la alcaldesa de C¨¢diz para la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa. No creo que nadie que tenga el m¨¢s m¨ªnimo sentido del r¨ªdiculo se atreva a volver a hacerlo.
Me imagino que depender¨¢ de c¨®mo salga el experimento castellano-manchego, que se extienda la medida a Andaluc¨ªa. Pero si la direcci¨®n del PP consigue convencer a Adolfo Su¨¢rez Illana para que acepte ser el candidato a presidente del PP, me parece que va a poner en marcha una operaci¨®n similar en Andaluc¨ªa. Lo que est¨¢ en juego en Andaluc¨ªa, pol¨ªticamente hablando, es mucho m¨¢s de lo que est¨¢ en juego en Castilla-La Mancha. Andaluc¨ªa es realmente la asignatura pendiente del PP, el mayor obst¨¢culo a la consolidaci¨®n de la hegemon¨ªa popular en toda Espa?a. Es l¨®gico pensar, en consecuencia, que si la direcci¨®n del PP est¨¢ dispuesta a correr riesgos en las elecciones auton¨®micas castellano-manchegas del pr¨®ximo a?o, tambi¨¦n estar¨¢ dispuesta a correrlos en las elecciones andaluzas del a?o siguiente. Si Adolfo Su¨¢rez Illana acepta ser candidato en 2003, es m¨¢s que probable que Te¨®fila Mart¨ªnez no lo sea en 2004. Las barbas del vecino, ya se sabe...
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