2.200 momias revolucionan el conocimiento sobre el mundo inca
El jefe de la excavaci¨®n dice que se rescat¨® el 40% de lo que hab¨ªa
La Se?orita es el nombre con el que sus descubridores han bautizado a una de las m¨¢s de 2.200 momias extra¨ªdas del cementerio de Puruchuco, a las afueras de Lima (Per¨²). Un mes despu¨¦s de desvelar este hallazgo, el arque¨®logo Guillermo Cock, responsable de la excavaci¨®n, recorre Europa con una r¨¦plica de La Se?orita para mostrar su trabajo, que dur¨® tres a?os y pudo finalizar con el apoyo econ¨®mico de National Geographic.
'Tenemos una muestra sociol¨®gica perfecta', asegura el arque¨®logo Guillermo Cock
'Lo que tenemos es una muestra sociol¨®gica perfecta, en la que est¨¢n representadas todas las clases sociales y rangos de edad en una cantidad muy importante. No s¨®lo es el cementerio m¨¢s grande jam¨¢s excavado, sino que est¨¢ completo', explic¨® el pasado mi¨¦rcoles el investigador, a su paso por Madrid. 'Tenemos 1.286 fardos. Muchos son m¨²ltiples y calculamos que eso representa de 2.200 a 2.400 individuos'.
Los trabajos para extraer las momias comenzaron en 1999, cuando el Gobierno peruano encarg¨® al equipo de Cock que evaluara si merec¨ªa la pena excavar el cementerio, que ya se conoc¨ªa, pero sobre el que desde los a?os ochenta habitaba un poblado de chabolas con 1.200 familias.
La dificultad fue que los arque¨®logos s¨®lo pudieron remover las tierras de las calles del poblado, ya que los tribunales peruanos impidieron que el Instituto Nacional de Cultura sacara del lugar a sus habitantes. Adem¨¢s, la falta de desag¨¹es hac¨ªa que se echaran a las calles todos los desechos, lo que estaba provocando la putrefacci¨®n de buena parte de los restos arqueol¨®gicos.
'Las ocho hect¨¢reas que estudiamos pod¨ªan haber contenido f¨¢cilmente 10.000 fardos funerarios', precisa Cock, 'pero ha habido mucha destrucci¨®n. Calculamos que hemos rescatado entre un 40% y un 60% de lo que quedaba. Pero hay probablemente otra cantidad igual bajo las casas, que ya ser¨¢ imposible excavar'.
La gran variedad de lo obtenido va a permitir, seg¨²n explica el responsable de las excavaciones, no s¨®lo generalizar sobre la vida, la sociedad o la organizaci¨®n de la civilizaci¨®n inca, sino que, al cruzar los datos, los investigadores podr¨¢n recuperar historias individuales. 'Y eso en arqueolog¨ªa es muy dif¨ªcil', a?ade. 'Vamos a conseguir llegar a un nivel de detalle que no conoc¨ªamos'.
Pero la importancia de estas excavaciones no s¨®lo tiene que ver con su cantidad. Se han conseguido muchas muestras con manifestaciones culturales in¨¦ditas, lo que permite avanzar a este arque¨®logo que el hallazgo va a cambiar radicalmente el conocimiento actual de la civilizaci¨®n inca.
'Siempre hemos percibido a los incas como una superestructura. Un imperio que se vinculaba con los se?ores feudales, pero que ten¨ªa por su brevedad muy poco acceso a la poblaci¨®n. Me he pasado 30 a?os sosteniendo eso. Mentira. Esta muestra nos dice que la cultura inca, reci¨¦n llegada al valle, hab¨ªa sido incorporada por la poblaci¨®n. Pero, adem¨¢s, en la cer¨¢mica encontrada, vemos que comparten caracter¨ªsticas de regiones diferentes, que nunca hab¨ªamos visto, lo que indica que estaban surgiendo elementos de identidad supra¨¦tnica comunes', sostiene.
Hay, adem¨¢s, muchas muestras importantes por su rareza. Por ejemplo, se han conseguido numerosas momias de las clases altas. 'Generalmente, en pa¨ªses como Per¨², los rangos superiores se pierden por la destrucci¨®n que hacen los saqueadores de las tumbas para poner los objetos en el mercado internacional', dice.
Tambi¨¦n se han hallado dos cuerpos que no est¨¢n enterrados en postura fetal, como hac¨ªan los incas, sino de pie, con la cabeza vertical. Es el caso de la momia conocida como La Se?orita. 'Bromeamos diciendo que debi¨® haber conocido a Pizarro, por la ¨¦poca a la que pertenece, entre 1540 y 1550'. Por eso, barajan la hip¨®tesis de que pudo haber sido bautizada y, al morir, enterrada como hac¨ªan los colonizadores. 'Puede que los parientes la sacaran y la llevaran al cementerio de sus ancestros', a?ade Cock. Esta misma momia tiene tatuajes en la piel, algo nunca hallado en una mujer.
Otro ejemplo es el de los fardos de falsa cabeza. Hasta ahora, s¨®lo se hab¨ªa encontrado uno. Pero en el cementerio de Puruchuco rescataron 52. Se trata de un envoltorio que cubre los cad¨¢veres y sus ajuares, al que se pone una protuberancia de algod¨®n, envuelta en tela. En su interior se han llegado a encontrar hasta siete cuerpos. 'La falsa cabeza es una especie de abstracci¨®n del periodo inca que simboliza un individuo', explica Cock. 'Generalmente, aparecen dos fardos juntos: uno sin pelo y otro con una peluca'.
Aunque las momias de los emperadores incas se embalsamaban con un procedimiento similar al utilizado por los egipcios, las que se encontraron en Lima no lo est¨¢n. Para su momificaci¨®n se utiliz¨® una t¨¦cnica de desecado. 'Se ha buscado un ¨¢rea con arena gruesa y ah¨ª se depositan los cad¨¢veres para que, mediante la ¨®smosis, usando rellenos que act¨²an como una esponja, los l¨ªquidos del cuerpo humano salgan muy r¨¢pidamente. Sin agua no hay vida y reduce el da?o que producen las bacterias y los insectos', explica el arque¨®logo peruano.
Cock sostiene que las investigaciones derivadas de estas excavaciones 'durar¨¢n a?os', pero se entusiasma cuando habla de lo que se puede llegar a constatar. 'Es una mina de oro', dice. Y eso que las excavaciones no est¨¢n completadas. 'Por la proyecci¨®n de los ploteros, sabemos que quedan fardos en el patio del colegio y en un par de calles del asentamiento'. Sin embargo, falta financiaci¨®n para finalizarlas, a pesar de la aportaci¨®n de National Geographic. La revista del mismo t¨ªtulo recoger¨¢ estas investigaciones en el n¨²mero de junio y estrenar¨¢ un documental en todo el mundo el pr¨®ximo domingo.
Babelia
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