Fantasmas en torno a un sue?o en la costa al norte de Valencia

Eduardo Zaplana tiene sobre la mesa un ambicioso proyecto para regenerar la costa al norte de Valencia que pretende aprovechar el potencial tur¨ªstico que atesoran las playas urbanas, redefinir los usos de los puertos de Valencia y Sagunto, e incluso cambiar la ubicaci¨®n el aeropuerto de Manises. El calibre de la iniciativa despierta recelos entre los t¨¦cnicos y choca con obras ya previstas. Su consideraci¨®n oscila entre la genialidad y la frivolidad. Pero concita la unanimidad en un punto: tal actuaci¨®n sobre el territorio s¨®lo puede acometerse desde un decidido impulso pol¨ªtico. Y tal decisi¨®n requiere despejar algunos interrogantes.

El eje central de la propuesta consiste en separar la carretera nacional de la costa al norte de Valencia. La construcci¨®n de una nueva l¨ªnea ferroviaria de alta velocidad ser¨ªa la ocasi¨®n para dise?ar una nueva carretera paralela a la v¨ªa. Tal movimiento liberar¨ªa kil¨®metros de playa inaccesibles en la actualidad debido a la barrera que supone el actual trazado de la carretera nacional.

El impacto de una l¨ªnea f¨¦rrea de alta velocidad se extiende decenas de metros alrededor de la v¨ªa, un espacio en el que podr¨ªa establecerse una amplia carretera sin acumular nuevos problemas.

Una fuente vinculada a Obras P¨²blicas bajo mandato socialista comenta que alguna vez se plante¨® un proyecto para regenerar las playas entre Valencia y Sagunto. Se construyeron entonces unos espigones, que todav¨ªa persisten, para estabilizar la arena en el litoral. Pero la proximidad de la carretera a la costa imped¨ªa el acceso a la playa y cegaba la posibilidad de disponer de aparcamientos para los ba?istas.

El nuevo proyecto pretende despejar la primera l¨ªnea de playa para actuar de acuerdo con los criterios recogidos en la esperada ley de ordenaci¨®n territorial, anunciada en septiembre de 1998 y que sigue pendiente de aprobaci¨®n. Un problema reside en la condici¨®n del terreno. La inmensa mayor¨ªa del litoral entre Valencia y Sagunto est¨¢ constituido por humedales y esa servidumbre forz¨® el actual trazado de la carretera.

Medio Ambiente acaba de aprobar un cat¨¢logo de zonas h¨²medas que s¨®lo cita el marjal de Rafalell y Vistabella y el marjal dels Moros en esa franja costera, pero asume que todas los humedales deben ser protegidos. Una posici¨®n que limita las posibilidades de urbanizaci¨®n futura de esa costa, un aspecto que resulta pieza clave para la financiaci¨®n del proyecto.

La idea de explotar la ciudad de Valencia como centro tur¨ªstico va acompa?ada de una redefinici¨®n de los usos del puerto, que se convertir¨ªa en un fondeadero privilegiado para embarcaciones de lujo y grandes yates. El tr¨¢fico de mercanc¨ªas se desplazar¨ªa al puerto de Sagunto.

El potencial de Sagunto es evidente debido a su situaci¨®n estrat¨¦gica. Su cercan¨ªa a Valencia y Castell¨®n le otorga una posici¨®n de privilegio en el arco mediterr¨¢neo. La futura conexi¨®n directa por autov¨ªa con Zaragoza supondr¨¢ un valor a?adido. Y la disponibilidad de cientos de hect¨¢reas de suelo p¨²blico abre muchas posibilidades de actuaci¨®n.

Sin embargo, el puerto de Valencia ya est¨¢ empe?ado en una costosa operaci¨®n para ocupar La Punta, una zona de huerta encerrada por la red viaria y condenada a convertirse en Zona de Actividades Log¨ªsticas, un almac¨¦n especializado donde aportar los ¨²ltimos toques de valor a?adido a los productos destinados a la exportaci¨®n. Adem¨¢s, el puerto de Valencia ha recibido importantes inversiones para mejorar su capacidad.

Los t¨¦cnicos s¨®lo detectan inconvenientes en una operaci¨®n urban¨ªstica de semejante calado. Pero si los plazos de ejecuci¨®n se diluyen a lo largo de dos o tres d¨¦cadas las tornas cambian. La actual ZAL podr¨ªa cumplir la misi¨®n para la que fue dise?ada durante dos largas d¨¦cadas.

El punto m¨¢s conflictivo del proyecto reside en el traslado del aeropuerto desde Manises a Sagunto. La concepci¨®n original reside en potenciar la localidad costera como gran centro intermodal de transportes que combinar¨ªa opciones a¨¦reas, mar¨ªtimas, ferroviarias y viarias. La construcci¨®n de un aeropuerto supone una inversi¨®n multimillonaria. Aunque los activos que acumula Manises en la zona metropolitana de Valencia podr¨ªan soportar cuantiosas hipotecas.

Tambi¨¦n supone un tremendo impacto ambiental y, hasta la fecha, todo apunta a que los intentos del aeropuerto de El Prat (Barcelona) por ganar mercado al de Barajas (Madrid) han resultado bald¨ªos.

La apuesta por trasladar la feria de muestras hacia la zona del puerto de Valencia tambi¨¦n choca con el proyecto de ampliaci¨®n del actual recinto, que se acord¨® hace menos de dos a?os y cuya financiaci¨®n est¨¢ pr¨¢cticamente prevista. Pero es cierto que el actual recinto est¨¢ condenado por su propia ubicaci¨®n, en pleno nudo de conexi¨®n de varias carreteras, que impide ulteriores ampliaciones.

La transformaci¨®n de Valencia en un ciudad tur¨ªstica es complicada, desde luego, pero el reto es estimulante. Y, tal vez, una ocasi¨®n para el encuentro pol¨ªtico.