Nacho, un miembro destacado
A ESO DE LAS SIETE de la tarde me encontr¨¦ con Bicoca en el arce japon¨¦s que hay en la Castellana, a la altura de Embassy, que es la pasteler¨ªa donde Bicoca le compra el jam¨®n de york a Cayetano. Dice que ha probado darle jam¨®n de Mallorca, de Viena Capellanes, pero que Cayetano se niega. Cayetano tambi¨¦n es muy suyo con el pop¨®, el pip¨ª lo hace donde le viene en gana, en la puerta de Embassy o en Mallorca, pero el pop¨®..., ay, amiga, eso son palabras mayores, el pop¨® s¨®lo lo hace Cayetano en dicho arce japon¨¦s. Y all¨ª que nos vamos las dos con nuestros respectivos canes a que abonen el arbolito. Me dijo Bicoca que estaba en conversaciones con La Raz¨®n -recordemos que Bicoca idolatra a Anson- para escribir una p¨¢gina sobre la relaci¨®n entre su simp¨¢tico bulldog y ella. Me dice Bicoca que le gustar¨ªa llamar a su secci¨®n: Charlas con Cayetano; yo le dije: 'Bicoca, creo que con dicha secci¨®n vas a caer en la intertextualidad', por aquello de las m¨ªticas Charlas con Troilo que publicara EL PA?S, y Bicoca se indign¨® y nos liamos en una discusi¨®n sobre los grandes grupos de comunicaci¨®n, ella como portavoz del grupo Planeta y yo como portavoz de PRISA, ella jact¨¢ndose de las inversiones planetarias, yo presumiendo de haber comprado V¨ªa Digital como si lo hubiera hecho con dinero de mi bolsillo. Lo reconozco, a veces doy verg¨¹enza. La gente se nos quedaba mirando, y vi¨¦ndola yo como desencajada, tirando de la correa de Cayetano, que el pobre se resist¨ªa a salir del seto del arce japon¨¦s porque todav¨ªa ten¨ªa un trozo de deposici¨®n a medio caer, le dije: 'Bicoca, por Dios, ?no es absurdo que peleemos por nuestras respectivas empresas cuando no somos m¨¢s que meros peones de un sistema macroecon¨®mico que rige nuestros destinos m¨¢s all¨¢ de nuestro entendimiento?'. Ella se qued¨® pensando y dijo: '?Me puedes repetir la pregunta?', y le dije que nuestra amistad estaba por encima. En realidad, lo que subyac¨ªa en nuestra discusi¨®n no eran diferencias pol¨ªticas ni grupos empresariales, la verdadera raz¨®n es que a m¨ª me pica que Bicoca piense siempre que Cayetano es m¨¢s listo que mi Yorkie. A m¨ª me gustar¨ªa que me dejaran la ¨²ltima p¨¢gina del EPS para contar las gracias de mi chiquit¨ªn, pero no cuela. Me gustar¨ªa contar que mi Yorkie, en cuanto mi santo sale del ba?o despu¨¦s de miccionar (los santos tambi¨¦n miccionan), se cuela y levanta la patita para mear el ¨²ltimo. A m¨ª me parece encantador y a mi santo vomitivo. Son dos formas de verlo. Y otra cosa, cada vez que lo dejamos solito en el coche se sienta en el asiento de mi santo (el del conductor) y se pone con las patitas como a conducir. No me digan. Y mi santo murmura: 'Si el chucho pudiera, se met¨ªa en la cama contigo, est¨¢is a un paso de la zoofilia'. Mi santo es que est¨¢ como obsesionado con un documental sobre los celos de los perros que vimos en Documan¨ªa en el que sal¨ªa una se?ora que ten¨ªa un yorkie y contaba que se ech¨® un amante (la se?ora), el yorkie se puso celoso y cuando el amante se levant¨® de la cama con la bolas al vent para ir a lavarse despu¨¦s de echar un coito, el yorkie peg¨® un salto desde su coj¨ªn y agarr¨® con los dientes el miembro del se?or. Pero vamos, que no se lo amput¨® ni nada, pero mi santo tiene la mosca detr¨¢s de la oreja. Es que para los hombres su miembro es como el centro de su vida. El otro d¨ªa vimos una entrevista en profundidad que Mercedes Mil¨¢ le hizo a un tal Nacho, un as del cine porno. Nacho es m¨¢s famoso mundialmente que Banderas, y Nacho dice que todo se le debe a su polla. Nacho est¨¢ con su polla que no mea. La describi¨® de la siguiente manera: 'Mi polla no cabe en un vaso de cubata', y mostraba un vaso de cubata y el p¨²blico exclamaba: 'ohhhh', igual que hice yo en mi casa espont¨¢neamente, aunque mi santo me mir¨® reprobadoramente porque estaba leyendo Por qu¨¦ fracas¨® la industrializaci¨®n sovi¨¦tica y me dijo que con semejante entrevista perd¨ªa la concentraci¨®n. Pero poco a poco se le cay¨® el libro de las manos y empez¨® a escuchar a Nacho (no sin rencor), que contaba que una vez se tir¨® a 101 mujeres (en un filme que rend¨ªa homenaje a 101 d¨¢lmatas). La Mil¨¢ le pregunt¨® con ojitos de investigadora: 'Pero, ?eyaculaste 101 veces?', y Nacho contest¨® en su defensa: 'No, s¨®lo cuatro, tampoco soy una central lechera'. Nacho no s¨®lo la tiene gigantesca, sino que se ha medido el nivel de espermatozoides y es como para que tengan a Nacho en el programa de fertilizaci¨®n de la Dexeus a pleno rendimiento. Tremendo semental. Yo noto, entre mis amigas, que hay un antes y un despu¨¦s de Nacho. Se respira en este ambiente primaveral. Te ponen en un bar un vaso de cubata y se te llena la cabeza de im¨¢genes. Pero no es tan raro tener la mente enferma: una vez le o¨ª decir a Juan Mars¨¦ que al darle la mano a Arthur Miller en una ocasi¨®n sinti¨® la emoci¨®n de tocar la mano que hab¨ªa tocado el culo de Marilyn Monroe. Seguro que Mars¨¦ piensa que el verdadero premio (m¨¢s que el de Asturias) es haber tenido entre las manos aquel culo glorioso; est¨¢n los m¨¦ritos literarios, claro, indiscutibles en el caso de Miller, pero si uno hubiera de elegir... (Me llama Bicoca, ¨²ltima hora: acaba de o¨ªr en la radio que Nacho dice que el d¨ªa que no tiene m¨¢s de cuatro encuentros sexuales, se la pela. Qu¨¦ vigor).
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