El cambio educativo
El anteproyecto de Ley de Calidad de la Ense?anza, presentado el viernes al Consejo de Ministros por Pilar del Castillo, desarrolla sin cambios sustantivos las l¨ªneas expuestas con anterioridad por la ministra. Uno de sus puntos m¨¢s notables es el establecimiento de una rev¨¢lida, o prueba general de bachillerato, necesaria para obtener el t¨ªtulo de bachiller y cursar estudios universitarios. Pocos niegan la conveniencia de que exista una prueba homologada y general al finalizar la ense?anza secundaria, papel que jugaba anteriormente la selectividad, pero la rev¨¢lida no la sustituye, sino que se a?ade a las pruebas de acceso, que seguir¨¢n existiendo en buena parte de los centros universitarios; una superposici¨®n de dif¨ªcil encaje.
Otro de los aspectos m¨¢s criticados del texto -que, tras ser enviado a las comunidades aut¨®nomas y al Consejo Escolar del Estado, habr¨¢ de volver al Gobierno para su aprobaci¨®n y posterior debate en el Parlamento- es la definici¨®n de dos itinerarios en tercero de la ESO, uno de ellos de car¨¢cter t¨¦cnico-profesional y otro cient¨ªfico-human¨ªstico, subdividido este ¨²ltimo en otros dos al curso siguiente, m¨¢s un cuarto itinerario que se abre a partir de los 15 a?os para quienes no quieran o puedan seguir ninguno de los anteriores, en particular los que tengan dificultades de adaptaci¨®n en raz¨®n del lenguaje o de otras causas. Esta separaci¨®n temprana de los estudiantes en grupos independientes, con contenidos y exigencias distintas, contribuir¨¢ a la segregaci¨®n social no s¨®lo entre alumnos, sino tambi¨¦n entre centros de ense?anza. E incidir¨¢ en la devaluaci¨®n de la formaci¨®n profesional, al asociarse inevitablemente a quienes no son capaces de seguir las otras alternativas.
Pero, seguramente, la mayor novedad en esta etapa de tramitaci¨®n de la ley es el tratamiento de la asignatura de religi¨®n, cuya nota entrar¨¢ en el c¨®mputo de la media como el resto de las asignaturas y tendr¨¢ obligatoriamente una contrapartida no confesional, tambi¨¦n computable; aunque, por el momento, no podr¨¢ formar parte de las asignaturas cuya no superaci¨®n implica la repetici¨®n del curso, tal y como se suger¨ªa hasta el mismo d¨ªa de la presentaci¨®n en Consejo de Ministros.
La religi¨®n, sin embargo, no puede ser una asignatura m¨¢s, cuya nota sea comparable a las otras, porque su contenido es confesional, su programa no est¨¢ definido por las autoridades educativas, como ocurre en las dem¨¢s, y los profesores no son seleccionados por los procedimientos aplicables a los otros profesores. Programa y profesorado quedan bajo la exclusiva responsabilidad del obispado correspondiente.
La ¨²nica soluci¨®n coherente con un Estado no confesional, como es el caso de Espa?a, es que la doctrina cat¨®lica (o de otras confesiones) sea impartida fuera del horario escolar, con car¨¢cter voluntario y sin contrapartidas para quienes no quieran cursarla. Pero la Iglesia combate esta soluci¨®n porque considera que puede suponer una ventaja para quienes no quieran seguirla y ha impuesto un precio o 'castigo' a los d¨ªscolos: deben seguir otra clase a cambio de no asistir a la de religi¨®n; y si la nota de ¨¦sta cuenta en el expediente, la clase alternativa debe ser tambi¨¦n evaluable y contar.
Con frecuencia se dice que una clase de ¨¦tica y valores democr¨¢ticos o c¨ªvicos ser¨ªa de inter¨¦s como alternativa. Ser¨ªa de gran inter¨¦s, en efecto, pero no como alternativa, sino para todos los alumnos, sean cat¨®licos o no. Lo mismo puede decirse de una historia de las religiones, que ayudar¨ªa a mejor comprender la historia y el arte en general y tambi¨¦n algunas claves de los conflictos actuales. En ambos casos, la asignatura tendr¨ªa que ser para todos, tener unos contenidos aprobados por la autoridad educativa, sea ¨¦sta central o auton¨®mica, y ser explicada por profesores seleccionados de acuerdo con los criterios en vigor. Una soluci¨®n del tipo de la propuesta en el proyecto de ley, bajo el eufemismo de '¨¢rea o asignatura' de Sociedad, Cultura y Religi¨®n, no es m¨¢s que un modo de incorporar la catequesis a la escuela p¨²blica y poner dificultades a quienes no deseen seguirla. En otras palabras, utilizar el poder del Estado para favorecer a una confesi¨®n religiosa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- VII Legislatura Espa?a
- Ley calidad ense?anza
- ESO
- Pilar del Castillo
- Escolarizaci¨®n
- Opini¨®n
- Ministerio de Educaci¨®n
- Educaci¨®n primaria
- Educaci¨®n secundaria
- Ense?anza general
- Matriculaci¨®n estudiantes
- Legislaci¨®n educativa
- Legislaci¨®n espa?ola
- Legislaturas pol¨ªticas
- Actividad legislativa
- Pol¨ªtica educativa
- Ministerios
- PP
- Partidos pol¨ªticos
- Parlamento
- Sistema educativo
- Gobierno
- Legislaci¨®n
- Administraci¨®n Estado
- Educaci¨®n