Rebaja nuclear
El tratado de desarme nuclear que Bush y Putin firmar¨¢n la semana pr¨®xima en Mosc¨² supone la mayor reducci¨®n de la historia: dos terceras partes de sus arsenales nucleares estrat¨¦gicos. De 7.000 cabezas que tienen en la actualidad, pasar¨¢n en 2012 a disponer de entre 1.700 y 2.200. Seg¨²n Bush, ha quedado definitivamente atr¨¢s 'el legado de la guerra fr¨ªa', a lo que tambi¨¦n contribuir¨¢ el Consejo OTAN-Rusia, que se debe crear hoy mismo en la reuni¨®n ministerial de Reikiavik, y que implicar¨¢ un grado de cooperaci¨®n e intimidad sin precedentes, aunque no suponga el derecho de decisi¨®n y veto que conllevar¨ªa el ingreso de Mosc¨² en el antiguo bloque enemigo.
La importancia del acuerdo de desarme no debe tapar otros puntos sumamente preocupantes. Aunque haya aceptado que el pacto revista la forma de un tratado, EE UU no ha aceptado destruir ni todas las cabezas nucleares ni todos los vectores a los que renuncia, como medida de precauci¨®n frente a un futuro inseguro, contra el que pretende tambi¨¦n protegerse con el programa de Defensa Nacional contra Misiles, que le lleva a denunciar el Tratado ABM. ?ste limitaba las defensas de cada uno en un equilibrio del terror que ha perdido buena parte de su raz¨®n de ser.
Ambos pa¨ªses han dado un paso atr¨¢s al no asumir una renuncia a ser los primeros en usar armas nucleares en caso de conflicto; Rusia, para proteger sus inmensas fronteras, y EE UU, para disuadir todo ataque con armas de destrucci¨®n masiva contra ¨¦l o sus aliados. Washington tambi¨¦n ha decidido no ratificar el Tratado de Prohibici¨®n Total de Pruebas Nucleares para poder probar las microbombas por las que apuestan los militares para el futuro frente a las potentes cargas de las que van a deshacerse. Seg¨²n ha informado la Administraci¨®n al Congreso estadounidense, tambi¨¦n Rusia se dispone a reanudar este tipo de ensayos.
Tales decisiones no dan ejemplo a otros pa¨ªses para que eviten la proliferaci¨®n de armas nucleares o de otro tipo de destrucci¨®n masiva. Cuando India y Pakist¨¢n, ambas potencias nucleares, bordean la guerra, EE UU y Rusia deber¨ªan reforzar los mecanismos para evitar esta proliferaci¨®n. Aunque el arma nuclear no pueda desinventarse, no deber¨ªa tener futuro. Desgraciadamente, vamos a otro tipo de proliferaci¨®n, con el riesgo de convertir el arma nuclear de estrat¨¦gica en pavorosamente banal.
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