Napster, al borde de la quiebra al fracasar sus negociaciones con Bertelsmann
Dimite la c¨²pula directiva del servidor, que ha despedido a 70 personas
Napster, el servidor que hace tres a?os revolucion¨® la forma de escuchar m¨²sica por Internet, est¨¢ al borde de la bancarrota. Su creador, Shawn Fanning, que ide¨® el sistema en el s¨®tano de su casa, y su c¨²pula directiva presentaron el martes su dimisi¨®n despu¨¦s del fracaso de las negociaciones con el gigante alem¨¢n de las telecomunicaciones Bertelsmann, que el a?o pasado se arriesg¨® a apoyar a Napster.
Sin el apoyo financiero de Bertelsmann, que en este ¨²ltimo a?o ha invertido unos 85 millones de d¨®lares (96,6 millones de euros) para convertir al servidor en un servicio de pago, Napster estaba ayer a punto de declararse en bancarrota. En los ¨²ltimos meses ya ha tenido que despedir a 70 personas. El fracaso de las discusiones se debe a un desacuerdo en el seno de la empresa sobre su salida a Bolsa y las modalidades de la compra por parte del grupo alem¨¢n, pero ilustra sobre todo las dificultades legales y t¨¦cnicas con las que se ha enfrentado Naspter para asegurar su viabilidad econ¨®mica y legal.
'Creo que rechazar la oferta [de Bertelsmann] es un error y va a poner a la compa?¨ªa en muy mala situaci¨®n', dijo su presidente y uno de sus fundadores, Konrad Hilbers, al anunciar su dimisi¨®n. Con Hilbers, tambi¨¦n dimitieron Shawn Fanning, el cerebro que en 1999, con tan s¨®lo 19 a?os, cre¨® el programa Napster, y otros tres de los principales directivos. Fanning, adem¨¢s, est¨¢ luchando por el control de la empresa contra su propio t¨ªo John Fanning y otros socios de la primera hora, como Hank Barry, que fue su presidente.
Napster es un servidor que permite descargar gratuitamente contenidos musicales desde la Red utilizando el llamado sistema P2P (peer to peer), que conecta bilateralmente dos ordenadores. En su etapa de m¨¢xima popularidad, unos 60 millones de usuarios pod¨ªan acceder a cualquier grabaci¨®n disponible en Internet (en formato MP3) sin pagar un centavo. El a?o pasado, la industria del disco gan¨® su batalla en los tribunales y consigui¨® cerrar el servidor.
Bertelsmann tom¨® entonces la arriesgada decisi¨®n de apoyar a Napster y tratar de sacarlo de nuevo a la Red como servicio de pago y con el debido acceso a los cat¨¢logos de las discogr¨¢ficas. El a?o de negociaciones ha terminado en fracaso, pero el grupo no se da por vencido. 'Esperamos que la marca y la tecnolog¨ªa Napster puedan realizar su potencial como una propuesta de consumo v¨¢lida', asegur¨® la empresa.
La aceptaci¨®n de Napster se debi¨® a la facilidad de uso, y sobre todo a que era gratuito. Ahora, las discogr¨¢ficas han lanzado sus propias plataformas para difundir sus cat¨¢logos, como Music.Net o Pressplay, sin mucho resultado. No permiten guardar las canciones y su oferta es limitada. Los cibernautas se han repartido por otros servidores que imitan la tecnolog¨ªa de Napster como Morpheus o Kazaa, pero nadie ha podido reproducir el ¨¦xito del servidor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.