Atleta y se?or
De complexi¨®n f¨ªsica perfecta, muy fuerte, macizo, de musculatura voluminosa, ojos azules, cabello rubio rizado y piel rosada, muy centroeuropeo, Kubala super¨® hasta 19 lesiones y enfermedades, entre ellas una tuberculosis que le produjo 'un agujero en los pulmones del tama?o de un duro de plata' del a?o 1952. El bueno y a?orado ?ngel Mur padre, ya fallecido, tardaba tres cuartos de hora en darle un masaje. 'Eran cinco veces a la semana', recordaba no hace mucho el masajista azulgrana, 'y para no hacer esperar a sus compa?eros se pon¨ªa el ¨²ltimo'. 'Era un toro y un se?or', agregaba; 'muy capaz de jugar un partido con la pata de palo, como ocurri¨® ante el Athletic en la Copa de la temporada 1953-54, sin querer saber que sufr¨ªa la lesi¨®n conocida como la triada'. ?gil y valiente, acababa los partidos con las piernas amoratadas, en la misma medida que los excesos en su vida privada le dejaban mal parado, aunque nunca lleg¨® tarde a un encuentro por culpa de una de sus juergas. En los momentos de apuro, y antes de que el entrenador le quitara de la alineaci¨®n, se daba un ba?o de agua caliente y despu¨¦s una ducha fr¨ªa para ser el mejor del partido.
Met¨®dico, con una gran fuerza de voluntad, practicaba a solas y en grupo con la pelota e igualmente jugaba al tenis, se ejercitaba en el gimnasio y nadaba como el que m¨¢s. Fue Kubala quien ense?¨® a sus compa?eros en qu¨¦ consist¨ªa el calentamiento previo al partido y dignific¨® la profesi¨®n con toda clase de detalles: tomaba sus botas y las limpiaba con un pa?o hasta que brillaban; cog¨ªa el equipaje y con la mano le quitaba el polvo, y entregaba en mano la camiseta, el pantal¨®n y las medias. La suya era una generosidad emocionante que le permiti¨® cultivar la amistad con compa?eros y rivales como Di St¨¦fano. Era un fuera de serie con una fuerza moral tan poderosa como su f¨ªsico.
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