No es normal
No es normal que un hombre, entrenador de f¨²tbol para m¨¢s se?as, viaje de Amsterdam a Sitges pasando por Rotterdam, Alicante y Valencia. No es normal que, cuando tras 11 horas de tute el entrenador llega a su destino, se encuentre con unas c¨¢maras de televisi¨®n inmortalizando ese viaje alucinante. No es normal que a la ma?ana siguiente ese mismo hombre explique a 200 periodistas, en una rueda de prensa, que su alucinante itinerario se debi¨® al respeto que siente hacia ellos, respeto que le llev¨® a eludir el aeropuerto de El Prat para no convertirlo en una inc¨®moda sala de prensa. No es normal que la rueda de prensa que tiene lugar en la confortable sala de prensa del club con 200 periodistas se haya iniciado con la siguiente frase del presidente de la entidad: 'Vamos a proceder al simulacro de firma', y ambos, entrenador y presidente, se pongan a firmar una hoja en blanco, sin valor conocido. No es normal que, ya metido en harina declarativa, ese presidente diga luego: 'Aunque los resultados no nos hayan favorecido esta temporada, eso no quiere decir que el Bar?a no sea un club centenario'. No es normal que el entrenador, que ha tomado la palabra tras el presidente, no reciba ninguna ayuda ling¨¹¨ªstica para apuntalar su deficiente castellano. No es normal que diga a los periodistas: 'Soy tambi¨¦n un ser humano'. No es normal que a?ada: 'No puedo cambiar mi personalidad. Mi entorno directo est¨¢ contento con este Louis van Gaal'. No es normal que el presidente, en una intervenci¨®n posterior, dos d¨ªas despu¨¦s de que el Madrid se adjudicara su novena Copa de Europa, afirme, sin que se le escape la risa: 'El Barcelona est¨¢ en una situaci¨®n privilegiada, no tiene ning¨²n problema'. No es normal que, preguntado una y otra vez por los jugadores con los que va a contar y con los que no, el entrenador diga que tiene que hablarlo antes con Carles Rexach, que est¨¢ sentado en primera fila en la rueda de prensa: ?no habr¨ªa sido mejor que primero hablara con Rexach y luego con los periodistas? No es normal que el mismo entrenador diga en momentos sucesivos: 'No soy Dios'; 'Pim Fortuyn no era de extrema derecha, pero yo no puedo entrar en pol¨ªtica'; 'los catalanes tienen mucha pasi¨®n'. No es normal que un periodista le diga al entrenador que si de aqu¨ª a un a?o el equipo ha ganado alg¨²n t¨ªtulo ¨¦l le limpiar¨¢ los zapatos y que, si no, a ver si el entrenador estar¨ªa dispuesto a jugarse el puesto.
No es normal que todo ello ocupe una hora y media de las vidas de venerables padres y madres de familia e irreverentes becarios/as con piercing y ombligo al aire. No es normal el Bar?a, no es normal el periodismo. No es normal nada. Por eso todo hace re¨ªr, llorar y cabrearse tanto.
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