El chivo inmigratorio
El pasado lunes, en una reuni¨®n de la Internacional Dem¨®crata de Centro, el presidente Aznar arremeti¨®, sin venir a cuento, contra 'la izquierda cl¨¢sica', y en particular contra los partidos socialdem¨®cratas, a los que acus¨® de provocar el auge de extremismos como el de Le Pen. El argumento es que con su obsesi¨®n por lo pol¨ªticamente correcto, la izquierda no s¨®lo no da respuesta a problemas como el de la inmigraci¨®n, sino que crea las condiciones para la emergencia de movimientos racistas y xen¨®fobos. Es posible que se trate de un adelanto del mensaje del PP para las municipales.
Hay s¨ªntomas de que la econom¨ªa no va a ir tan bien como en el pasado, lo que priva al PP de su principal gancho electoral. Si crece el paro, crecer¨¢ la inseguridad ciudadana, probablemente. Pero el PSOE le tom¨® la delantera en ese terreno, presentando datos sobre el aumento de la delincuencia en los a?os de gobierno de Aznar. La respuesta ha sido relacionar ese incremento con la inmigraci¨®n y culpar de ello a la 'demagogia' de la izquierda.
En Europa, s¨®lo la extrema derecha relaciona la inseguridad con la inmigraci¨®n, pero Aznar se cubre con una coartada moral: es la irresponsabilidad de los socialistas, paralizados por el temor a no ser 'pol¨ªticamente correctos', lo que estimula el florecimiento de los Le Pen. Sin embargo, hay algo peor que la obsesi¨®n por la correcci¨®n pol¨ªtica: la moda de ser un poquito incorrectos que florece en el entorno del PP. La consigna es: sin complejos.
La inseguridad no se corrige identific¨¢ndola con una causa ¨²nica. El aumento de presos preventivos inmigrantes es un dato a tener en cuenta, pero no basta para explicar la situaci¨®n. Primero, porque no hay relaci¨®n entre preventivos y condenados en firme y, segundo, porque las estad¨ªsticas est¨¢n distorsionadas por la decisi¨®n del ministerio p¨²blico de solicitar prisi¨®n preventiva para los inmigrantes detenidos. Airear esos abultados datos sin matices s¨®lo sirve para alimentar los prejuicios de sectores de la poblaci¨®n que buscan culpables para situaciones propias (desempleo, inseguridad) que tienen motivos m¨¢s complejos.
Seguir acusando a la anterior Ley de Extranjer¨ªa (avalada por el PP en el Congreso, aunque despu¨¦s renegara de ella en el tr¨¢mite del Senado) de la existencia de irregulares, por el famoso efecto llamada, es un contrasentido a la vista de que, tras m¨¢s de un a?o de vigencia de la actual ley, vuelven a llegar tantos irregulares como antes, y con los mismos efectos. El PP est¨¢ alentando prejuicios que pueden generar reacciones xen¨®fobas. Ha hecho del inmigrante el chivo expiatorio de su imprevisi¨®n ante el aumento de la delincuencia. Pero resulta retorcido el argumento de que lo mejor contra la xenofobia radical de extrema derecha es la xenofobia moderada de la derecha.
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