Un experimento espa?ol desvela la relaci¨®n entre la gripe y la esquizofrenia
Cuando en las ¨²ltimas fases del embarazo la madre sufre una infecci¨®n como la gripe, las posibilidades de que el hijo desarrolle en su juventud un proceso esquizofr¨¦nico se multiplican por seis. Este fen¨®meno, que diversos estudios epidemiol¨®gicos hab¨ªan puesto de manifiesto, acaba de ser reproducido mediante un experimento realizado con ratas de laboratorio por neurobi¨®logos espa?oles del Instituto Cajal (CSIC), liderados por Jos¨¦ Borrell y publicado recientemente por la revista Neuropsychopharmacology.
'Lo que nosotros hemos desarrollado es un modelo animal en el cual a las ratas gestantes les administramos una endotoxina de origen bacteriano, denominada LPS, que produce una respuesta inmunol¨®gica. Luego comprobamos qu¨¦ ocurre con los mecanismos de procesamiento de la informaci¨®n sensorial en los hijos cuando son adultos', explica Borrell. Y lo que han encontrado es que se producen alteraciones semejantes a las que se han descrito en la esquizofrenia, alteraciones neuropatol¨®gicas, del sistema inmune y de la llamada puerta sensorimotora, especialmente caracter¨ªstica de esta enfermedad.
Filtra la informaci¨®n
Este mecanismo, presente en el cerebro de cualquier persona normal, filtra toda la informaci¨®n que los sentidos van enviando para procesar, separando las entradas de datos para evitar una sobrecarga de informaci¨®n y para que no se superpongan unos con otros. Para ello, act¨²a impidiendo el paso de una informaci¨®n hasta que no ha procesado la precedente.
'Es como cuando guardas un documento en el ordenador y antes de que termine guardas otro. Hasta que el primero no se guarda no procesa el segundo. Y si hay un fallo en el ordenador y se guardan los dos a la vez se produce una mezcla de los datos', dice Borrell. Y eso es lo mismo que uno de los s¨ªntomas de la esquizofrenia, que la puerta sensorimotora, que tiene unos componentes neurobiol¨®gicos conocidos en el cerebro, no funciona y la informaci¨®n que recibe el sujeto de los sentidos, incluidos los internos, se mezcla desordenadamente, produciendo las t¨ªpicas alucinaciones y una fragmentaci¨®n cognitiva.
Cuando una persona recibe un fuerte impacto luminoso o ac¨²stico se sobresalta o cierra los p¨¢rpados. Es una respuesta normal. Pero gracias a la puerta sensorimotora, si unos milisegundos antes, entre 30 y 300, recibe una se?al mucho m¨¢s d¨¦bil, casi imperceptible, la respuesta al est¨ªmulo m¨¢s fuerte se reduce notablemente. Esto se debe a que la puerta est¨¢ todav¨ªa procesando la primera informaci¨®n y la segunda le llega atenuada. En los esquizofr¨¦nicos, como este sistema de filtrado no funciona, la respuesta es igual de contundente con o sin se?al d¨¦bil previa. Pero si son tratados con los f¨¢rmacos habituales, antipsic¨®ticos, esta deficiencia se revierte.
Desde hace algunos a?os, se tienen evidencias de que en situaciones de infecci¨®n en la madre gestante en el periodo perinatal o prenatal, la incidencia de la enfermedad, que es del 1 por 100 en la poblaci¨®n general, se multiplica por cinco o por seis.
Dado que la enfermedad aparece en la juventud, entre los 18 y los 30 a?os, resulta dif¨ªcil estudiar casos concretos, pero los datos se han deducido por la existencia de picos de afectados seg¨²n el a?o de nacimiento, coincidiendo con epidemias de gripe bien documentadas, o por los meses de nacimiento, ya que se ha comprobado que la incidencia es mayor en individuos nacidos a finales del invierno o principios de la primavera, tras la ¨¦poca t¨ªpica de mayor n¨²mero de infecciones.
Las causas supuestas de esta relaci¨®n entre infecciones maternas y esquizofrenia es que la respuesta inmune, especialmente las citoquinas fabricadas por el organismo para combatir la infecci¨®n, parecen alterar el desarrollo neurol¨®gico.
Alteraciones
A partir de esta hip¨®tesis, los cient¨ªficos han provocado esa respuesta inmune en las madres gestantes en el periodo final y han buscado los efectos en sus descendientes, encontrando que en un porcentaje semejante al que la epidemiolog¨ªa indica en el caso de la esquizofrenia en humanos, ven alterada su puerta sensorimotora, alterada la activaci¨®n de microv¨ªa reactiva y la barrera hematoencef¨¢lica y otras alteraciones en el sistema inmune, caracter¨ªsticas todas ellas de la esquizofrenia. Tambi¨¦n han comprobado que con la administraci¨®n de antipsic¨®ticos estos efectos se revierten.
En concreto, para detectar las alteraciones del sistema de filtrado de la informaci¨®n, las ratas fueron colocadas en una plataforma con sensores que de-tectan su respuesta a un est¨ªmulo fuerte sonoro o visual, seg¨²n el esquema explicado antes. En los individuos con alteraciones de esta puerta sensorimotora, la respuesta era pr¨¢cticamente igual cuando el est¨ªmulo era doble, uno d¨¦bil entre 30 y 300 milisegundos antes de otro de gran intensidad, que cuando solo se le env¨ªa ¨¦ste, exactamente igual que ocurre en individuos esquizofr¨¦nicos.
Modelo de rata para humanos
Los datos de los experimentos de infecci¨®n con ratas indican que el modelo es extrapolable a la esquizofrenia y as¨ª lo reconocen, seg¨²n Jos¨¦ Borrell (Instituto Cajal), los comentarios de nurobi¨®logos de todo el mundo. Es la primera vez que se realiza un estudio experimental sobre el tema. En busca de m¨¢s semejanzas, los cient¨ªficos del Instituto Cajal han hecho nuevos experimentos para detectar cu¨¢ndo aparec¨ªan los s¨ªntomas de alteraci¨®n, realizando pruebas a los 21, 39, 70, 170 y 400 d¨ªas de edad. 'Hemos utilizado diferentes marcadores como formaci¨®n de sinapsis, plasticidad sin¨¢ptica y catecolaminas y curiosamente, como en los humanos, en este modelo experimental cuando son prep¨²beres o muy j¨®venes no muestran ninguna alteraci¨®n, empezando a mostrarlas cuando son adultos j¨®venes', dice Borrell. Los resultados est¨¢n en proceso de publicaci¨®n. Lo que intentan ahora determinar con los experimentos en este modelo animal es la existencia posible de marcadores precoces de la esquizofrenia, lo que permitir¨ªa determinar con antelaci¨®n a su aparici¨®n el riesgo de un individuo de llegar a sufrirla. 'Buscamos entre marcadores del sistema inmune, algunas citoquinas que aparezcan alteradas antes de la pubertad en estos animales y que pudieran servir para este fin', dice Borrell. El ¨²nico indicio, planteado siempre a posteriori, es la impresi¨®n de muchos padres de hijos con la enfermedad de que ten¨ªan problemas de relaci¨®n social en la infancia, un s¨ªntoma ambiguo y aplicable a muchas personas que no llegan a presentar el problema.
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