Por un pu?ado de votos

El pasado martes alguien con mando en plaza en el PP y en la Generalitat dio la orden y los alcaldes de Orihuela, Torrevieja y Segorbe, con la alcaldesa de Requena al frente cargaron contra los socialistas con la excusa del requisito ling¨¹¨ªsitico para hacer lo que mejor saben hacer: oposici¨®n a la oposici¨®n y, de paso, clientelismo pol¨ªtico en las comarcas castellanohablantes. Si la iniciativa no hubiera pasado de ese primer estadio, el debate se habr¨ªa reducido a una mera cuesti¨®n localista. Pero Emma Iranzo, el mi¨¦rcoles, dio un peligroso paso cualitativo al convocar, en su condici¨®n de presidenta de la Federaci¨®n Valenciana de Municipios y Provincias, a los alcaldes de los ayuntamientos de habla castellana para explicarles que la actitud del PSPV respecto del requisito 'est¨¢ demostrando su talante de desprecio hacia los ciudadanos de habla castellana' y, al tiempo, recordar que 'nuestra Comunidad es biling¨¹e y no se puede consentir que a los ciudadanos nacidos en zonas de habla castellana se les ponga barreras que les impidan tener las mismas oportunidades que los dem¨¢s'. Consideraci¨®n, esta ¨²ltima, que revela el aut¨¦ntico esp¨ªritu que la anima a encabezar la rebeli¨®n y demuestra hasta qu¨¦ punto sus argumentos son falaces y rozan la miseria pol¨ªtica.

Pero vayamos por partes. La exigencia del requisito ling¨¹¨ªstico surge como consecuencia del Pacte pel Valenci¨¤ que hizo posible la Acad¨¨mia y que firmaron Eduardo Zaplana y Joan Ignasi Pla. La filosof¨ªa de aquel pacto se concret¨® en una resoluci¨®n de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n del 6 de mayo de 2001 firmada por el consejero Manuel Taranc¨®n en el que se puede leer literalmente: 'Todo el profesorado de Educaci¨®n Secundaria (...) deber¨¢ tener la capacitaci¨®n ling¨¹¨ªstica y t¨¦cnica adecuada para impartir la ense?anza en cualquiera de las dos lenguas oficiales de la Comunidad Valenciana'. Resoluci¨®n que se concret¨® m¨¢s en el acuerdo de la consejer¨ªa con los sindicatos por el que se desarrollaba el requisito y que Taranc¨®n rompi¨® unilateralmente, sustituy¨¦ndolo por un decreto de m¨ªnimos.

El raquitismo del decreto, sin embargo, no evita que el requisito se mantenga como una exigencia para todos aquellos aspirantes a ejercer la docencia en la Comunidad Valenciana con independencia de cu¨¢l sea su lugar de nacimiento. En definitiva: si la discriminaci¨®n denunciada por Iranzo existiera, habr¨ªa sido impulsada por su propio partido y por la Generalitat. La alcaldesa de Requena se ha rebelado en su propia granja y contra los suyos. Hasta aqu¨ª la falacia de una pol¨ªtica que ayer tuvo que dar marcha atr¨¢s y desdecirse de sus temerarias y peligrosas posiciones iniciales.

El miserabilismo es la conclusi¨®n de una pr¨¢ctica pol¨ªtica en la que todo vale para conseguir un pu?ado de votos, aun a costa de enfrentar y dividir a los valencianos. Una estrategia que nos ha devuelto por el t¨²nel del tiempo a la etapa m¨¢s negra de la derecha local, aquella que protagoniz¨® Abril Martorell.