Denuncias de torturas en el juicio contra 144 opositores guineanos
El r¨¦gimen de Teodoro Obiang acusa a los dirigentes de un intento de golpe de Estado
'Nos han torturado con sa?a', dijo a este diario Guillermo El¨¢, ex ministro de Econom¨ªa y ahora considerado uno de los cabecillas de un supuesto intento de golpe de Estado contra el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema. Unas bancadas detr¨¢s, Felipe Ond¨®, ex ministro de Cultura y Educaci¨®n con el dictador Francisco Mac¨ªas y ex presidente del Parlamento con Obiang, insist¨ªa en los malos tratos recibidos en los dos meses de detenci¨®n. Ayer se abri¨® el juicio contra 144 opositores guineanos.
Manuel Nguema, jefe de Seguridad Nacional en Guinea Ecuatorial, los examinaba desde la primera fila. Los 144 acusados descend¨ªan de uno en uno de la tarima del cine Marfil tras pronunciar su nombre y jurar decir la verdad ante el presidente del tribunal, Mart¨ªn Ns¨². El jefe Nguema, acomodado junto al ministro de Justicia, Rub¨¦n May¨¦, y un te¨®rico asesor de derechos humanos, el estadounidense Bruce Malcom, vigilaba divertido su torpe caminar y las manos amorfas. Muchos apenas pudieron alzarlas durante el juramento, pues ten¨ªan las mu?ecas rotas.
Fueron varios los defensores que restaron validez a las declaraciones de sus patrocinados obtenidas por la fuerza y en las que se basan las pruebas de un sumario de unos 500 folios. Los abogados de oficio designados tuvieron acceso a una parte m¨ªnima de ese documento d¨ªa y medio antes de iniciarse el macroproceso sin tiempo de prepararlo. Mart¨ªn Ns¨² no lo consider¨® raz¨®n para ordenar el retraso de la vista oral. El ministerio fiscal pide ocho penas de muerte en este juicio contra 144 personas acusadas de intento de atentado contra el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, y de tratar de dar un golpe de Estado. Los procesados -opositores pol¨ªticos, militares en activo y antiguos oficiales del Ej¨¦rcito- han sido acusados de mantener una reuni¨®n secreta el pasado a?o en Malabo, donde supuestamente planearon asesinar al presidente Obiang, en el distrito de Mongomo, su aldea natal, en la parte continental del pa¨ªs, durante la celebraci¨®n del 12 de octubre, d¨ªa de la independencia.
'Una met¨¢fora del pa¨ªs'
Como sucediera hace cuatro a?os en otro proceso masivo contra 130 miembros de la etnia bubi, acusados de rebeli¨®n militar, el cine Marfil, el que sirvi¨® para sentenciar a muerte a Mac¨ªas en 1979, se visti¨® con sus mejores galas: sillas verdes descorchadas, servicios con olor a nitrato, cantos descompasados de gallo, escenograf¨ªa de juicio sumar¨ªsimo con sillas para los cinco jueces, los tres fiscales y los m¨¢s de 14 defensores (un 20% de los abogados del pa¨ªs) y una megafon¨ªa vieja que empez¨® a arder en uno de sus altavoces entre la chufla general. Sobre el escenario, un retrato de Obiang prendido a clavo en la pantalla y un crucifijo. '?sta es una met¨¢fora del pa¨ªs', coment¨® uno de los miembros del cuerpo diplom¨¢tico presente en la sala, 'la foto es pasajera pero no la bandera, que permanece'.
El juicio, anunciado para las 10 de la ma?ana, comenz¨® con tres horas y media de retraso. El p¨²blico, que se arracimaba en silencio en la calle Rey Malabo, trat¨® de entrar en tromba cuando se dio la orden, lo que provoc¨® gritos y palos procedentes de la docena de antidisturbios apostados en la puerta.
Los procesados comenzaron a llegar en grupos: unos tra¨ªdos desde el penal de Black Beach, de los m¨¢s temibles de ?frica occidental; otros, de instalaciones militares cercanas. Tras la entrada de los miembros del tribunal, que fueron recibidos en pie, se ley¨® parte del sumario dando paso al fiscal y a los defensores. Este primer d¨ªa del proceso se hizo eterno y cansino, en opini¨®n del cuerpo diplom¨¢tico. S¨®lo la brillante intervenci¨®n de Pl¨¢cido Mic¨®, secretario general de la Convergencia para la Democracia Social (CPDS), en su doble condici¨®n de acusado y abogado de s¨ª mismo, disip¨® el sopor h¨²medo de una sala repleta y arranc¨® una estruendosa ovaci¨®n de apoyo reprimida por el tribunal, que amenaz¨® con expulsiones.
Este juicio es de gran importancia para el r¨¦gimen, pues la mayor¨ªa de los acusados pertenece al clan de Mongomo, el del presidente, en lo que se interpreta en Malabo como un ajuste de cuentas entre la familia en el poder. Guillermo El¨¢ y Felipe Ond¨®, entre otros de los procesados, trataron de crear un partido, Fuerza Democr¨¢tica Republicana, que hiciera frente a Obiang en las presidenciales del pr¨®ximo a?o. Los indicios de que muchos simpatizantes del oficial Partido Democr¨¢tico de Guinea Ecuatorial (PDGE) en Mongomo se estaban pasando al nuevo invit¨® a actuar con contundencia. En el supuesto golpe se ha incluido a Mico, abogado y l¨ªder del CPDS, un partido socialdem¨®crata, porque el r¨¦gimen lo considera radical peligroso y le teme en las urnas.
El senador del PSOE Juan Jos¨¦ Laborda; Fernando Ledesma, por el Colegio de Abogados de Madrid, y el presidente de la Asociaci¨®n de la Oposici¨®n democr¨¢tica de Guinea, Adolfo Fern¨¢ndez Marug¨¢n, est¨¢n presentes en este juicio como observadores internacionales. Su primera impresi¨®n no es buena. 'Da la sensaci¨®n que las penas ya est¨¢n dictadas', dice Laborda.
El 5 de junio, Obiang cumple 60 a?os y tiene previsto celebrar una fiesta en Mongomo. Se cree que para entonces conmutar¨¢ las penas m¨¢s duras en un gesto de buena voluntad hacia su clan, pero los diplom¨¢ticos m¨¢s veteranos advierten de que el presidente est¨¢ jugando con fuego al socavar su base de poder. 'As¨ª es Guinea, hoy te puedes sentar en el banquillo y ma?ana ser ministro, o al rev¨¦s', asegura uno de ellos encogiendo los hombros.
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