Una estrella que no lo parece
Rosa L¨®pez Cort¨¦s (Granada, 1981) podr¨ªa ser un producto de laboratorio. Tiene todos los ingredientes. Al menos eso debieron pensar los expertos en casting de Gestmusic en octubre del a?o pasado cuando le dieron un aprobado alto en la oposici¨®n a concursante de Operaci¨®n Triunfo con la siguiente sentencia: 'Una voz con muchos registros, alguien con af¨¢n de superaci¨®n, una persona con la que el p¨²blico podr¨ªa sentirse identificado'. Acertaron en el juicio. Tiene la mejor voz. Ha trabajado como nadie (ah¨ª est¨¢n las decenas de kilos eliminados). Pero Rosa no es un invento del showbusiness. Rosa es como parece que es. Ni m¨¢s ni menos. Y eso se les ha escapado a los fabricantes de estrellitas.
Rosa tiene la mejor voz de 'Operaci¨®n Triunfo'. Ha trabajado como nadie y no es un invento del 'show business'
La imagen de Rosa siempre est¨¢ presente en el hogar familiar. Al que probablemente nunca volver¨¢. Como a su habitaci¨®n de tres por tres. En el monovolumen Lancia color verde botella que Eduardo L¨®pez ha comprado a su hija s¨®lo se escuchan canciones 'de la ni?a'. Cuando la cinta de casete se acaba, Javi, su hermano peque?o, compa?ero de fatigas musicales por bodas, comuniones y bautizos de la Alpujarra, le da la vuelta.
Lo cual no quiere decir que Rosa no sea una estrella. Lo es. Pero a su modo. Y le encanta. Es su vocaci¨®n. Se siente c¨®moda en ese papel. Le gusta el escenario. Le gusta grabar discos. Le gusta saludar a la gente. Siempre tuvo el presentimiento de que algo grande iba a pasar en su vida. No es tonta. Sab¨ªa que ten¨ªa una garganta poderosa. Y que en decenas de conciertos se met¨ªa al p¨²blico en el bolsillo. Gente normal. Gente de pueblo.
?El secreto de su ¨¦xito? Ha vivido en una burbuja. Como Greystoke. Aislada del mundo. Protegida de todo y de todos por Eduardo y Paqui, sus padres. Por Eduardo, Octavio y Javi: media tonelada de hermanos que no quieren separarse nunca m¨¢s de ella. Ni novios, ni moda, ni drogas. Ning¨²n capricho. La econom¨ªa familiar no estaba para dispendios. Dej¨® pronto el colegio. De ni?a trabajaba en el asadero paterno. Limpiaba muy bien los pollos por dentro. Apenas amigas. Una adolescencia marcada por los complejos. Los kilos, los dientes, las dioptr¨ªas. Un pecho m¨¢s prominente que el de sus compa?eras. La madre, delicada. Cinco d¨ªas a la semana m¨¢s criada que ama de casa en el pisito de la granadina calle de Josefina Eguaras. Y el resto, dando tumbos por la provincia en la Iveco paterna con Eduardo al volante. ?Roxa d¨²o! rezaban los sobados carteles con los que su padre forr¨® la furgoneta. ?sa era su vida.
El 3 de septiembre de 2001 todo cambi¨®. El 11 de febrero de 2002 confirm¨® la alternativa. Gan¨® Operaci¨®n Triunfo. Rosa L¨®pez Cort¨¦s se hab¨ªa convertido en Rosa. Millones de espectadores fueron testigos de la metamorfosis de Cenicienta. El 25 mayo es la tercera fecha clave en la nueva vida de una gran estrella que no lo parece.
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