'El r¨¦gimen se apoya en un aparato policial y en instituciones ficticias'
La oposici¨®n argelina no ceja de elogiarle porque no ha ca¨ªdo en ninguno de los vicios de otros muchos oficiales: el oportunismo pol¨ªtico o la tentaci¨®n de los negocios para enriquecerse. A sus 63 a?os ha optado por luchar por la democracia y pide el boicoteo para las elecciones legislativas que se celebrar¨¢n ma?ana en Argelia.
El general Rachid Benyelles fue jefe de Estado Mayor de la Marina (1978-85) antes de ser nombrado secretario general de la Defensa, un cargo equiparable al de ministro. Era tambi¨¦n uno de los dos militares miembros del bur¨® pol¨ªtico del Frente de Liberaci¨®n Nacional (FLN), el poderoso partido ¨²nico, hasta que la protesta popular de 1988 le hizo renunciar a todos sus cargos.
'No se vislumbra el desenlace de la crisis que nos ha costado 150.000 muertos'
Pregunta. ?Para qu¨¦ van a servir estas elecciones?
Respuesta. Para que el sistema argelino se perpet¨²e. Van a dar los resultados que consideren convenientes, designar a quien quieran. Lo ¨²nico que les preocupa es que la desafecci¨®n electoral no sea excesiva porque se pondr¨ªa de manifiesto el divorcio entre el poder y el pueblo. Siempre se ha hecho trampa sobre el ¨ªndice de participaci¨®n electoral. Pero los tiempos del 99% han dejado de existir aqu¨ª. Para ser cre¨ªble tienen que verse colas ante los colegios electorales.
P. ?Qui¨¦nes ostentan el poder? ?Qui¨¦nes deciden el resultado electoral?
R. No son los militares en su conjunto aunque se les se?ale con el dedo. S¨®lo unos pocos, muy pocos, tienen influencia. La seguridad militar s¨ª tiene un peso en la vida civil pero no es representativa del Ej¨¦rcito. Hay tambi¨¦n civiles, pol¨ªticos, con el presidente Abdelaziz Buteflika a la cabeza, o dirigentes de partidos d¨®ciles. Y, por ¨²ltimo, una fauna de hombres de negocios que han amasado fortunas estos ¨²ltimos tiempos. El sistema se sustenta en un aparato policial y en instituciones de fachada como el Parlamento.
P. La crisis argelina dura pero mejora. La intensidad de la violencia es mucho menor.
R. No se vislumbra el desenlace de la crisis que desde 1992 nos ha costado 150.000 muertos. Ir de noche por cualquiera de las dos principales carreteras del pa¨ªs, de Argel a Or¨¢n o a Constantina, es harto peligroso. Se producen a diario atentados que ya parecen banales. Hay grupos armados muy audaces que golpean directamente al Ej¨¦rcito. Son numerosas las v¨ªctimas entre los militares a los que se les han robado grandes cantidades de armas. No obstante, en algo se ha avanzado. La poblaci¨®n est¨¢ ahora en contra de los islamistas.
P. ?Tiene la jerarqu¨ªa militar, los que mandan, alg¨²n proyecto para Argelia?
R. No. Confiaban en Buteflika , en su capacidad de gesti¨®n, de comunicaci¨®n con la sociedad, de movilizaci¨®n. La mayor¨ªa est¨¢n decepcionados. Algunos creen que podr¨¢ todav¨ªa dar algo de s¨ª.
P. Usted defendi¨® la intervenci¨®n militar en 1992 para detener unas elecciones que hubiesen dado la victoria a los radicales del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n. ?Est¨¢ arrepentido?
R. No. Hab¨ªa que poner fin a esa mascarada. Con el 25% de los votos iban a adue?arse del 80% de los esca?os por culpa del sistema electoral mal dise?ado. Eso no era la expresi¨®n de la voluntad popular y m¨¢s cuando los vencedores eran extremistas. Ahora bien, s¨ª estoy en contra de los excesos de la represi¨®n posterior. Se desterr¨® a miles de simpatizantes islamistas a campos de detenci¨®n en el desierto.
P. ?Ha servido de algo esta tr¨¢gica experiencia?
R. S¨ª. Se han perpetrado matanzas en nombre del islam. Hemos visto de cerca los discursos disparatados de los jefes islamistas, su comportamiento indecente y sus vicios. Una mayor¨ªa de argelinos est¨¢ vacunado contra la tentaci¨®n islamista. La aspiraci¨®n de la sociedad argelina a la democracia ha evolucionado. Es m¨¢s madura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.