La costumbre cat¨®lica

Hay aqu¨ª mucha costumbre cat¨®lica, y ahora llegan d¨ªas de primeras comuniones y matrimonios, y acaba de pasar la procesi¨®n del Corpus por Granada y Sevilla, yo la vi, multitudinarias procesiones, el arzobispo y las autoridades civiles y militares, una especie de dilataci¨®n urbana del Roc¨ªo: lo digo por las medallas de los concejales (tambi¨¦n hay aqu¨ª una especial pasi¨®n por el enmedallamiento). La costumbre cat¨®lica es vieja: viene de la conquista cristiana de Andaluc¨ªa, del peso paralelo de la espada y el b¨¢culo obispal, y por eso recorren Granada en Corpus la custodia donada por la reina cat¨®lica, Isabel de Castilla, y la espada del rey cat¨®lico, Fernando de Arag¨®n. Quiz¨¢ de esta uni¨®n de soldadesca y devociones proceda una frase malsonante: 'Cuidado, que te doy una hostia'.

Andaluc¨ªa fue tierra de misi¨®n y es la regi¨®n m¨¢s grande, as¨ª que m¨¢s grande es la costumbre cat¨®lica andaluza, la abundancia de colegios cat¨®licos y campanarios cat¨®licos (campanazos que se te meten en la conciencia, como el rosario de la aurora, que en los d¨ªas de la Virgen te despierta a las siete de la ma?ana un domingo feliz) y siempre la autoridad civil y militar junto al cura. No s¨¦ si el militar, el juez y el alcalde son peones del cura, o si desfilan respaldando al cura, su pe¨®n predilecto. Acabadas las fiestas del Corpus, y recordando que una vez dije que no votar¨ªa a ning¨²n partido que mezclara religi¨®n y pol¨ªtica, me veo absteni¨¦ndome en las pr¨®ximas elecciones despu¨¦s del desfile de concejales en la procesi¨®n del jueves.

Y, un d¨ªa antes, en el Congreso, en Madrid, la ministra de Educaci¨®n incitaba a los socialistas a mirar de frente a las familias espa?olas para decirles que quieren quitar las clases de religi¨®n (qu¨¦ terrible momento de iconoclastia trascendental: los socialistas mirando de frente a las familias espa?olas y confes¨¢ndose poco cat¨®licos). Yo me qued¨¦ esperando que los socialistas me miraran de frente y me dijeran que no quieren quitar las clases de religi¨®n (ni siquiera yo, que soy un fan¨¢tico, quiero quitarlas), pero que tampoco quieren que el Estado exija conocimientos de religi¨®n para conceder sus t¨ªtulos acad¨¦micos, ni quieren que el Estado meta y pague clases de religi¨®n en las escuelas. Por otra parte, religi¨®n en Espa?a significa religi¨®n cat¨®lica, clases de religi¨®n significa clases de catolicismo, y los cat¨®licos, escoltados en sus procesiones por las autoridades civiles y militares, siguen creyendo que son la religi¨®n estatal de Espa?a.

Seguir¨¢n si¨¦ndolo mucho tiempo, aunque los musulmanes espa?oles dicen ahora que tienen 42.000 ni?os que necesitan ense?anza de su religi¨®n en la escuela p¨²blica, pagada con los impuestos de los ciudadanos, siguiendo el ejemplo del gran catolicismo. No. No quiero que paguen con mis impuestos ninguna clase de religi¨®n, de ninguna religi¨®n. No quiero que sea necesario saberse ning¨²n catecismo para ser bachiller. Que musulmanes y cat¨®licos den y reciban clases de religi¨®n en sus casas o en sus templos, donde les vaya mejor, pero con independencia del Estado no confesional. As¨ª deber¨ªa ser por el bien del Estado y por el bien de las religiones.